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Qué podemos aprender de los trabajadores jóvenes

Conoce la 'tutoría invertida', cuando un empleado joven le enseña al 'jefe'.

Patrick Kerley imparte asesoría sobre redes sociales a Don Baer, CEO de Burson-Marsteller.

Eli Meir Kaplan

Patrick Kerley imparte asesoría sobre redes sociales a Don Baer, CEO de Burson-Marsteller.

In English | Don Baer, de 60 años y presidente y CEO de una de las firmas de relaciones públicas más grandes del mundo ha tenido muchos tutores. Al más reciente de ellos le dobla en edad.

El ejecutivo de Burson-Marsteller dice que él y su joven colega discuten de todo durante las sesiones de tutoría, desde los acontecimientos más recientes en las redes sociales y cómo estas se pueden utilizar para compartir los mensajes de los clientes, hasta cómo Baer puede tomarse una autofoto (selfie) con su iPhone.

Baer es fiel creyente de los beneficios de tener un tutor joven, al punto de que ha exhortado a otros gerentes de Burson-Marsteller, una firma mundial con alrededor de 2,500 empleados, para que también tengan uno.

Dice que "la idea era principalmente ayudarnos a los que no crecimos en la era digital y de las redes sociales a entender mejor estas cosas".

La experiencia de Burson-Marsteller se llama tutoría invertida —los empleados jóvenes ofrecen tutoría a los empleados de mayor jerarquía—. Los programas de tutoría invertida aún no gozan de gran popularidad en las empresas alrededor del mundo, pero poco a poco se darán a conocer a medida que los jefes se den cuenta de la diversidad generacional en su fuerza laboral.

Enseñar destrezas esenciales

Las compañías que emplean una gran cantidad de boomers y miembros de la generación del milenio lo ven como un vehículo para cerrar la brecha generacional y crear un intercambio de conocimiento recíproco, dice Wendy Marcinkus Murphy, profesora asociada de administración de Babson College en Wellesley, Massachusetts.

Por supuesto ambas partes obtendrán muchos beneficios al invertir la relación tradicional entre tutor y pupilo.

Los empleados más jóvenes tienen la oportunidad de mostrar sus destrezas de liderazgo y de tener acceso a los empleados de mayor antigüedad, lo cual podría impulsar sus carreras profesionales. Los empleados de mayor antigüedad pueden experimentar destrezas nuevas, obtener una perspectiva nueva de parte de aquellos que están directamente relacionados al trabajo y demostrar que no están tan aferrados a su manera de hacer las cosas, sino que son capaces de acoger ideas nuevas . "La capacidad de aprender es quizás la destreza más importante que puedes poseer en un lugar de trabajo", dice Murphy.

En PricewaterhouseCoopers, compañía que recluta empleados recién graduados de la universidad, el programa de tutoría invertida se implantó hace más de tres años en las oficinas de Atlanta. El programa permite que los empleados de mayor antigüedad de esta firma multinacional de contadores entablen una conexión con los empleados de la generación del milenio, quienes a su vez experimentan un impulso en sus carreras profesionales, lo que aumenta las probabilidades de que estos se queden en la compañía dice Bob Eichenberg, jefe de recursos humanos de esta región.

"Si observas la fuerza laboral y creas una gráfica de esta habrá una gran cantidad de empleados baby boomers y otra gran cantidad de empleados de la generación del milenio. Pero la cantidad de empleados de la generación X es mucho menor", dice. "El beneficio de acelerar el desarrollo de los empleados de la generación del milenio es que ellos van a tener que ocupar los puestos de liderato, ya que no hay suficientes empleados de la generación X".

La tutoría invertida ha existido por muchos años pero de manera informal. A Jack Welch, quien era el CEO de General Electric, a menudo se le atribuye el haber introducido la versión formal de la tutoría invertida en el mundo corporativo estadounidense a finales de los 90. Welch acuñó la idea cuando estuvo en el extranjero.

A su regreso, pasaron solo 48 horas y ya todos en la compañía estaban en busca de un tutor, dijo Welch durante una entrevista. "Revolucionamos la organización".

Desde entonces, otras grandes compañías han implantado la tutoría invertida, entre ellas Cisco, Procter & Gamble y The Hartford.

Años atrás en GE, los tutores jóvenes le enseñaron a Welch y a cientos de ejecutivos a navegar en internet. Hoy día, los tutores les enseñan acerca de las redes sociales, como por ejemplo cómo usar Twitter e Instagram o crear perfiles en LinkedIn.

Conversaciones valiosas

La tutoría invertida va más allá de las lecciones de tecnología. Esto también sucede en el campo de la medicina y las ciencias, pues los recién graduados están más al tanto de los avances y las investigaciones más recientes, dice Murphy del Babson College. También ha sido utilizado para conectar a ejecutivos y tutores con diferentes orígenes como parte de un adiestramiento acerca de diversidad.

La tutoría por lo general se extiende entre seis meses y dos años. A menudo en las sesiones se discuten ciertos temas establecidos, aunque no suelen ser tan rígidas como para no permitir que los tutores y los pupilos se salgan del tema y discutan otras áreas de interés.

"Cuando tienes 20 años y trabajas con un ejecutivo es beneficioso establecer una estructura y tener la capacidad de continuar con la conversación sin importar cómo se desarrolle", dice Heather Serignese, de 31 años, una de las primeras tutoras de cuando The Hartford introdujo el programa en el 2010.

Serignese fue tutora de dos pupilos de mucha antigüedad en la compañía con quienes habló sobre tecnología, aparatos, cómo entablar redes de contactos y el poder de las redes. Uno de los pupilos le enseñó a utilizar una plataforma de Microsoft para intercambio de información que su pupilo había utilizado en otra compañía pero que era nueva en The Hartford en aquel entonces.

"Aprendimos el uno del otro", dice ella.

De hecho, el éxito de la tutoría estriba en el aprendizaje recíproco, dicen los expertos.

Esto le sucedió a Matt Kirk, de 42 años y vicepresidente principal de ventas y distribución de The Hartford, quien estuvo involucrado en el programa de tutoría hace más de dos años. Este miembro de la generación X dice que cuando entró al mundo laboral recién había comenzado a utilizarse el correo electrónico y todavía había personas con bíper. Su mentor de 20 años lo puso al corriente con Twitter y lo convirtió en un fanático de LinkedIn.

Kirk dice que también fue capaz de mostrarle a su mentor los límites de la tecnología. No hay textos, mensajes de Twitter o comunicación electrónica que reemplace las reuniones cara a cara con los clientes cuando se busca desarrollar confianza y una relación de negocios a largo plazo, dice.

Lograr que funcione

Por supuesto, las compañías no pueden simplemente juntar a un empleado joven y a un ejecutivo de alto nivel y esperar que funcione.

En PricewaterhouseCoopers los tutores se seleccionan cuidadosamente. Por lo general tienen alrededor de 20 años y han trabajado en la compañía lo suficiente como para entender cómo funciona y a su vez aportar ideas nuevas y una perspectiva innovadora, dice Eichenberg. Tienen que tener la confianza suficiente para no dejarse intimidar por sus superiores.

Los ejecutivos que están muy ocupados deben sacar tiempo para que la tutoría funcione. Y deben asumir el papel de estudiantes. "Eso representó un cambio para mi", admitió Kirk, quien dice estar acostumbrado a dirigir reuniones.

Mike Bergelson, CEO de Everwise, que provee programación de mentoría basada en el sistema "cloud" dice que uno de los retos más fuertes entre los ejecutivos de alto nivel es superar el miedo a perder su prestigio.

"A menudo pueden estar dispuestos a la posibilidad de aprender de un empleado más joven, pero les preocupa la impresión que esto pueda causar en sus colegas", dice.

Contar con el apoyo de la alta jerarquía también aumenta las posibilidades de éxito de la tutoría invertida. Eso fue lo que sucedió en Burson-Marsteller. El CEO Baer dice que luego de conocer acerca de la tutoría invertida en un seminario que tomó en el 2013, "quería experimentarla por mi mismo". Escogió voluntariamente a Patrick Kerley, de 32 años y director de alto nivel del equipo de redes sociales y medios digitales de la compañía.

Kerley dice que no tenía ningún reparo en ofrecer tutoría a un CEO. Eso sí, se asegura de probar cualquier tecnología nueva antes de presentársela a Baer y se prepara bien para ser capaz de contestar cualquier pregunta. Se reunen semanalmente, a veces más a menudo.

"Don fue muy claro desde el principio, si veo algo nuevo e interesante que entienda que él debe saber, simplemente voy a verlo y comparto la información", dice Kerley.

Las conversaciones no se limitan a tecnología. Baer dice que discuten asuntos profesionales y lo que acontece en la compañía. "Tengo una mejor perspectiva de lo que él piensa acerca de la industria de las relaciones públicas y hacia dónde se dirige", dice Kerley.

Debido a la rapidez con la que cambia la tecnología es muy probable que la necesidad de tutoría invertida continúe creciendo. Kerley incluso recibe apoyo de los empleados más jóvenes.

"Tengo un equipo de empleados que son 10 años más jóvenes que yo. A menudo comparten conmigo lo más reciente e innovador".

Mentor Up une a adolescentes y a adultos

AARP Foundation comenzó el programa Mentor Up en septiembre del 2013 para unir a adolescentes y jóvenes adultos con generaciones mayores y así mantenerlos al corriente y conectados. Los voluntarios jóvenes ofrecían tutoría a personas mayores acerca de temas muy variados, desde tecnología hasta salud y ejercicios. En ocasiones, la tarea es más bien convertirte en su amigo. En la campaña Love Letters del año pasado, cerca de 74,000 voluntarios jóvenes escribieron más de 250,000 cartas de San Valentín que se enviaron a adultos mayores. Mentor Up trabaja en conjunto con organizaciones como el Concilio Nacional 4-H y DoSomething.org y ha logrado que sobre 300,000 jóvenes hayan llegado a más de 200,000 adultos mayores.

El año pasado, el mentor Robert Fisch, estudiante de cuarto año de Northwestern University, le enseñó a un pupilo septuagenario cómo instalar un sistema Bluetooth en su auto. "Fue bueno conversar con él", dijo el joven de 21 años. "Sentí que hubo una conexión real". Encuentra más información en MentorUp.org. —EA

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