Esto es lo que debes saber sobre el coronavirus
Las últimas noticias sobre la COVID-19 y respuestas a preguntas frecuentes.
Con la pandemia en su cuarto año, sigue siendo especialmente importante que los adultos mayores que corren mayor riesgo de enfermar gravemente y morir a causa de la COVID-19 se mantengan informados sobre los últimos acontecimientos relacionados con la enfermedad, incluidos nuevas variantes y tratamientos.
Este es un resumen de las noticias recientes sobre el coronavirus que son particularmente relevantes para las personas de 50 años o más, seguido de respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes sobre la COVID-19.
Para información actualizada sobre la COVID-19 visita aarp.org/ElCoronavirus
Últimas noticias sobre la COVID-19
Las personas en Estados Unidos pueden ordenar nuevamente pruebas gratuitas de COVID del Gobierno (26 de septiembre). Cada hogar en Estados Unidos ahora puede pedir cuatro pruebas caseras de COVID-19 en el sitio web covidtests.gov/es/tests, de forma gratuita. El envío para las pruebas rápidas también es gratuito. Las nuevas pruebas que se están distribuyendo son capaces de detectar las variantes actualmente en circulación, confirmó el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., y se espera que mantengan su efectividad hasta finales de este año.
El aumento en los casos de finales del verano comienza a disminuir, pero las muertes por COVID siguen aumentando (26 de septiembre). Después de varias semanas de aumento en los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones, las tendencias están empezando a disminuir, según los nuevos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sin embargo, las muertes por COVID-19 continúan aumentando, y los adultos de 75 años o más continúan teniendo la tasa de mortalidad más alta, en comparación con los grupos de edad más jóvenes.
Dan luz verde a las nuevas vacunas contra la COVID-19 (12 de septiembre). Un nuevo lote de vacunas contra la COVID-19 que combaten mejor muchas de las variantes del coronavirus que actualmente circulan por todo Estados Unidos ha sido aprobado y recomendado por las autoridades de salud, y estas vacunas ahora están disponibles en muchas farmacias y consultorios médicos de todo el país. Las vacunas, de Moderna y Pfizer-BioNTech, se enfocan en la cepa XBB.15 de ómicron. Si bien esta variante en particular ya no es la causante de la mayoría de las infecciones en el país, sus parientes cercanos sí lo son, y los expertos dicen que estas vacunas deberían brindar una buena protección contra ellos. Se recomienda que las personas de 6 meses o más reciban la nueva vacuna antes de la temporada de virus de otoño e invierno. Las personas sin seguro o con seguro insuficiente podrán recibir las vacunas de manera gratuita bajo el nuevo programa de los CDC llamado Bridge Access Program.
Respuestas a las preguntas más frecuentes sobre la COVID-19
¿Cómo puedes contraer la COVID-19?
La COVID-19 es el nombre de la enfermedad causada por un coronavirus llamado SARS-CoV-2. Puedes contraer la COVID-19 tras inhalar, si estás cerca de una persona infectada que exhala pequeñas gotitas y partículas que contienen el virus. También puedes contagiarte si esas pequeñas gotitas y partículas caen en los ojos, la nariz o la boca (probablemente al toser o estornudar), o si tienes partículas de virus en las manos y luego te tocas los ojos, la nariz o la boca.
¿Quién corre riesgo de contraer COVID-19?
Toda persona puede contraer COVID-19, pero algunas corren un mayor riesgo de sufrir lo que los expertos llaman “enfermedad grave”, cuando es posible que se requiera hospitalización o cuidados intensivos. Los adultos mayores son más propensos que las personas más jóvenes y saludables a padecer una enfermedad grave a causa de la COVID-19. La gran mayoría de las muertes por COVID-19 en Estados Unidos han ocurrido entre personas de 50 años o más, y el riesgo aumenta con la edad.
Los adultos de cualquier edad con una enfermedad subyacente corren un mayor riesgo de complicaciones por una infección de coronavirus. Entre los factores:
- Cáncer
- Enfermedad renal crónica
- Enfermedades pulmonares crónicas, entre ellas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma (moderada a grave), enfermedad pulmonar intersticial, fibrosis quística e hipertensión pulmonar
- Demencia u otros trastornos neurológicos
- Diabetes (tipo 1 o tipo 2)
- Síndrome de Down
- Trastornos cardíacos (como insuficiencia cardíaca, enfermedad arterial coronaria, cardiomiopatías o hipertensión)
- Infección por VIH
- Un estado inmunodeprimido (sistema inmunitario debilitado)
- Enfermedad hepática
- Trastornos de salud mental, incluidos depresión y trastornos del espectro de esquizofrenia
- Sobrepeso y obesidad (definido como un índice de masa corporal de 25 o más)
- Embarazo
- Enfermedad de células falciformes o talasemia
- Tabaquismo, en el pasado o en la actualidad
- Trasplante de un órgano sólido o de células madre sanguíneas (incluidos los trasplantes de médula ósea)
- Derrame cerebral o enfermedad cerebrovascular, que afecta el flujo sanguíneo al cerebro
- Trastorno por consumo de sustancias (como alcohol, opioides o cocaína)
- Tuberculosis
¿Qué puedes hacer para reducir tu riesgo?
Hay varias maneras de reducir el riesgo de enfermarse de COVID-19. La más importante: vacunarse. La FDA ha aprobado oficialmente dos vacunas —de Pfizer-BioNTech y Moderna— y ambas se han actualizado para tratar las versiones actuales del virus.
Las tres vacunas son eficaces para prevenir la hospitalización y la muerte a causa de la COVID-19. Las autoridades de salud están alentando a todas las personas de 6 meses o más a vacunarse contra la COVID-19 antes de la temporada de virus de otoño e invierno.
Otras maneras de reducir la probabilidad de enfermarse por COVID-19: usa una mascarilla facial de alta calidad cuando estés en espacios cerrados públicos, evita las multitudes y los espacios mal ventilados, y lávate las manos con frecuencia.
¿Las vacunas tienen efectos secundarios?
Es común experimentar efectos secundarios leves a moderados después de vacunarse, como dolor en el brazo, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular y en las articulaciones, náuseas, fiebre o escalofríos, pero estas son “señales temporales y normales de que tu cuerpo está creando protección”, dicen los CDC.
Un pequeño número de personas que recibieron la vacuna han experimentado reacciones adversas a los fármacos. Estos eventos graves después de la vacunación contra la COVID-19 “son poco comunes, pero pueden ocurrir”, dicen los CDC. La anafilaxia, una reacción alérgica, ha ocurrido en una pequeña parte de la población vacunada, aproximadamente cinco casos por cada millón de dosis administradas. Por eso es posible que te pidan que esperes unos 15 minutos después de la inyección o el refuerzo para poder monitorear tus síntomas. Los proveedores de las vacunas están equipados con medicamentos para tratar rápidamente la reacción.
Los funcionarios de salud están monitoreando los informes de miocarditis o pericarditis en algunos adolescentes y adultos más jóvenes después de la vacunación con los productos de Pfizer, Moderna y Novavax. La mayoría de estos pacientes que recibieron cuidados respondieron bien a los medicamentos y se sintieron mejor rápidamente, dicen los CDC. También están monitoreando informes poco comunes del síndrome de Guillain-Barre, que se asoció más comúnmente con la vacuna contra la COVID-19 de Johnson & Johnson, que ya no está disponible.
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¿Puedes contraer COVID-19 incluso si estás completamente vacunado?
Ninguna vacuna es un 100% eficaz, por lo que si bien las vacunas contra la COVID-19 pueden reducir el riesgo de contraer una infección por coronavirus, todavía es posible contraer COVID-19. A estos casos se los conoce como infecciones posvacunación. Sin embargo, las personas con una infección posvacunación tienen menos probabilidades de enfermarse gravemente o morir a causa de la COVID, según varios estudios de investigación.
¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19?
Las personas con COVID-19 han reportado una amplia variedad de síntomas que típicamente aparecen de 2 a 14 días luego de la exposición al virus, incluidos los siguientes:
- Fiebre o escalofríos
- Tos
- Falta de aire o dificultad para respirar
- Fatiga
- Dolor corporal o muscular
- Dolor de cabeza
- Pérdida del gusto o el olfato
- Dolor de garganta
- Congestión o secreción nasal
- Náuseas o vómitos
- Diarrea
Esta lista no es exhaustiva, y se han observado síntomas más inusuales durante toda la pandemia, desde complicaciones cognitivas hasta erupciones cutáneas.
La mayoría de las personas con COVID-19 pueden recuperarse en sus hogares. Sin embargo, si presentas síntomas alarmantes —dolor o presión en el pecho; desorientación o confusión; piel, labios o uñas pálidos, grises o azulados; dificultad para respirar; o incapacidad para despertarte o permanecer despierto—, debes buscar atención médica de inmediato.
¿Qué debo saber sobre las pruebas?
Las pruebas pueden ayudar a mantenerte seguro a ti y a otras personas a tu alrededor. Si tienes síntomas, hazte una prueba. A partir del 25 de septiembre, cada hogar del país reúne los requisitos para recibir cuatro pruebas gratuitas de COVID-19 del Gobierno, las cuales se pueden solicitar en línea en covidtests.gov. Las pruebas caseras también están disponibles en muchas farmacias y centros de salud comunitarios. Puedes buscar opciones de prueba gratuitas en testinglocator.cdc.gov.
¿Qué debes hacer si te enfermas?
Si tu prueba es positiva, habla con tu médico de inmediato sobre tratamientos que pueden ayudarte a mantenerte fuera del hospital. Estos tratamientos funcionan mejor cuando se comienzan de inmediato, así que no te demores. (Consulta la siguiente sección para obtener más detalles).
Si tienes COVID-19, es importante permanecer en casa y separarte de los demás durante al menos cinco días, incluso si no presentas síntomas y no te sientes enfermo. Y durante al menos 10 días, debes usar una mascarilla cuando estés cerca de otras personas. Si tus síntomas persisten después de cinco días, es posible que tengas que aislarte durante más tiempo.
¿Hay tratamientos?
Sí. Hay varios medicamentos disponibles para tratar la COVID-19, aunque la lista cambia a medida que surgen nuevas variantes. En Estados Unidos hay tres tratamientos disponibles para tratar las subvariantes de ómicron actualmente en circulación:
- Paxlovid, una pastilla antiviral recetada de administración oral
- Veklury (remdesivir), un medicamento antiviral administrado por vía intravenosa
- Lagevrio (molnupiravir), una pastilla antiviral recetada de administración oral
Si tienes un resultado positivo en la prueba de COVID-19 y eres mayor de 50 años o tienes enfermedades que te ponen en mayor riesgo de enfermar gravemente, habla con tu médico de inmediato sobre las opciones de tratamiento.
¿Cuáles son las variantes?
Los funcionarios de salud pública han identificado varias nuevas cepas del coronavirus; algunas son más contagiosas y podrían ocasionar una enfermedad más grave. En Estados Unidos, la principal variante de preocupación es ómicron y sus subvariantes.
Pfizer y Moderna tienen vacunas que combaten mejor estas versiones más recientes del coronavirus, y se recomienda que todas las personas de 6 meses o más se vacunen.
¿Qué es la COVID prolongada?
Muchos sobrevivientes de COVID-19 enfrentan síntomas persistentes durante semanas o meses después de la infección, incluso si la infección inicial fue leve o asintomática. Tienen mareos, insomnio, confusión, taquicardia o una serie de otros efectos duraderos que les impiden reanudar su vida normal. Un informe publicado por los CDC encontró que hasta uno de cada cuatro adultos mayores con COVID-19 tenía síntomas nuevos o persistentes.
Los expertos recomiendan que los pacientes que tuvieron COVID-19 y tienen síntomas prolongados procuren la atención de un proveedor médico. Varios hospitales y centros de investigación de Estados Unidos han establecido clínicas especiales y servicios de rehabilitación para sobrevivientes.
Esta nota se actualizará periódicamente a medida que surja nueva información. Consulta regularmente esta página.
Rachel Nania escribe sobre atención médica y políticas de salud para AARP. Anteriormente fue reportera y editora de WTOP Radio en Washington, D.C. Recibió un Premio Gracie y un Premio Regional Edward R. Murrow, y también participó en un programa sobre demencia con la National Press Foundation.