“¿Por qué decidí vacunarme?”

Cortesía: María Angéglica Trak, Rosa María Villalpando, Dr. Walter Palmas, Joe Gonzales y Rosa Williams

La pandemia de la COVID-19 sigue cobrando vidas en Estados Unidos. Según datos recopilados por la Universidad de John Hopkins; para finales de enero del 2021, se reportaron más de 26 millones de infectados en el país y la cifra de muertos superó los 440 mil. Los hispanos, quienes corren mayor riesgo de contagio, se encuentran entre los más impactados.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), la comunidad latina tiene un índice de hospitalización cuatro veces más alto que la población blanca no hispana, y una tasa de mortalidad casi tres veces mayor. En algunos estados como California, donde los latinos constituyen el 39% de los 40 millones de habitantes en el estado, las cifras son aún más desalentadoras. 

“Desafortunadamente somos el 56% de los infectados y mucho más triste, el 47% de los muertos. Si nos ponemos a pensar, casi la mitad de las personas que están muriendo a consecuencia de la COVID-19 en California son latinos”, afirma la doctora Diana Ramos, del Departamento de Salud Pública de California.

Expertos estiman que estas cifras seguirán en aumento si no se logra controlar la propagación del coronavirus, que ya ha comenzado a mutar. Variantes del virus SARS-CoV-2 (el nombre oficial del coronavirus que desató la pandemia en el 2020) identificadas en Inglaterra y Sudáfrica ya están circulando en Estados Unidos. Por eso, funcionarios de salud afirman que es imprescindible promover esfuerzos de vacunación masiva.

Sin embargo, sigue habiendo escepticismo en torno a los beneficios de las vacunas disponibles en esta etapa inicial, las cuales han sido desarrolladas en un tiempo brevísimo y extraordinario.

Según una encuesta de la Kaiser Family Foundation (KFF, en inglés) realizada a finales del 2020, la mayoría de los latinos encuestados — el 71%— dice que se pondrían la vacuna contra la COVID-19 y en ese mismo grupo, uno de cada cuatro se vacunarían lo más pronto posible. Sin embargo, un 26% dijo que no lo haría, indicando dudas sobre la seguridad y eficacia de la vacuna y preocupación sobre posibles efectos secundarios.

Hablamos con cinco hispanos, entre los más de 31 millones de personas, en diferentes partes del país, que recibieron la vacuna contra la COVID-19 en la primera fase del plan de vacunación. Nuestros entrevistados compartieron su motivación para ser vacunados y cómo fue la experiencia.

Dr. Walter Palmas, 58

Argentino. Médico internista e investigador, Columbia Medical Center, Nueva York. Recibió la vacuna de Moderna.

La primera dosis fue mi regalo de Navidad, porque me la pusieron el 24 y la estaba esperando con muchas ganas. En el ámbito clínico, ha sido una etapa muy dura para todos nosotros y la vacuna es la luz que estamos viendo al final del túnel. La manera en que se está organizado es que te observan, dependiendo de tu historial clínico, por un período de quince a cuarentaicinco minutos después de vacunarte. Dolió un poquito más que las vacunas como la de la influenza, pero un poco de dolor en el brazo no es nada comparado con el beneficio que vamos a tener de esto.

Algunos medios de comunicación pusieron mucho énfasis en las reacciones alérgicas y hay que destacar que esto no aplica a las reacciones alérgicas que el común de la gente tiene. Aplica solamente a un tipo especial de reacción alérgica que se llama reacción anafiláctica. Son vacunas muy seguras. No te da inmunidad al 100%, pero te da una inmunidad del 95%. El hecho que alguna persona haya tenido la enfermedad después de vacunarse, no es un fracaso de la vacuna. Es de esperar. La gente que se contagia [después de vacunarse], tiene menos síntomas y mucho menos gente desarrolla enfermedad severa. Muchas vidas se van a salvar cuando la gran cantidad de la población esté vacunada.

Rosa María Villalpando, 56

Mexicana. Psicóloga. Los Ángeles. Recibió la vacuna de Pfizer.

Por cuestiones de salud, yo estoy en constante tratamiento médico desde hace tres años que sufrí una hemorragia cerebral que me paralizó el lado izquierdo. Estoy en contacto con médicos, el neurólogo, el cardiólogo, mi doctor general. Cuando yo supe de la vacuna, pregunté si yo calificaba, porque mi caso es de mucho cuidado. Mi mamá tiene 97 años. Mi sobrina tiene lupus y yo, por cuestiones de salud. O sea, somos parte del grupo de alto riesgo. Tenemos que tener mucho cuidado porque no podemos aquí sobrevivir un contagio.

Yo recibí la primera vacuna el 21 de diciembre y a los veintiocho días, la segunda. No tuve ningún efecto secundario. Solo un dolor de cabeza muy leve. Es más importante correr los riesgos de la vacuna que ser contagiado con el virus. Esta fue mi decisión, pensando en mi familia y en mí.  Nos estamos preparando para que mamá, de 97 años, se vacune. Ella quiere hacerlo. Otras personas aquí en mi casa, como mi hermana y su esposo, no quieren vacunarse porque tienen temor a los efectos secundarios y eso se debe respetar. Yo solamente les digo que tienen que ver los pros y los contras. Para mí, los riesgos eran menos vacunándome, porque si había un algún efecto secundario, yo podía ser atendida. Pero con el virus, hay tan pocas posibilidades. El virus no pregunta, te da y te da. En mi familia varias personas se contagiaron. Gracias a Dios están muy bien.

Rosa Williams, 91

Panameña. Jubilada. Dallas, Texas.Tiene 3 hijas, 5 nietos y 4 bisnietos. Recibió la vacuna de Moderna.

Al principio, yo pensaba que la pandemia era algo que no iba a durar mucho tiempo. Yo vivo sola. Una de mis hijas me llevaba a comprar al supermercado y no me dejaba que yo tocara nada. Llegó el momento en que se puso peor el virus y ella me dijo “no vas a salir más”. Ella está bien pendiente de limpiar y poner desinfectantes. He quedado que no puedo manejar, no puedo salir, no puedo recibir visitas. 

Cuando empezaron a decir que ya llegó la vacuna, la aprobaron, ya van a ponerla a la gente, me tocó mi cita regular con mi doctora. Yo le dije, no sé, tengo un poquito de miedo, y me dijo “no, nada de miedo. La vacuna está muy bien y quiero que te la pongas”. Me dieron una cita en Dallas. Fuimos y cuando estábamos llegando mi hija me dijo “yo no te voy a dejar que tú te pares en la línea porque estás muy expuesta. La gente no guarda los seis pies. Hay muchos que no tienen la máscara”. Nosotros creíamos que se la iban a poner a uno en el carro. Otra hija me inscribió en la lista de Garland, una ciudad cercana a Dallas. De veras, no sentí nada. Dormí toda la noche muy bien. Me siento más tranquila, pero todavía me voy a cuidar. Solo salgo cuando tengo que ir a una cita con uno de mis doctores.

Joe Gonzales, 57

Mexicoamericano. Especialista en facturación en un hospital en Houston, Texas. Está en la lista de espera para trasplante de hígado. Recibió la vacuna de Moderna.

Necesito un trasplante de hígado. El año pasado, estuve en el hospital media docena de veces. Al principio, no estaba tan preocupado. Pero a medida que avanzaba el año y la pandemia empeoraba, me preocupé. Una vez que estuve ingresado varios días, terminé en el pasillo porque no había camas. Te das cuenta que no estás seguro. 

Con mi pareja siempre dijimos que, si salía una vacuna, la íbamos a tomar. Entonces me comuniqué con mi administrador de casos y fui a que me pusieran la vacuna. Creo que fue como en los primeros días que habían recibido la vacuna para administrarla, así que fue un poco caótico. Después que me pusieron la vacuna, tuve dolor en el brazo durante unos días. No tuve fiebre, solo un pequeño dolor, como el comienzo de una gripe, pero nada severo. Algunas personas tienen dudas sobre la vacuna, pero nosotros, ni lo pensamos dos veces. Mi consejo es si la vacuna está disponible y es gratuita o tienes que pagar un copago a través de tu seguro, deberías ponértela para protegerte.

Dra. María Angélica Trak, 50

Venezolana. Investigadora, especialista en nutrición, Florida International University en Miami. Recibió la vacuna de Moderna.

Me leí los estudios. Confío en los laboratorios que la ofrecieron y me pareció que desde el punto de vista humano ya es hora que terminemos con la pandemia. Soy sana en general y dije bueno, vamos a recibir la vacuna. Mi único temor es que soy un poquito alérgica, pero no de las personas que necesitan adrenalina ni nada y lo que hicieron fue que me dejaron en observación, en vez de quince, treinta minutos. 

Me preocupa que no haya conseguido la cita para mi mamá. Tenemos personas cercanas a la familia que han fallecido de COVID en Florida. Nosotros implementamos un protocolo estricto en casa. Yo trabajo en ciencia. Mi esposo se enfermó por un contacto con una persona que trabaja en construcción. Le dio muy leve, gracias a Dios. Él ya tiene anticuerpos. Yo tengo la vacuna. Mi mamá se está cuidando. Ideal hubiese sido que ella recibiese la vacuna y yo me sigo cuidando. Pero como no fue la oportunidad que se nos presentó, pues estoy tranquila de que por lo menos hemos reducido el riesgo en casa. Y bueno, a la expectativa de que ella se vacune.

¿Cúando puedo vacunarme?

Se han establecido una serie de prioridades sobre el orden en que se vacunará la población. Cada estado tiene su propio plan de vacunación. Consulta nuestras guías estatales para las últimas novedades en tu estado. 

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