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Cómo planear unas vacaciones económicas en San Francisco

Los turistas con presupuestos limitados pueden pasarlo de maravilla en esta ciudad.

Personas van en el tranvía de San Francisco

Alamy Stock Photo

In English | En San Francisco, mi ciudad natal, nada se alza hacia el cielo tan dramáticamente como las torres del puente Golden Gate. Nada, es decir, excepto el costo estratosférico de la vida.

Pero los altos precios no deben impedir que visites una de las ciudades más dinámicas y fascinantes de EE.UU., siempre y cuando adoptes una estrategia original para viajar con un presupuesto ajustado. Conviértete en un residente del lugar.


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Evita los hoteles, especialmente en las zonas turísticas tales como Union Square y Fisherman’s Wharf, y hospédate en los vecindarios donde vivimos, cenamos y vamos de compras casi todos nosotros. A través de plataformas en internet tales como Airbnb, puedes alquilar directamente de los propietarios en West Portal, Inner Sunset u otros distritos residenciales cercanos a las atracciones principales. Los precios de acogedoras suites de habitaciones con baño y entrada privada (más una cafetera, un minirefrigerador y un horno microondas para preparar desayunos y almuerzos de pícnic) comienzan a partir de aproximadamente $125 por noche, impuestos y tarifas incluidos, y un poco más para los estudios completos.

No alquiles un auto; mejor, compra un pase ilimitado de siete días para los autobuses municipales, trenes y emblemáticos tranvías. Aunque tu presupuesto ajustado en general no te permitirá gastar en taxis o servicios de transporte en internet, si absolutamente necesitas trasladarte en auto, haz lo mismo que muchos residentes de San Francisco y comparte un Uber o Lyft con otras personas para recibir grandes descuentos.

Comienza el primer día con tu pase San Francisco C3 en tu teléfono móvil, que ofrece precios descontados de entradas a tres atracciones de tu elección. Para disfrutar de una enérgica bienvenida a la ciudad, úsalo para alquilar una bicicleta, pasear en un crucero por la bahía o visitar el Exploratorium, un centro de ciencias que permite interactuar con las exposiciones.

Los otros días usa el mismo pase para visitar la California Academy of Sciences y caminar por su bosque pluvial, o los mejores museos de arte tales como el San Francisco Museum of Modern Art, el de Young y el Legion of Honor (los dos últimos cuentan como uno si se visitan el mismo día).

San Francisco tiene la dicha de tener restaurantes tanto fabulosos como económicos.

El puente Golden Gate al atardecer, San Francisco, CA

Tai Power Seeff

El tercer día, puedes visitar la histórica Mission Dolores en el distrito Mission, y luego disfrutar de enormes burritos en La Taqueria. Más tarde en la semana, compra recuerdos económicos en el barrio chino y disfruta de un almuerzo de bolitas de masa rellenas de camarones cocidas al vapor en el diminuto restaurante Dol Ho. Otra opción: prueba uno de los muchos restaurantes japoneses que se encuentran por toda la ciudad especializados en el caldo conocido como ramen, junto con cientos de otros restaurantes económicos asiáticos —desde tailandeses, coreanos, birmanos, vietnamitas (me encanta el pho del Turtle Tower) hasta indios (al igual que las dosas indias tipo crepa en Dosa)—. La pizza es prácticamente una obsesión cívica; mi favorita es la de PizzaHacker.

Afortunadamente, mucho de lo que hace inolvidable a San Francisco es gratis: planea hacer un pícnic en el parque Golden Gate; ver exhibiciones de talla mundial en Pier 24 Photography (es obligatorio reservar en línea con anticipación); escuchar los ladridos de los leones marinos en el muelle número 39; y contemplar el espléndido panorama desde Crissy Field a lo largo de su sendero junto a la bahía. Y por supuesto, no puedes dejar de visitar el puente Golden Gate. Una vista de la neblina vespertina que se deja llevar por las brisas junto a sus torres y dejarás tu corazón en San Francisco, no tu billetera.

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La excursión “Behind the Scenes” ($181 para dos personas; $169 si ambos son mayores de 62 años) incluye una visita guiada de los túneles y otras características generalmente no abiertas al público, una cautivadora audioguía de las celdas de la prisión narrada en parte por antiguos presos y guardias, y el transporte en ferri de ida y vuelta, afortunadamente, hasta la isla donde está ubicada la prisión.