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Un plato diferente para su cena festiva

Prepare una gallina rellena al estilo nicaragüense.

Tengo amigas que me preguntan cómo hago para no repetir el menú en esta época de tantas celebraciones. Hay quienes se empeñan en hacer pernil de cerdo una y otra vez hasta el aburrimiento. Dicen que es lo más fácil y que va mejor con la tradición. Mi respuesta es sencilla: si quiere variar el menú, explore otros platos deliciosos que sirven como protagonistas de cenas familiares o para celebrar ocasiones especiales.

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Entre estas sugerencias está la receta de hoy, gallina rellena, que le aseguro, encantará el paladar de cada uno de sus comensales. En realidad, para buscar variedad sólo hay que saber mirar bien en nuestras tradiciones o en otras culturas. Para quienes nacimos en el Caribe, es cierto que el pernil de cerdo, o el cerdo entero es el plato fuerte por excelencia de las grandes fiestas. Pero también lo son el pescado, el chivo, el pavo y la gallina.

Lo que resulta inexplicable es que nosotros, con una tradición culinaria tan vasta, acudamos al pernil asado como remedio siempre que tenemos una fiesta o cena familiar. Hay quienes dicen que es lo más fácil, pues tampoco lo es. Cualquiera de los platos que hagamos para una gran mesa llevará más o menos el mismo tiempo de preparación. Lo que variará más entre unos y otros será la cocción y en esto, el cerdo es uno de los que más tiempo lleva.

La gallina rellena es ideal para alternar entre la cena de Nochebuena y lo que cocine para fin de año. Lo puede servir con infinidad de acompañantes y, si sigue nuestras instrucciones de preparación, le quedará una carne suave y con mucho sabor.

Esta receta lleva además el mismo protocolo de sentarse a la mesa, compartir y degustar no sólo el plato fuerte sino todas las guarniciones, salsas y acompañantes que se le ocurra servir ese día.

Un año como éste a punto de terminar es motivo ideal para largas conversaciones. La crisis económica, la guerra de Irak que ya "termina", las preocupaciones y los sueños de cada individuo son temas que se debaten y se comparten tradicionalmente en familia, alrededor de una mesa. Pero no se trata de una reunión en el sentido laboral, ni de una conferencia sino es más bien una convocación. Una llamada a sentarnos, tomarnos un poco del tiempo que siempre parece faltar para escuchar a otros, para comentar y dar opiniones sobre diversos temas. Y en esta convocación, nada supera a una exuberante gallina rellena, rodeada de vegetales, arroz, algunas verduras, diferentes salsas y un buen vino para extraer de cada uno de nosotros la mejor actitud y sembrar un lindo recuerdo.