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La comunicación durante la crisis de la COVID-19

Es indispensable que los residentes de centros de cuidado estén en contacto con sus familiares.

Mujer en una silla de ruedas desde atrás en una habitación

Rawpixel/GETTY

In English | A medida que las personas, familias y comunidades continúan haciendo frente al nuevo coronavirus (COVID-19), la situación nos recuerda cuán conectados estamos, y cuánto dependemos unos de otros para seguir adelante. Igual de cierto es que los cuidadores familiares pueden ser aliados cruciales y fiables en la estrategia del país para frenar la propagación del virus, y ayudar a las personas a quienes cuidan a enfrentar el estrés y la ansiedad que provoca esta situación sin precedentes. 

En un día promedio, los cuidadores familiares son generalmente el factor crítico que permite que los adultos mayores y las personas discapacitadas que necesitan apoyo y cuidados a largo plazo vivan en sus hogares y comunidades. Como coordinadores y principales defensores del cuidado de los adultos mayores, los cuidadores familiares a menudo llegan a ser "los ojos y oídos" de las preocupaciones y la seguridad de las personas a quienes cuidan, las cuales tienen necesidades de atención complejas; esto incluye cuando el ser querido vive en un centro de cuidados a largo plazo. El valor de los cuidadores familiares es inestimable. Ellos están en una posición única para entender mejor, articular y apoyar las necesidades emocionales, sociales y de salud de la persona a quien prestan cuidados.

Esto se vuelve más importante cuando se presenta una emergencia de salud pública, como la pandemia actual. Y con la pandemia en curso, comunicarse con sus seres queridos en instalaciones como hogares de ancianos y centros de vida asistida ha sido cada vez más difícil. 

Las funciones de los cuidadores familiares aumentan con la crisis

Para evitar la propagación de la COVID-19 a adultos mayores vulnerables en instalaciones de cuidados a largo plazo, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), que regulan la mayoría de los centros de enfermería especializada, emitieron normativas estrictas sobre visitas a los hogares de ancianos (en inglés).  La mayoría de los centros de vida asistida que no están regulados por el Gobierno federal también han limitado o prohibido la entrada a visitantes en sus instalaciones.

Incluso si no es posible visitar físicamente, las normativas no deberían impedir mantener las relaciones y conexiones entre los residentes y sus familiares y amistades, las cuales son fundamentales para el bienestar, tanto físico como emocional, de las personas. Los cuidadores familiares de residentes de hogares de ancianos, y aquellos que viven en centros de vida asistida, deben vigilar la salud y el bienestar de sus seres queridos lo más cerca posible.

Además —de cierto modo paradójico— a pesar de los retos únicos que representa proteger a otras personas de la COVID-19, la situación actual hace que las conexiones significativas sean aún más importantes. Es esencial que los residentes y familiares puedan comunicarse y realizar visitas virtuales, en especial durante momentos estresantes como los que estamos viviendo. Los impactos que el aislamiento social tiene sobre la salud son reales y muy serios. 

Soluciones para los retos

Permitir que la familia y el ser querido en las instalaciones permanezcan conectados para prosperar en esta crisis conlleva medidas en múltiples áreas:

Fortalecer los canales de comunicación entre los hogares de ancianos y los cuidadores familiares.

En las pautas actualizadas, los CMS animan a los hogares de ancianos a mantener informados a los familiares de los residentes sobre su cuidado. Los CMS deben fortalecer esta medida al exigir que los hogares de ancianos la cumplan. Una manera en que las instalaciones pueden lograr esto es al asignar integrantes del personal como contactos principales para las familias (por ejemplo, el cuidador familiar designado o representante), para facilitar la comunicación habitual con el personal mediante llamadas telefónicas, correos electrónicos o videos. Las instalaciones también deben posibilitar maneras para que los cuidadores familiares permanezcan en contacto con sus seres queridos, como a través de llamadas regulares y visitas virtuales (por ejemplo, por FaceTime, Skype o Zoom).  Esto debe incluir facilitar la comunicación con los residentes y sus cuidadores familiares sobre las opciones de tratamiento y establecer planes de cuidados anticipados. 


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Establecer consejos de familiares.

Las pautas federales proporcionan a los cuidadores familiares cuyos seres queridos residen en hogares de ancianos el derecho de formar parte de un consejo de familiares y reunirse en las instalaciones del hogar de ancianos para abogar por los residentes y colaborar con el personal para mejorar la calidad del cuidado.  Durante esta emergencia de salud pública, las instalaciones deben proporcionar métodos alternativos de comunicación para los consejos de familiares (correos electrónicos, Skype o cadenas telefónicas) para intercambiar información y para que los familiares se apoyen entre sí y se mantengan informados.

Posibilitar soluciones alternativas de comunicación.

Los estados también pueden desempeñar un papel importante. Deben fomentar el uso de soluciones alternativas de comunicación específicas para los residentes y las familias a medida que implementan medidas que limitan las visitas. Estas pueden incluir procesos para que el personal facilite llamadas telefónicas, asegurar que las instalaciones cuenten con dispositivos con funcionalidad de video y exigir que los centros se comuniquen más frecuentemente con las familias.  La oficina del defensor de cuidados a largo plazo del estado puede ayudar a posibilitar este esfuerzo.

Por último: el autocuidado

Finalmente, algunas palabras sobre los cuidadores familiares. Las personas que cuidan de un ser querido necesitan atender su propia salud, sus niveles de estrés y su bienestar, por lo que es importante que estos cuidadores estén conscientes de esto. Y quienes conozcan a un cuidador —desde los que proporcionan apoyo y cuidados a largo plazo hasta los profesionales de la salud y las amistades— deben destacar la importancia del autocuidado. Cuando el centro de cuidados a largo plazo limita el acceso a un ser querido, si bien lo hace con buena razón (para prevenir la propagación de la enfermedad), inherentemente ocasiona un motivo más de estrés y ansiedad. Sumarse a grupos de apoyo en internet, entre ellos el grupo de conversación AARP Family Caregivers en Facebook, puede ayudar a fomentar el intercambio de información y consejos, así como proporcionar apoyo.

En este tiempo de dificultades sin precedentes, es imprescindible que no perdamos de vista la necesidad esencial de asegurar la participación, inclusión y comunicación familiar en todos los entornos del cuidado, particularmente en los centros de cuidados a largo plazo. 

AARP proporciona información importante y recursos sobre el coronavirus para ayudar a proteger a los adultos mayores, las familias y las comunidades. Para más información, visita http://aarp.org/elcoronavirus.