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Cena de Nochebuena con sabor a Caribe

Sirva un pernil de cerdo relleno con plátano dulce, arroz con gandules y budín de pan y frutas secas.

Como quien no quiere las cosas, se nos ha pasado el 2011. Durante todo el año, he compartido con ustedes secretos de mi cocina para todas las ocasiones, desde las más concurridas hasta aquellas más íntimas.

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Nos toca ahora ir culminando con un festín caribeño. Una combinación deliciosa de pernil de cerdo relleno de jamón y plátanos maduros, que acompañaremos con arroz con gandules y para cerrar, un budín de pan con frutas secas. Todo esto, servido elegantemente en nuestra mesa familiar de Nochebuena.

La ocasión amerita lo mejor. Para nosotros, la Nochebuena es la verdadera cena familiar, aquella que evoca los recuerdos de nuestro ayer, los rostros de nuestros seres queridos que están lejos o, simplemente, ya no están.

A este banquete llegamos con la certeza de que hemos superado lo peor del año, que debemos ahora dedicar nuestra atención y energías a nuestra familia, nuestros amigos, las personas más importantes de nuestra vida. Es también una buena oportunidad de reencuentro pero trate siempre de que sea amena, para que en el recuerdo, suyo y de los demás, siempre quede un lugar para esta noche.

No es la última noche del año, pero sí es tal vez aquella en la que hará un balance más sopesado de sus días anteriores. Por ser una celebración familiar, centrada en una cena, hay más tiempo para la conversación, para el repaso de los días, para contar y, sobre todo, escuchar a los demás. No lo olvide, sentado a la mesa siempre habrá alguien que necesitará ser escuchado más que usted. Y no me refiero al narrador de cuentos, típico de cualquier familia, sino a la persona que realmente anda buscando, a veces sin saberlo, alguien que le preste atención.

La víspera de la Navidad merece una mesa bien servida. Después de todo, siempre hay un motivo por el cual celebrar. Comparta la alegría de los demás pero no deje de pensar en aquellos que necesitan ser ayudados. Aproveche, ahora que está rodeado de seres queridos y amigos, para despertar el interés de estos por ayudar a personas más necesitadas, ya sean niños o ancianos, ya sea en los Estados Unidos o en nuestros países.

El verdadero espíritu de la Navidad es un nacimiento. Usted puede hacer que nazcan esa noche ideas, proyectos, intereses nuevos enfocados en hacer el bien, en prestar ayuda. No deje pasar la ocasión, le aseguro que encontrará apoyo y por poca que sea la ayuda, siempre será una bendición para quien la reciba.

Hay quienes creen que estas fiestas son sólo una justificación para ir de compras, ofrecer y recibir regalos. Nada más lejos de la verdad; por eso cenamos en familia. Por eso recordamos a nuestros padres, abuelos o hijos, porque en el centro y alrededor de la mesa, imperceptible, está el deseo de ser cada vez mejores personas, aún cuando eso signifique, cambios radicales en nuestra escala de valores.

Mis recetas de esta semana son precisamente un homenaje al recuerdo de mi isla, Puerto Rico. Haga usted, de su Nochebuena, un homenaje a su cultura, su memoria y su familia.