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Financiamiento de las investigaciones sobre la demencia: nuevos tratamientos en la próxima década

Los expertos dicen que hay esperanzas de encontrar una cura.

Natali Morris, Kate Bingham, Katie Couric,  Jo Ann Jenkins y Peter Pronovost

MIKE COPPOLA, GETTY IMAGES

Las panelistas Natali Morris y Kate Bingham, la moderadora Katie Couric, la directora ejecutiva de AARP Jo Ann Jenkins y Peter Pronovost, de izquierda a derecha, hablaron sobre cómo los investigadores luchan con la complejidad de la demencia.

In English |  Han pasado 15 años desde que se aprobó el último medicamento para el tratamiento de la demencia. Los adelantos siguen sin concretarse y la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades del cerebro sigue aumentando, de 6 millones de personas en Estados Unidos hoy en día a aproximadamente 14 millones en la próxima generación. Entre las principales causas de muerte que todavía están aumentando, la demencia es la única para la cual no existe una cura ni un tratamiento eficaz.

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Estas son algunas de las cifras drásticas que abordó el lunes un panel de expertos convocado por AARP para hablar sobre la situación de las investigaciones sobre la demencia y los fondos para llevarlas a cabo.

El Dementia Discovery Fund (DDF, Fondo para el descubrimiento de la cura de la demencia) —un fondo de inversiones basado en Londres que se estableció para financiar este tipo de investigaciones— logró su objetivo de financiación de $350 millones, gracias en gran parte a una inversión de $60 millones de AARP que se anunció el lunes. Con esta nueva inyección de dinero y más acceso a los datos, el DDF espera que surjan entre tres y cinco tratamientos nuevos durante la próxima década.

La inversión de AARP, que coincide con su 60.º aniversario, fue anunciada más temprano ese día por Jo Ann Jenkins, la directora ejecutiva de esta asociación. “Esto es a lo que más le temen nuestros 38 millones de socios”, explicó. El panel, moderado por Katie Couric, incluyó además a Kate Bingham, socia directora de SV Health Investors, el fondo de capital de riesgo que administra el DDF; Peter Pronovost, director médico de UnitedHealthCare Inc., otro inversionista del fondo; y Natali Morris, una periodista especializada en tecnología. Otro participante en la misión del DDF, Bill Gates, fundador de Microsoft, envió un testimonio grabado en video para ayudar a presentar al panel.

Pronovost explicó las tres razones por las cuales resulta tan difícil encontrar un tratamiento eficaz. Primero, la enfermedad por lo general comienza décadas antes de que aparezcan los síntomas; segundo, es difícil realizar estudios que comparan a personas sanas con personas que padecen demencia; y tercero, las investigaciones se centran en encontrar respuestas sencillas, cuando la demencia podría tener muchas causas.

Como ejemplo de cómo la complejidad de la enfermedad les resulta difícil a los investigadores, Pronovost explicó que si bien muchas de las investigaciones recientes se concentraron en la amiloide beta (una proteína que se encuentra en el cerebro de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer), los intentos de enfocarse en esta proteína no han logrado mejorar para nada la vida de los pacientes. Al mismo tiempo, estudios recientes han vinculado la demencia con asuntos tan variados como el inicio de la menopausia, el síndrome del intestino permeable y el virus del herpes.

“Creemos que existen muchos factores distintos”, dijo Bingham, quien mencionó la inmunología como uno de los campos de investigación más prometedores. “Analizaremos detalladamente la obesidad, la inflamación. Me siento muy optimista porque tenemos un enfoque variado para los estudios sobre esta enfermedad”.

Morris también mencionó eso mismo como una razón para mantener las esperanzas. “Me siento animada porque el problema se aborda de manera integral”, dijo. Además, mencionó que las toxinas ambientales, los traumatismos craneales y las alteraciones del microbioma son posibles factores que podrían desempeñar un papel como causas de la demencia o motivos de que se empeore.

Debido a que es imposible saber quién está comenzando a padecer demencia hasta que aparezcan los síntomas, el objetivo inmediato del DDF es descubrir medicamentos que detengan la evolución de la demencia, dijo Bingham. Pero el mejor resultado posible es poder identificar a futuros pacientes antes de que les empiecen a surgir los síntomas. “No esperamos hasta que alguien tenga un ataque al corazón antes de comenzar su tratamiento”, dijo Bingham. “Necesitamos identificar quién corre el riesgo de padecer demencia”.

Los tratamientos que evitan el inicio de las enfermedades del cerebro eliminarían una gran carga de los cuidadores, dijo Pronovost. “El costo promedio de cuidar a un paciente con demencia es $300,000”, explicó. Y la carga no solo es económica; también es emocional. “Una de cada cinco de las 35,000 llamadas que [United HealthCare] recibe a diario no es de un paciente, sino de un cuidador”, dijo.

Y Jenkins mencionó la necesidad de proteger a Medicare y Medicaid del futuro impacto de una epidemia de demencia. “Como sociedad, no podemos permitir que esto llegue a convertirse en una crisis”, insistió.

“Lo vemos como una inversión en la esperanza”, dijo Jenkins. “Si perdemos las esperanzas, eso indica que nos sentimos cómodos con la situación actual.

Y no es así”.