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Una conversación con Rudolph Tanzi

Hugh Delehanty conversa con uno de los principales investigadores sobre los prometedores desarrollos para la cura de la enfermedad de Alzheimer.

Rudolph Tanzi, investigador sobre el alzheimer

Poon Watchara-Amphaiwan

Rudolph Tanzi revela lo último en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer.

In English | ¿Cómo te involucraste inicialmente en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer?

Allá por la década de 1980, decidí que quería ser el primero en construir un mapa genético de un cromosoma de principio a fin. Elegí el cromosoma 21 porque era el cromosoma más pequeño, y eso me llevó al síndrome de Down. Dado que las personas con síndrome de Down tienen una copia adicional del cromosoma 21 en cada célula, casi todos, inevitablemente desarrollarán placas y ovillos en el cerebro que se relacionan con la enfermedad de Alzheimer. Así que especulé que debía existir un gen en el cromosoma 21 que provoca la acumulación de placa en los cerebros de pacientes de Alzheimer. Era joven y terco, y, por supuesto, encontré el gen, y sigue siendo el objetivo número uno hoy en día en la investigación de medicamentos para el Alzheimer.

¿Qué ocurrió después?

Hemos encontrado muchos genes diferentes desde entonces, pero cada vez que los poníamos en ratones, producían amiloide [la placa que se relaciona con la enfermedad de Alzheimer], pero no la otra característica principal de la enfermedad: los ovillos neurofibrilares que destruyen las células del cerebro. Durante décadas, hubo una desconexión en cuanto a la razón por la cual los ratones no desarrollaban el resto de la enfermedad. Luego, hace dos años, descubrimos cómo crear un modelo de la enfermedad de Alzheimer en una placa de Petri, utilizando minicerebros hechos de células nerviosas humanas. Eso nos proporcionó la prueba de que, por una parte, el amiloide sí causa la formación de los ovillos, y por otra, que los seres humanos no son ratones de 150 libras.

¿Qué papel juega la inflamación?

Es en realidad la inflamación lo que te afecta. La placa y los ovillos te empujan hasta el límite, pero podrías quedarte en esa cima para siempre si no hubiera inflamación. Es la inflamación que resulta de la placa y los ovillos la que ataca al cerebro. Lo más importante que debemos saber es que las placas se forman 15 a 20 años antes de que aparezcan los síntomas cognitivos. De vez en cuando vemos cerebros de personas que murieron a los 80 o 90 años que estaban bien en términos cognitivos, pero que tenían montones de placa y ovillos. ¿Por qué no desarrollaron la enfermedad de Alzheimer? Porque sus cerebros no reaccionaron nunca a la patología con inflamación.

¿Qué tan cerca estamos de encontrar una cura para la enfermedad de Alzheimer?

Creo que pronto vamos a tener medicamentos que disminuyan el amiloide. Pero el reto va a ser convencer a la FDA de que la gente necesita empezar a tomar estos medicamentos ahora. Si pudiera hipnotizar a la FDA y obligarlos a hacer lo que yo quisiera, les diría, "Supérenlo. No podemos esperar 10 años para los ensayos de prevención. La gente está desarrollando esta enfermedad a niveles epidémicos. Una vez que tengamos medicamentos para reducir el amiloide, dejemos que la gente los tome".

¿Cómo se ha afectado tu propio estilo de vida con lo que has aprendido?

Durante mucho tiempo fui adicto al trabajo. Dormía apenas cuatro o cinco horas. Ahora duermo entre siete y ocho horas cada noche religiosamente. ¿Por qué? Para realizar el ciclo que te lleva a la etapa más profunda de sueño después del sueño REM varias veces cada noche, porque es entonces y solo entonces cuando dejas de producir amiloide y limpias las placas y otros residuos del cerebro.

Tu abuela padeció la enfermedad de Alzheimer. ¿Cómo te afectó eso a ti?

Cuando el Alzheimer te afecta personalmente te incentiva a trabajar en el tema aún más, pero si le pones demasiada emoción a un proyecto, te puede cegar. Tienes que permanecer frío, sobrio y objetivo.

En mis conferencias, hablo del cerebro en 3-D usando el impulso que sale de la base del cerebro, la dedicación que viene del sistema límbico y el sueño que proviene del lóbulo frontal. Las mentes más brillantes de nuestros tiempos lograron combinar los tres perfectamente. Tener una abuela con Alzheimer me dio el impulso y la dedicación, pero el sueño [me exigía] integrar mi intelecto e intuición.

Hugh Delehanty es periodista independiente y exjefe de redacción de AARP Publications.