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Sheryl Crow y Melissa Etheridge vencen el cáncer y superan el sufrimiento

Estas leyendas musicales ahora nos dicen cómo disfrutar de la vida.

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Melissa Etheridge y Sheryl Crow, sobrevivientes del cáncer y portada del AARP The Magazine

Nino Muñoz

Melissa Etheridge y Sheryl Crow vencieron el cáncer.

In English l Son buenas amigas desde 1988, cuando estas dos chicas del medio oeste se abrían paso en una industria dominada por los hombres. Nacieron con nueve meses de diferencia en estados vecinos —Sheryl Crow en el pequeño pueblo de Kennett, Missouri y Melissa Etheridge en Leavenworth, Kansas— y se conocieron en Los Angeles Sports Arena durante la gira de conciertos Bad de Michael Jackson. Tras bastidores, Crow, quien en aquel entonces era corista de Jackson, se acercó a Etheridge, a quien la crítica comparó con Janis Joplin y Bruce Springsteen tras el lanzamiento de su primer álbum durante la primavera, y le comentó, “¡Me encanta tu nuevo álbum!"

“Fue una grata sorpresa”, recuerda Etheridge, “y la primera vez que una persona cuyo trabajo admiro ya se había convertido en una de mis admiradoras”.

Unos veinte años más tarde, Etheridge, de 53 años, se encuentra junto a Crow en una mesa en Los Ángeles tomando jugo de arándano y comiendo toronja rosada mientras rememoran aquellos años. “En aquel entonces éramos jóvenes”, dijo ella.

“Estábamos en todas”, bromea Crow, de 52 años.

Ambas visten camiseta, pantalones vaqueros y botas. “Hemos vivido vidas paralelas en muchos aspectos”, señala Crow. Y es cierto. Ambas son cantautoras y han alcanzado la cima de sus carreras profesionales. (Crow ha ganado nueve premios Grammy y ha vendido 35 millones de discos, mientras que Etheridge tiene cinco discos de platino y dos premios Grammy). Ambas son madres abnegadas— Crow tiene dos varones de 4 y 7 años, y Etheridge tiene cuatro, el mayor de los cuales tiene 17 años— pero ninguna de las dos ha dado a luz. Y ambas han enfrentado una serie de retos muy difíciles ante el ojo público. Han vivido separaciones dramáticas. Crow anunció su separación del ciclista Lance Armstrong en el 2006, luego de haber estado comprometidos por 5 meses. Etheridge ha vivido dos separaciones luego de muchos años de relación —con Julie Cypher en el 2000 y luego con Tammy Lynn Michaels en el 2010—.

Pero más importante aún es el hecho de que ambas le han hecho frente a uno de los adversarios más siniestros que ataca a casi 300,000 mujeres estadounidenses anualmente:  el cáncer de mama. A Etheridge le diagnosticaron en el 2004, a los 43 años, y a Crow en el 2006, a los 44. Ambas admiten que vencer el cáncer y salir airosas ha sido una transformación total y las ha convertido en lo que son hoy: sobrevivientes, modelos a seguir y portavoces de la concienciación social y el cambio.

Para Etheridge todo comenzó un día del mes de octubre mientras se encontraba de gira en Ottawa, Ontario. Mientras se bañaba sintió una masa en su seno. “Me sorpredió mucho”, recuerda. “¡Y era grande!” Una vocecita en mi cabeza comenzó a preguntarse, ‘¿Será cáncer? Tu padre murió de cáncer. Tu tía murió de cáncer. Tu abuela. Tu madre padeció de cáncer. Tu prima. Cáncer. Cáncer.' No puedes callar esa voz”. Pero lo intentó y trató de convencerse de que “No. Esto es un quiste”.

Ya para entonces Etheridge había sobrepasado muchas dificultades. A pesar de haber sido, como dice Etheridge, “una niña muy buena” —a los 8 años ya componía canciones y tocaba la guitarra, y en la secundaria se convirtió en “la estofona de la banda y el teatro escolar” — escondía un secreto muy oscuro. En su autobiografía de 2001, titulada The Truth Is … , Etheridge reveló que su hermana mayor, Jennifer, abusó sexualmente de ella cuando tenía entre 6 y 11 años. (Esta confesión desgarró la relación familiar y, hoy en día, Etheridge y Jennifer no se hablan). Etheridge añade que su madre no mostró mucho afecto hacia ella durante su crianza y durante su adolescencia fue que comenzó a ansiar la compañía de mujeres. A los 16 años se dio cuenta de que también deseaba tener intimidad con mujeres.

Hoy en día no le afecta tanto. Con la canción  Cold as Ice de Foreigner de fondo, Etheridge canta a coro durante la entrevista. “Así me decía mi ex novio”, revela entre risas. “Yo tenía 15 años. Él no entendía porqué yo era tan fría. Ahora cuando escucho esa canción pienso, ‘No soy fría, soy gay’”.

Pero en aquel momento la palabra “lesbiana” la asustaba tanto como sus sentimientos. “Espero que para los jóvenes homosexuales de hoy en día no sea tan difícil”, dice, “pero, cielos, cuando era pequeña, era muy difícil tratar de seguir ese camino”.

Melissa Etheridge junto a sus hijos

Presselect / Alamy

Melissa Etheridge con su hija Bailey y su hijo Beckett.

En la víspera del lanzamiento de su primer disco, Etheridge debatía la idea de si debía revelar públicamente su homosexualidad. Ella y su disquera decidieron no hacerlo, a pesar de que entre la comunidad gay ya se sabía. En 1991 la muerte de su padre, John, un agricultor inmigrante que trabajó duro para convertirse en maestro de escuela y en entrenador de atletismo, tuvo un gran efecto en su decisión de confesar públicamente su homosexualidad. “Él no tenía problemas con [mi sexualidad] y solo quería que fuera feliz”, dice Etheridge. “Su muerte me provocó la necesidad de ser quien realmente soy, porque de otro manera nunca sería feliz”.

Así que en enero de 1993, durante la celebración de la toma de posesión del presidente Bill Clinton, Etheridge asistió al Triangle Ball, la primera gala presidencial para gays y lesbianas. Luego de preguntarse durante años quién de sus amigos homosexuales de Hollywood sería el primero en "cruzar el río de fuego", sintió la necesidad de hacerlo, pues todos estaban involucrados en el ámbito político. Yo me decía, 'Mira a toda esta gente como arriesgan sus vidas y su trabajo'. Sí, lo voy a hacer'. ¡Y listo! Lo hice". Más tarde ese mismo año, Etheridge bautizó su cuarto disco con el nombre Yes, I am.

Ya en aquel momento tenía una relación con Julie Cypher —cineasta y ex esposa del actor Lou Diamond Phillips— a quien conoció en 1988.  Con el pasar de los años se convirtieron en la pareja homosexual modelo, pues Cypher tuvo un varón y una niña, Bailey y Beckett, mediante la donación de esperma de David Crosby, cantante de rock y amigo de la pareja.

Pero en septiembre del 2000, poco después de aparecer en la portada de la revista Rolling Stone, Cypher comenzó a cuestionarse si realmente era lesbiana y el mundo perfecto que la pareja había creado se desplomó.

A un año de su separación, Etheridge, ya de 40 años, comenzó una relación con la actriz Tammy Lynn Michaels quien es 14 años menor que ella.  En el 2003 tuvieron una ceremonia de compromiso y en el 2006, dos años después del diagnóstico de cáncer de Etheridge, Michaels dió a luz a los gemelos Johnnie Rose y Miller Steven a quienes concibió gracias a un donante de esperma anónimo. La vida parecía sonreírle de nuevo.

Ese mismo año, cuando las cosas parecían volver a la normalidad para Etheridge fue que Sheryl Crow comenzó a enfrentar una desgracia tras otra. Seis días luego de admitir públicamente el fin de su compromiso con Lance Armstrong, presuntamente porque ella quería casarse y tener hijos y él no estaba listo, recibió una llamada con respecto a su mamografía. Tras realizarse otros estudios descubrieron que tenía cáncer. "Fue un momento muy duro emocionalmente para mi", recuerda Crow. "Mi mundo se derrumbaba. Sentía como si me hubieran movido el piso. Llamé a mi familia y todos viajaron a California". Y llamó a su amiga Melissa Etheridge para que le brindara apoyo.

A ninguna de las dos se le ocurrió mantener su enfermedad en secreto. Sin embargo, hoy en día, Etheridge dice: "Si hubiera podido, hubiera escogido no hacer públicos ni mi diagnóstico de cáncer ni mis divorcios. Pero no puedes decir, 'Solo voy a compartir con el público las cosas buenas'.  Siempre que converso con alguien tengo que asegurarme de no esconder nada".

El diagnóstico de cáncer de Crow fue tan rápido luego de separarse de Armstrong (a quien en 1996 le diagnosticaron cáncer testicular metastásico) que intensificó la publicidad y el sufrimiento de Crow. Hoy en día no habla acerca de su separación del ciclista, pero con un poco de amargura en su voz habla de la ironía de toda esta situación: "Él era probablemente el sobreviviente de cáncer más conocido, ¿no? Fue como una broma cruel".

Crow decidió someterse a una lumpectomía y a radiación para tratar su cáncer, el cual le diagnosticaron en una etapa temprana.

Etheridge no tuvo tanta suerte. Su diagnóstico fue de cáncer en estadio 3, aunque más tarde los doctores indicaron que era estadio 2.  "Mi radióloga, bendita sea, se sentó conmigo en un cuarto oscuro. Y me dijo, 'Melissa, quiero que sepas que esto es lo peor que te puede pasar'. Se desabotonó la camisa y me enseñó su doble mastectomía. Luego me dijo, 'No temas. Vas a estar bien'. Así que comencé mi travesía pensando, 'No me voy a morir. Solo tengo que pasar por todo esto'".

La quimioterapia la debilitó. "No tener energía alguna es algo aterrador", dice Etheridge.  Sin poder comer a causa de las náuseas, comenzó con el uso medicinal de la marihuana, y hoy en día aboga políticamente por este método. "Calmó mi ansiedad y me ayudó a recobrar el apetito, así que pude mantener mis fuerzas", dijo.

Melissa Etheridge

L. Cohen/WireImage via Getty Images

Melissa Etheridge canta durante la ceremonia de los premios Grammy en el 2005.

Semanas luego de haber terminado sus tratamientos Etheridge, quien en aquel momento estaba calva, decidió participar en la ceremonia de los premios Grammy en el 2005 en un tributo a Janis Joplin en el que interpretó "Piece of My Heart". Esta fue su primera aparición pública luego de su diagnóstico y subió al escenario pensando, "No quiero que nadie se burle de mi". Estaba tan cansada que cuando comenzó a cantar, recuerda "Me quedé quieta en un solo lugar, en lugar de moverme de un lado a otro como siempre hago. Esto me ayudó a hacer una mejor presentación". El público la ovacionó.

Luego de esto, Etheridge reflexionaba acostada en su cama. "Parte de mi despertar espiritual fue el resultado de autoevaluarme", explica. "Me tomé el tiempo para hacer esto". Debido a que Etheridge tiene una mutación del gen BRCA2, el cual provoca una predisposición en las mujeres para padecer de cáncer, su estrategia para prevenir una recaída es tomar el control de su vida y arreglar lo que estaba mal.   "No soy una víctima", dice. "Yo asumo la responsabilidad".

Crow tiene una perspectiva diferente. "No tengo información concreta que diga que si hacemos esto o lo otro podremos prevenir el cáncer", dice. En lugar de asumir la misma visión de Etheridge de tomar el control de su recuperación, Crow ha cedido el control —ha dejado que la cosas fluyan y ya no trata de complacer a todos a su alrededor—. "He sido la persona que arregla todo", dice Crow, "pero cuando constantemente arreglas todo para los demás, te sacrificas a ti misma".

Crow es la tercera de cuatro hijos criados en Missouri y siempre ha sido muy resuelta. Su padre, Wendell, es abogado y su madre, Bernice, tocaba en una banda de swing y motivó a Crow a dedicarse a la música. Crow sobresalió en la escuela secundaria tanto en lo académico como en los deportes. Crow obtuvo un título de University of Missouri en piano clásico y canto y en 1986 se fue a Los Ángeles con su disco de prueba.

Sheryl Crow

Aaron Gilbert/Retna Ltd./Corbis

Sheryl Crow, ganadora de premios Grammy, en una presentación.

Tuvo éxito de inmediato trabajando en canciones publicitarias y en la gira de conciertos de Michael Jackson, pero cuando terminó dos años después, tuvo que trabajar de mesera para poder vivir.  "Todas las disqueras de L.A. me rechazaron", dice. "Me decían 'no sabemos qué hacer con una cantante de soul de ojos azules'". En 1992 grabó su primer disco, pero nunca salió al mercado.

Dos años más tarde "All I Wanna Do", una celebración de los holgazanes de California marcó su debut oficial conTuesday Night Music Club. Su sencillo "Strong Enough" se convirtió en un éxito. Se vendieron 7 millones de copias de este disco y recibió tres premios Grammy.

"¡Ese disco fue maravilloso!" dice Etheridge con mucha emoción. "Le gustó a todo el mundo".

La popularidad recién adquirida de Crow trajo consigo muchas emociones. “Tenía 32 años”, señaló. "No me importaba la fama, pero sin darte cuenta comienzan a vestirte y a hablar de ti. Tienes que ser lo suficientemente sensible para poder entender la condición humana y escribir canciones que perduren; sin embargo, tienes que desarrollar una coraza. Me tomó tiempo poder safarme del espectro de la popularidad y enfocarme en el trabajo.

Pero el trabajo quedó rezagado cuando le diagnosticaron cáncer. Crow tuvo que tomar las cosas con más calma y estar más pendiente de cuidarse a sí misma. "Había vivido una vida fragmentada", dice. "No había aprendido a dejar de preocuparme por los demás".

Sheryl Crow junto a sus hijos

Paul Hiffmeyer/Disneyland Resort via Getty Images

Sheryl Crow y sus hijos.

A menos de un año después de su diagnóstico, Crow decidió encargarse de tener la familia que siempre quiso sin esperar por el hombre adecuado con quien compartir esto. ("Mi selección de parejas no ha sido muy buena", admite). En mayo de 2007 adoptó un niño de dos semanas de nacido, Wyatt Steven. Al año siguiente se mudó para Nashville para estar más cerca de su familia. "Con todo este ajoro, ya no sabía a dónde pertenecía", dice. "Lo único que pensaba que podía hacer era mudarme cerca de mi familia. Ha sido la mejor decisión que he tomado". En el 2010 adoptó a su segundo hijo, Levi James.

Su más reciente disco que salió al mercado en otoño pasado Feels Like Home muestra un estilo más apegado al country-rock con canciones acerca de hogares destruidos y separaciones amorosas. “La música de Crow ahora es para adultos”, dice Brian Mansfield, corresponsal de Nashville para USA Today. “Ahora escribe acerca de personas que han experimentado pérdidas y que se preocupan por su salud, la familia y las cuentas”.

Durante un receso en la entrevista, Etheridge se coloca sus audífonos y mueve su cabeza al ritmo de la mezcla final de “Soul Brothers”, una canción que forma parte de su próximo disco titulado This Is M.E. Al igual que el disco más reciente de Crow, este álbum de Etheridge refleja las experiencias de un artista que ha madurado gracias a las adversidades.

Crow y Etheridge concuerdan que haber llegado a los 50 es motivo de celebración. Ambas aprecian la sabiduría adquirida y que ya no necesitan dar explicaciones. Y por lo menos Etheridge también aprecia una recién descubierta sensualidad. “¡El sexo es mejor ahora!” dice entre carcajadas. “De verdad, estoy más saludable y como me amo a mi misma atraigo a otro tipo de personas”.

A finales de mayo, Etheridge se casó con la creadora de Nurse Jackie , Linda Wallem, su mejor amiga desde hace mucho tiempo. Comenzaron a salir en el 2010 después de que Etheridge se separó de Michaels. Tanto Etheridge como Crow, quien actualmente está soltera quieren enseñarles a sus hijos (Etheridge comparte la custodia de los suyos con sus ex parejas) algunas de las lecciones de vida que aprendieron. Para Crow, a quien a finales de 2011 le diagnosticaron un tumor benigno en el cerebro, esto significa “tener la perseverancia para seguir siendo como eres en tiempos de prueba y tribulación”.

Ellas también están comprometidas con la educación acerca de la lucha en contra del cáncer de mama. Crow es la imagen de la institución de radiología  Pink Lotus Breast Center en Los Ángeles, una institución líder en innovación de estudios y tratamientos. También conversa con mujeres a las que encuentra en el aeropuerto o en la fila de Starbucks.  “Es muy raro que no hablemos del tema”, dice Crow.  Nunca aspiraron a pertenecer a una sororidad, pero ahora Crow y Etheridge pertenecen a una y están muy agradecidas por eso.

“Tuve que padecer de cáncer para darme cuenta de que la felicidad es algo que tengo de cultivar yo misma”, dice Crow mientras toca la mano de Etheridge.

“He aprendido a tomar decisiones valiosas”, dice Etheridge. “Ahora te enfrentas a las cosas y piensas, ‘¡Está bien! Simplemente, hazlo."

Ambas están de acuerdo en que el cáncer se ha convertido en algo que jamás imaginaron. “Un regalo”, dijeron casi al unísono.

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