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5 avances médicos que pueden salvar vidas

Dentro de muy poco tiempo, millones de estadounidenses podrían aprovechar los beneficios de estas extraordinarias tecnologías.

Mujer sosteniendo un marcapaso

Dan Saelinger

Este diminuto marcapasos inalámbrico, que constituye un nuevo avance de la Medicina, puede brindar a los pacientes cardíacos la energía que les permitiría estar más activos.

In English l Avances que van desde un marcapasos inalámbrico del tamaño de una cápsula de suplemento vitamínico hasta una prueba de ADN que puede identificar una bacteria letal en minutos en lugar de en días ya están transformando la vida de muchos pacientes.

1. Un diminuto marcapasos inalámbrico que les brinda a los pacientes cardíacos la libertad para volver a bailar

“Solía sentirme tan exhausta para la hora de la cena que apenas me podía levantar del sillón”, recuerda Mary Lou Trejo, de 77 años. Ahora, esta residente de Columbus, Ohio, corta el césped y realiza tareas de jardinería en su casa; inclusive, hace poco terminó de pintar la puerta del garaje. Y todo gracias a un marcapasos inalámbrico que tiene el tamaño de un suplemento vitamínico.

A diferencia de los marcapasos convencionales que son implantados en el pecho y tienen cables eléctricos que recorren una vena hasta el corazón, esta pequeña versión requiere, para su colocación, de una cirugía mínimamente invasiva, explica el cardiólogo John Hummel del Centro Médico Wexner de Ohio State University, situado en Columbus, donde está dirigiendo un ensayo clínico del dispositivo.

Al ser inalámbrico, puede ser insertado mediante un catéter pasado a través de la arteria de la ingle y luego fijado al músculo cardíaco. A diferencia del modelo tradicional bicameral, este está diseñado para estimular una sola cámara del corazón, razón por la cual hasta ahora se está implantando únicamente en pacientes con bradicardia, un ritmo cardíaco lento, irregular, que puede provocar fatiga, mareos, desmayos y dificultad para respirar, todos los síntomas que solían afectar a Trejo. Ahora ya no. “Mi hija dice que ahora la supero”, afirma riéndose.

2. Una nueva ‘vacuna’ que estimula el sistema inmunitario podría revolucionar el tratamiento contra el cáncer

Pregúntale a Harold Steffen, de 67 años, cuánto mejor se siente desde que comenzó un tratamiento experimental contra el cáncer pancreático, y él te responderá con este convincente ejemplo: el verano pasado, tuvo la energía suficiente para soportar un maratón de compras con su hija, quien estaba buscando un vestido de novia. “Ella se probó sesenta y cinco vestidos, y yo estuve ahí, acompañándola, todo el tiempo”, dice con un aire de orgullo.

Steffen, programador informático jubilado oriundo de Woodinville, Washington, ha estado recibiendo quimioterapia por un cáncer pancreático durante tres años. “El efecto era menor que el buscado”, dice respecto de los tratamientos. También lo dejaban exhausto emocional y físicamente.

Entonces, su médico, el Dr. Vincent J. Picozzi Jr., especialista en cáncer pancreático del Virginia Mason Hospital y del Centro Médico Seattle, le comentó acerca de un nuevo ensayo clínico para analizar la inmunoterapia, en el cual las células inmunes del paciente se utilizan para atacar el cáncer. Es un tratamiento de dos fases que actúa como si fuera una vacuna, pues hace que el organismo identifique y ataque las células destructivas. En la primera fase, dos tipos de células de cáncer pancreático le “enseñan” al sistema inmunitario del paciente a “reconocer dichas células cancerígenas como malas”, explica Picozzi. Luego, en la segunda fase, se inyecta la bacteria Listeria monocygotenes genéticamente modificada, que estimula el sistema inmunitario para combatir dichas células.

El tratamiento, que se administra por vía intravenosa cada tres semanas, “resulta mucho menos agresivo que la quimioterapia”, afirma Steffen. Mejor aún, ha mantenido su cáncer bajo control.

3. Un audífono híbrido que brinda esperanza cuando el volumen empieza a bajar

Nancy Abrol estaba segura de que había algo en su automóvil que funcionaba mal. Cada vez que doblaba en una esquina, escuchaba un misterioso sonido semejante a un chasquido. Resultó ser que no había nada malo en su vehículo; en realidad, había algo que funcionaba demasiado bien en su audición. Por primera vez en su vida, Abrol podía escuchar el sonido de la señal de giro cuando ella la accionaba.

Esta última primavera, Abrol de 66 años, de Watkinsville, Georgia, se convirtió en la segunda persona en el país en recibir un implante coclear híbrido, una combinación de audífono y de implante coclear que, en palabras de Sarah Sydlowski, audióloga de la Clínica Cleveland, ha “cambiado las reglas del juego” para los pacientes.

Los implantes cocleares tradicionales se realizan, por lo general, en pacientes que han sufrido una pérdida de la audición severa o total. En cambio, el dispositivo híbrido es implantado mediante un procedimiento quirúrgico en aquellos pacientes que aún poseen capacidad auditiva para los tonos más bajos, pero cuya audición “disminuye marcadamente en los tonos más altos”, lo cual les dificulta seguir una conversación o disfrutar de la música, explica Syldowski, directora de audiología del programa de implantes auditivos de la clínica.

El implante híbrido, que fue aprobado en marzo por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.), trata la pérdida de la audición neurosensorial, la forma más común de esta enfermedad, que se produce cuando la cóclea (el oído interno) se deteriora por el envejecimiento, enfermedad, exposición a ruidos fuertes o por causas hereditarias. Al igual que Abrol, las personas afectadas por este mal a menudo no se benefician con el uso de audífonos convencionales.

De hecho, para cuando acudió a ver a la Dra. Sarah Mowry, directora del centro de audición y de equilibrio del Centro Médico Georgia Regents de Augusta, Abrol no podía oír lo suficientemente bien como para sostener una conversación telefónica y solo podía entender lo que otra persona le decía si estaba frente a ella para poder leerle los labios. El dispositivo híbrido combina las funciones de un audífono con las de un implante coclear para transmitir los sonidos a electrodos implantados en la región de la cóclea sensible a las altas frecuencias.

Por lo general, los pacientes necesitan unos meses para acostumbrarse a oír con el implante coclear, pero Abrol los sorprendió a todos. En muy poco tiempo, pudo conversar con sus amistades, usar el teléfono y comprender las canciones difundidas por la radio con más facilidad. “Esto les da a las personas la posibilidad de socializar nuevamente y de participar de aquellas cosas que disfrutan”, dice Mowry.

4. Una prueba de ADN de alta tecnología que puede diagnosticar enfermedades infecciosas en cuestión de horas

Había sido un fabuloso verano practicando senderismo en el interior de Australia, pero a su regreso a San Francisco, Andrea Struve se sentía muy enferma. Los músculos y las articulaciones de esta estudiante graduada estaban doloridos, y ella presentaba un cuadro febril y no paraba de sudar. Los médicos la sometieron a exámenes, pero todos ellos dieron negativo. Incluso su padre, médico especializado en diagnósticos, no podía determinar qué era lo que la afectaba. Finalmente, Struve se inscribió en un nuevo ensayo que utiliza un innovador programa informático para diagnóstico, que ayuda a revisar los millones de fragmentos de ADN de las bacterias en pocos minutos. En lugar de buscar una sola enfermedad por vez —el equivalente a encontrar una aguja en un pajar—, el programa recorre la totalidad del pajar para averiguar si alguna de las “agujas” coincide con la muestra de sangre del paciente, explica el Dr. Charles Chiu, profesor de Medicina de Laboratorio y de Medicina (Enfermedades Infecciosas) de la University of California, en San Francisco, quien, junto a sus colegas, ayudó a desarrollar el nuevo programa.

Investigadores de esta universidad han utilizado este programa informático con éxito, como parte de la prueba de Secuenciación de Nueva Generación para enfermedades infecciosas, con el propósito de diagnosticar a un hombre de 67 años que tenía una misteriosa infección. Según se pudo determinar, dicha infección había sido causada por la picadura de una chinche; los investigadores creían que también podría ayudar a Struve.

El diagnóstico fue el siguiente: una rara ocurrencia del virus herpes 7 en un adulto. “Por lo general, solo lo contraen niños menores de 10 años”, afirma Struve. “Estaba tan feliz de que se tratara de algo menor”. Asimismo, a diferencia de los análisis de sangre convencionales, cuyos resultados pueden demorar varios días, incluso semanas, se pudo arribar al diagnóstico de Struve en cuarenta y ocho horas, de las que se necesitaron tan solo trece minutos para los análisis procesados en la computadora.

“El tiempo de procesamiento es muy importante en el caso de las enfermedades infecciosas. Un paciente se puede morir en pocas horas. Debes contar con un programa capaz de analizar los datos en cuestión de minutos u horas”, dice Chiu.

El análisis también puede identificar causas no infecciosas de una enfermedad. “Por ejemplo, puede mostrar que no se trata de una infección, sino de una enfermedad autoinmunitaria”, agrega.

El objetivo de Chiu respecto de este nuevo programa es difundir ampliamente su uso: “Hace dos años, este programa no existía. Con el paso del tiempo, querríamos que los técnicos de laboratorio y los médicos puedan tener acceso directo a él”.

5. Una cura milagrosa poco frecuente para pacientes que sufren de una enfermedad intestinal mortal

Catherine Duff se estaba muriendo. Los antibióticos que le habían dado para combatir la infección y la diarrea causadas por la bacteria Clostridium difficile (C. diff) que ponía en peligro su vida no estaban haciendo efecto. Duff, residente de Carmel, Indiana, que ahora tiene 58 años, sufría de insuficiencia renal, y sus médicos no estaban seguros de que pudiese sobrevivir la intervención quirúrgica para extirparle el colon. Ella había leído acerca de trasplantes fecales y consideró que valdrían la pena como último recurso. Cuatro horas más tarde, nos cuenta, “me sentía un 95% mejor. No lo habría creído si alguien me lo hubiese dicho antes”.

Cada año en Estados Unidos, la C. diff causa 250,000 infecciones que requieren hospitalización y 14,000 muertes, de acuerdo con los U.S. Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.). Los antibióticos no solo suelen fracasar para detener la infección, sino que pueden empeorar el cuadro al destruir parte de la flora bacteriana normal del intestino, lo que permite una mayor proliferación de la bacteria C. diff. Además, hace poco se ha detectado una nueva cepa agresiva de la C. diff, que produce más toxinas y es más resistente a los medicamentos.

El trasplante fecal utiliza las bacterias saludables de una muestra de heces normales para reimplantarlas en un intestino debilitado, a fin de que pueda combatir las infecciones en forma natural. A pesar de lo desagradable de la cuestión, los trasplantes fecales tuvieron lo que al menos un investigador denomina efecto “milagroso” al curar a pacientes que padecen las consecuencias debilitantes de la C. diff.

Hasta el momento, los trasplantes se han realizado mediante una colonoscopia —que exige una preparación de veinticuatro horas, la administración de anestesia y la realización del procedimiento en un centro para tratamiento ambulatorio—, pero los investigadores están trabajando para desarrollar nuevos métodos que resulten más sencillos y económicos, y que puedan realizarse en el consultorio del médico.

La Dra. Elizabeth Hohmann, profesora adjunta de Medicina y Enfermedades Infecciosas en la Facultad de Medicina de Harvard, ha probado la inserción de muestras de materia fecal congelada a pacientes a través de un tubo nasal o durante una colonoscopia, así como la administración, con agua, de cápsulas que contienen material congelado, y ha obtenido tasas de éxito de un 90% y un 91%, afirma. El procedimiento, agrega, ha funcionado tanto en niños de 2 años como en adultos de 90. “Algunos pacientes sienten demasiada repulsión para intentarlo. Dicen que preferirían morir”, reconoce. “Sin embargo, pacientes que han padecido tres, cinco y hasta quince infecciones causadas por la C. diff, no reaccionan negativamente a algo que los ayudará”.

Para Duff, quien ha tenido la C. diff ocho veces entre el 2005 y el 2012, y recibió dos trasplantes fecales, la experiencia significó toda una transformación.

Tras el último trasplante realizado en el 2012, Duff decidió crear la Fecal Transplant Foundation (Fundación de Trasplante Fecal), que ayuda a los pacientes a encontrar médicos que realizan el procedimiento. Los médicos y los investigadores esperan, asimismo, que la FDA cambie alguna de sus restricciones en relación con el procedimiento, para que a los pacientes les resulte más fácil conseguir el reintegro del seguro. “En el 2010, cuando tuve C. diff, mi seguro médico pagó $275,000 solo por mi [antibiótico] Vancomycin durante un año”, cuenta Duff. “Un trasplante fecal por colonoscopia cuesta entre $1,000 y $1,200, a lo que se suman $250 por la muestra fecal congelada. ¿Por qué las empresas de seguros no habrían de pagar por un trasplante fecal cuando su eficacia ya no está más en duda?”.

Candy Sagon (en inglés) escribe sobre salud para AARP Media. Ve más informes de su autoría en el AARP Blog.

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