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Viagra y los riesgos cardíacos

Conozca el peligro de mezclar fármacos para la disfunción eréctil con medicina para el corazón.

In English | Los hombres que usan nitratos —indicados para el tratamiento de dolores de pecho ocasionales— no los deberían tomar con algunos fármacos populares para la disfunción eréctil, porque su combinación podría ocasionar una peligrosa caída de la presión arterial, advierte la American Heart Association.

Pareja riéndose en la cama

Ryan McVay/Getty Images

Combinar fármacos para la disfunción eréctil y medicamentos para el corazón puede provocar una severa caída de la presión arterial.

Los nitratos como la nitroglicerina deben ser evitados dentro de las 24 horas de haber usado Viagra o Levitra, y dentro de las 48 horas de haber tomado Cialis, de acuerdo con las recomendaciones contenidas en Sexual Activity and Cardiovascular Disease: A Scientific Statement from the American Heart Association (La actividad sexual y las enfermedades cardiovasculares: Un informe científico de la American Heart Association).

Informes “anecdóticos” de muertes debidas a la combinación de estos fármacos han surgido en los últimos años, señala Glenn Levine, M.D., cardiólogo y profesor de Baylor College of Medicine, en Houston, quien presidió un panel de especialistas que estudió este problema.


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Las preocupaciones por la interacción entre los fármacos para la disfunción eréctil y los nitratos se dio a conocer por primera vez una década atrás, explica Randall Zusman, M.D., cardiólogo del Massachusetts General Hospital Heart Center, quien llevó a cabo algunas de las primeras investigaciones. Los tres fármacos para la disfunción eréctil ahora llevan advertencias sobre este riesgo.

Los hombres con disfunción eréctil por lo general tienen algún bloqueo u obstrucción arterial, indica Zusman, y estos fármacos trabajan dilatando los vasos sanguíneos para mejorar el flujo sanguíneo. A los pacientes cuya obstrucción arterial sea lo suficientemente grave como para ocasionar dolor de pecho se les pueden recetar nitratos —ya sea en parches, en alguna presentación oral de acción prolongada o colocando una píldora de nitroglicerina de acción inmediata debajo de la lengua— para aliviar los síntomas.

Cuando los fármacos son combinados, puede producirse una poderosa reacción, con caídas de presión arterial de 50, 60 u 80 puntos en 30 minutos, señaló Zusman. El efecto secundario más suave podría ser una sensación de mareo o un desmayo. Una caída de presión más severa podría ocasionar una deficiencia renal o un derrame cerebral. Un paciente que se presenta en una sala de emergencias quejándose de dolores de pecho debería informar si ha tomado algún fármaco para la disfunción eréctil.

Si bien la actividad sexual aumenta ligeramente el riesgo de un ataque al corazón, la buena noticia es que para la mayoría de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, el riesgo es minúsculo, según Levine. “Durante la hora antes e inmediatamente después de la actividad sexual, el riesgo de infarto aumenta de dos a tres veces”, explica, “pero cuando uno observa el riesgo total del paciente de sufrir un infarto, en realidad, esto incide muy poco”.

Es vital, tanto para el paciente como para el médico, charlar estas cuestiones con absoluta franqueza, sostiene Zusman. “Si el médico no le pregunta al paciente si es sexualmente activo o si tiene una disfunción eréctil, y el paciente no se lo dice, entonces nunca se llega a hablar sobre si se pueden tomar fármacos para la disfunción eréctil sin riesgos”.



Michael Haederle es escritor independiente. Sus artículos han sido publicados en People, el New York Times y el Los Angeles Times.