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El costo oculto de los descuentos de los medicamentos recetados

Los cupones y las ayudas caritativas mantienen altos los precios de lista y aumentan el costo de aseguradoras y Gobiernos.

Medicamentos recetados en una farmacia

Getty Images

In English | Poco después de que le diagnosticaran un mieloma múltiple en el 2016, a Pamela Holt, una maestra jubilada de Granger, Indiana, le preocupó el costo de los medicamentos. ¿El mayor gasto? Un copago de $640 al mes por Revlimid, un medicamento de la compañía farmacéutica Celgene. Holt, que vive del Seguro Social y una pensión, empezó a acumular rápidamente miles de dólares en deudas de tarjetas de crédito.

De modo que pidió ayuda a la compañía farmacéutica. Un empleado de Celgene la envió a la HealthWell Foundation, un grupo sin fines de lucro que administra varios fondos de asistencia para medicamentos para enfermedades específicas —incluido uno para el mieloma múltiple— diseñados para ayudar a los pacientes a pagar las facturas farmacéuticas. Holt, de 70 años, actualmente no paga nada por Revlimid.

Parece fantástico, ¿verdad? Pero no es tan simple. Medicare —es decir, los contribuyentes— aún tiene que pagar el resto de la cuenta anual del medicamento, que es más de $250,000. Los expertos dicen que la verdadera intención de la aparentemente generosa ayuda caritativa que Holt recibe es reducir la presión pública para que los fabricantes de medicamentos reduzcan sus precios. Eso ayuda a Holt y a otros como ella, pero a costa del creciente presupuesto de cuidado de salud del país. "En realidad es una farsa", dice Holt.

Lo mismo puede decirse de otros descuentos y ayudas para los consumidores que financian las compañías farmacéuticas —por ejemplo, los cupones que ofrecen los fabricantes para pagar por medicamentos de marca costosos—. Aunque los cupones pueden hacer que los medicamentos de marca sean más baratos que los equivalentes genéricos para el paciente, la compañía de seguro de salud no recibe ninguna ayuda, lo que genera primas más altas y más costos compartidos para todos sus clientes. De hecho, un estudio publicado en el 2017 en la revista American Economic Journal reveló que los cupones aumentaron en un 60% el gasto en medicamentos de marca.

Gráfica que detalla por sector las ganacias por medicamentos recetados

AARP/Health Affairs, Julio del 2018

Los pacientes continúan tomando los medicamentos costosos

Hay algo peor: un estudio del 2013 en la New England Journal of Medicine demostró que cuando un descuento de cupón se vence —y casi siempre ocurre—, los consumidores a menudo continúan tomando el medicamento de marca en vez de reemplazarlo con una alternativa menos costosa. La razón es comprensible: los pacientes no quieren hacer experimentos con un protocolo de medicamentos que les resulta eficaz. Los cupones terminan funcionando como los de detergentes o cereales: crean conciencia de marca y lealtad, lo que impulsa las ventas. "Estos cupones aumentan los costos para todos", comenta Jon Conradi, portavoz de Campaign for Sustainable Rx Pricing, un grupo de defensa de derechos. "Los legisladores y los pacientes no deben confundir una jugada publicitaria con algún tipo de solución a la crisis del costo creciente de los medicamentos recetados".

La ayuda caritativa que brindan los fabricantes —distinta de los cupones— tampoco es una solución. Algunas compañías farmacéuticas tienen programas de descuentos basados en ingresos, pero estos son esfuerzos voluntarios. Las compañías proveen casi todo el dinero para los fondos de enfermedades específicas, como el que ayudó a Holt, pero la demanda de los pacientes es mucho mayor que el dinero disponible.