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¿Estás planeando tu jubilación? No olvides el costo del cuidado

Presupuestar el cuidado durante la enfermedad y la salud es un buen primer paso.

 Una pareja mirando documentos de planificación de la jubilación.

TERRY VINE/GETTY IMAGES

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¿Cuáles son tus metas de jubilación? ¿Hacer viajes largos, disfrutar de más momentos valiosos con tus hijos y nietos, dedicarte a tus pasatiempos o actividades personales, tener una cabaña en la playa o en la montaña? Antes de comenzar a ahorrar dinero para un vehículo recreativo, no olvides considerar que el cuidado formará parte de los años posteriores a la jubilación.

Alrededor del 85% de los adultos mayores tienen al menos una enfermedad crónica y el 60% tienen por lo menos dos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En algún momento de la evolución de estas enfermedades, estas personas necesitarán cuidados.


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Además, muchos adultos mayores se ocupan del cuidado de un cónyuge o un hijo adulto enfermo o con alguna discapacidad o necesidades especiales. Por lo tanto, casi todos nosotros necesitaremos y brindaremos cuidados a partir de los 60 años.

La realidad es que la enfermedad y el envejecimiento son costosos. Según un estudio de AARP del 2021, más de tres cuartas partes de los cuidadores familiares cubren de su propio bolsillo gastos relacionados con los cuidados, los cuales suman un promedio de más de $7,200 al año. Los costos anuales promedio de los cuidados a largo plazo oscilan entre $50,000 para los centros de vida asistida y más de $100,000 para una habitación privada en un hogar de ancianos. Las facturas de hospitales se pueden acumular rápidamente después de un episodio médico grave.

No es buena idea adoptar una actitud pasiva y esperar a ver si tú o tus cuidadores tendrán suficientes bienes para cubrir lo que necesites. Elaborar un plan de largo alcance te asegura que tú y tus seres queridos tengan un buen apoyo y menos estrés en general cuando llegue el momento.

Si necesitas un cuidador

Incluso si en la actualidad eres fuerte como un roble, incorpora herramientas de apoyo para el cuidado familiar en tus planes de longevidad. Haz cuentas con calculadoras de jubilación y beneficios y trabaja con asesores para que te orienten sobre las diferentes opciones disponibles. Esto puede incluir:

1. Ahorro y presupuesto

Calcula la cantidad de dinero que anticipas necesitar durante la jubilación en tiempos de buena o mala salud, y haz un presupuesto para ambas situaciones. Por ejemplo:

  • Separa o destina ciertos bienes específicamente para el cuidado que puedas necesitar. En algún momento tal vez desees simplificar tus finanzas para alcanzar esta meta. Cuanta más edad tengas, más probable será que necesites la ayuda de cuidadores remunerados y no remunerados. 
  • Reducir el tamaño de tu vivienda a cierta edad puede liberar bienes para recibir asistencia remunerada, como asistentes o encargados de la limpieza. Tal vez consideres hacer modificaciones en el hogar que te permitirán vivir de forma independiente sin depender tanto de cuidadores y sin tener que mudarte a un centro de vida asistida o a un hogar de ancianos.
  • Si ya te han diagnosticado una enfermedad crónica, investiga los costos de tu tratamiento y las posibles necesidades futuras para determinar qué tan costosa será tu atención médica a largo plazo.

2. Compra de seguros o anualidades

Estas pólizas pueden ser aportes financieros importantes si tienes necesidades médicas extraordinarias, pero es posible que no estén disponibles después de recibir un diagnóstico de una enfermedad crónica. No esperes a que suceda si puedes pagar con facilidad las primas de seguro o las anualidades que compensarán el costo de la atención o de una discapacidad a largo plazo.

3. Planificación de beneficios públicos

¿Podrás pagar la atención privada a largo plazo o necesitarás beneficios públicos, como Medicaid o asistencia para veteranos? Es posible tener algunos bienes e ingresos y aún tener derecho a recibir beneficios.

Con herramientas como contratos de servicios personales podrás pagarle a un ser querido para que se ocupe de tu cuidado. Otras técnicas, como reasignar ingresos o bienes, liquidar ciertas deudas y comprar elementos permitidos de reducción de gastos para Medicaid o establecer fideicomisos, pueden ayudar a mantener la cantidad máxima de bienes para tu cónyuge y brindarte más apoyo durante la jubilación.


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Si tú serás el cuidador

De los aproximadamente 53 millones de cuidadores familiares en Estados Unidos, casi uno de cada cinco experimenta una carga económica significativa. Yo me encuentro entre ellos.

Los gastos de bolsillo acabaron con mis ahorros. Dejé de percibir ingresos cuando perdí mi trabajo al finalizar la licencia médica familiar. De un momento para otro, mi familia no pudo pagar la hipoteca ni otros gastos fijos mensuales, como los préstamos estudiantiles. No nos alcanzaba el dinero para los gastos diarios y tampoco podíamos ahorrar para el futuro. Años después, todavía estamos lejos de donde queremos estar para alcanzar las metas que planeamos para nuestra jubilación.

Los cuidadores más jóvenes tienen más probabilidades de sentir más efectos en sus finanzas, como reducción de sus ahorros, endeudamiento y problemas para cubrir los gastos. Sin embargo, los cuidadores de entre 50 y 70 años tienen más probabilidades de agotar sus ahorros, justo en la antesala de su propia jubilación.

Por lo tanto, ya sea que te conviertas en cuidador a los 35 o a los 65 años, debes considerar tu situación financiera personal cuando te hagas cargo de la labor. Mitigar los efectos y las dificultades que enfrentan los cuidadores te ayudará a mantener la estabilidad en el futuro.

Conoce las contribuciones previstas

El primer paso es saber qué esperará o necesitará la persona que reciba tus cuidados. Averiguar estas cosas durante una crisis de salud te puede llevar a tomar decisiones apresuradas. Si bien puede ser incómodo hablar de dinero, es una conversación necesaria. Si trabajan juntos, tal vez puedan encontrar formas de minimizar tu desembolso personal.

Asegura tu solidez financiera en el futuro

Si has estado ahorrando para tu propia jubilación, es importante conservar esos bienes.

Es imposible recalcar esto lo suficiente: debes saber de qué facturas eres responsable y de cuáles no. Por ejemplo, no eres responsable de pagar las deudas médicas de otra persona. Asegúrate de contar con los documentos legales correspondientes para poder ayudar a la persona que cuidas sin asumir ninguna de sus obligaciones financieras.

Piensa dos veces antes de utilizar tus propias cuentas de jubilación para cubrir los gastos. Tus cuentas de jubilación son bienes protegidos, y retirar dinero de ellas antes de tiempo o sin necesidad puede tener consecuencias fiscales, multas y un reajuste de tu bienestar en el futuro.

Compara las ventajas de continuar trabajando con las ventajas de dejar el trabajo para hacerte cargo del cuidado. Las personas que brindan cuidados durante sus años laborales pierden salarios, pensiones y beneficios.

Si estás considerando reducir tus horas de trabajo (y, en consecuencia, tu salario) o abandonar la fuerza laboral para ocuparte del cuidado de un ser querido, haz las cuentas. ¿Pagar para recibir ayuda te dará más seguridad laboral y más bienes a la larga? Para esto tal vez debas cambiar de trabajo, posiblemente a una empresa que ofrezca beneficios que ayuden a los cuidadores, como licencia familiar remunerada o cuidado de relevo.

Ya sea que estés pensando en ser cuidador o recibir cuidados, tener un plan familiar que incluya los asuntos financieros es útil para todos en ambos lados de la situación. Menos de la mitad de los cuidadores encuestados en el 2020 (enlace en inglés) por AARP y la National Alliance for Caregiving informaron que la persona a su cuidado había establecido planes para el cuidado futuro, y solo dos de cada cinco cuidadores tenían planes para ellos mismos.

Los cuidadores que se ocupan de alguien que ha elaborado este plan indican que el cuidado les causa menos estrés en general. ¿Y a quién no le vendría bien un poco menos de estrés?

Una buena medida es comenzar a conversar con la familia sobre las expectativas, los objetivos y las habilidades que puedan contribuir. Trabajar con un asesor financiero competente, un profesional de seguros y un abogado que se especialice en los derechos de los adultos mayores puede crear una estrategia integrada de longevidad que posibilitará una jubilación más cómoda para ti y para tu familia, sin importar lo que depare el futuro. Y tal vez también puedas incluir ese vehículo recreativo.

Nota de redacción: Este artículo, publicado el 20 de noviembre del 2020, se ha actualizado con datos más recientes sobre los costos del cuidado familiar.

Amanda Singleton recibió el premio nacional Caregiving Visionary Award de CareGiving.com y presta servicios a cuidadores durante todas las etapas de la vida a través de su bufete de abogados. Síguela en Twitter y Facebook (enlaces en inglés).