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Cómo organizar espacios escondidos, pero con mucho tráfico

Algunos trucos que hacen más eficiente el aseo de estos rincones.

La alacena, el refrigerador, los armarios, el mueble del lavamanos, la lavandería… no son los lugares más vistosos de la casa, ¡pero suelen ser los más visitados! Te comparto estrategias para maximizar el espacio, facilitar el acceso a todo lo almacenado y crear un sistema de organización que se adapte a tus necesidades y a tu estilo de vida.

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Pequeña despensa que contiene lo necesario para cocinar.

Fotografiche / Getty Images

Alacena

Una buena iluminación es fundamental, así que anímate a dar una mano de pintura al interior de tu alacena en un tono claro que añada luminosidad. Pon después en las baldas (shelves) papel de contacto (prefiero el que no tiene adhesivo porque es más fácil de poner y quitar). Este papel es útil, incluso con las baldas de alambre, para crear una superficie lisa y que no se cuelen cosas.

  • Como regla general, coloca los productos que sean más pesados en las baldas inferiores y en las superiores, los más voluminosos, pero ligeros: las toallas desechables, los platos y vasos de papel, y otros. Si te queda una balda difícil de alcanzar por estar muy arriba, trata de no usarla para así evitar caídas.
  • Organiza el contenido de las baldas agrupando cosas similares. Si tu alacena es pequeña, elige recipientes altos y delgados o contenedores apilables para alimentos básicos como el arroz, los frijoles y los cereales. Si tus baldas son muy profundas, considera instalar un sistema de raíles y baldas o cestas metálicas que se deslicen hacia fuera.
  • Pon todas las bolsas con aperitivos o botanas agrupadas en contenedores grandes transparentes. Apila las latas más bajas en estantes con dos niveles y ¡duplicarás el espacio!
  • Coloca un organizador detrás de la puerta para tener a mano tanto los rollos de papel (aluminio, film transparente, papel de hornear) como las especias o incluso las tapas de las ollas.
  • Para identificar rápido los alimentos, pon etiquetas a los recipientes usando un marcador o tiza, dependiendo de la superficie.

Armario para los abrigos

Empieza por sacar todos los abrigos y accesorios que ya no uses; hay muchas organizaciones que apreciarán la donación.

  • Organiza primero las perchas. En las tiendas encontrarás perchas bastante finas y forradas en fieltro de distintos colores. ¡Te asombrará cuánto espacio ahorran! Incluye entre las perchas un par de ganchos de los que venden para colgar, en cascada, varios pantalones en la misma percha. En lugar de pantalones, cuelga los pañuelos y las bufandas, tuyas o de invitados, para tenerlos a la vista.
  • Como los armarios suelen ser profundos, aprovecha el potencial de cada pared. Pon en la pared del fondo varios ganchos de los que permiten colgar bolsos y carteras, bufandas, gorras, y otros. El lado más estrecho de las paredes laterales es ideal para adherir varios ganchos de donde colgar paraguas y bastones. Si tienes una balda encima de la barra para los abrigos, úsala para guardar objetos voluminosos, como cobijas y almohadas de la sala de estar.
Mujer sonriente tomando un limón fresco de la nevera.

Cyano66 / Getty Images

Refrigerador

Empieza por botar toda la comida que no se vea ¡o huela! fresca o cuya fecha de caducidad haya vencido. Para facilitar la limpieza de las baldas dentro del refrigerador, pon sobre ellas las láminas transparentes (mats). Repasemos estos pasos.

  • Usa contenedores transparentes para las sobras de comida. Yo prefiero los contenedores de vidrio porque los de plástico se manchan y quedan olores; además, usar plástico no es saludable. Colócalos en el frente de la balda superior, donde estén bien a la vista. Recuerda que los restos de comida cocinada no duran más de tres o cuatros días.
  • Usa los cajones designados para guardar los distintos tipos de comida; así los alimentos se mantienen a la temperatura óptima. Pon, por ejemplo, todos los fiambres y quesos agrupados en el cajón de las carnes curadas. En los cajones de la parte inferior, agrupa frutas y vegetales. Estos cajones suelen incluir la opción de controlar el nivel de humedad: alta para los vegetales y baja para las frutas.
  • En las baldas centrales e inferiores del refrigerador, que suelen ser las más frías, pon la leche, los huevos y todas las carnes y pescados no cocinados.
  • En la balda más baja, prueba a poner una bandeja giratoria (Lazy Susan) para tener a mano esos contenedores pequeños que tienden a perderse en el refrigerador como los yogures, los flanes o las natillas.
  • En la puerta del refrigerador, que abrimos y cerramos con frecuencia, pon alimentos que no se echan a perder rápidamente, como el agua, los refrescos, el jugo y los condimentos.
  • Y no te olvides de poner dentro del refrigerador un paquete de bicarbonato abierto para absorber los malos olores.

Mueble del lavamanos

Empieza por instalar debajo del lavamanos uno de los sistemas de organización diseñados para este espacio y que dejan hueco libre para acomodar las cañerías.

  • En las tiendas encontrarás cestas de plástico transparentes de distintas formas y tamaños que, al ser apilables, resultan perfectas para acomodar todo lo que necesites, aprovechando al máximo el espacio vertical.
  • Si tienes espacio dentro de la cajonería, pon una bandeja giratoria que tiene varias alturas. Pon en ella pequeños frascos que contengan esas cositas que usas con frecuencia como bolas de algodón, bastoncitos, tijeritas, pinzas, curitas, tu esmalte de uñas favorito, y otros objetos de baño.
  • Si cuentas con cajones, agrupa en ellos todo lo que pertenezca a una misma categoría, como cremas, cosméticos y productos para el cabello. No te olvides de aprovechar también el interior de la puerta para colgar de la parte superior una cesta para poner lo que quieras tener a mano, como la secadora del cabello.
Cuarto de lavandería de una casa.

Gerenme / Getty Images

Lavandería

Es otro espacio al que merece la pena una mano de pintura en un color claro y luminoso, especialmente si no tiene luz natural.

  • Si tu lavadora y secadora son de carga frontal, pon sobre estas un mesón para crear una superficie de trabajo a la que encontrarás múltiples usos. Yo la utilizo para doblar la ropa, comprobar que nadie haya dejado un pañuelo de papel en los bolsillos o para tratar las manchas antes de meter la ropa en la lavadora.
  • En la pared que tengas libre, instala una balda de alambre bien por encima de tu cabeza. Sobre la balda puedes poner cestas para guardar lo que necesites y, al mismo tiempo, puedes colgar de la balda la ropa que no vaya en la secadora. Atornilla más abajo un toallero y cuelga de ahí perchas o ganchos con ropa que quieras secar al aire o que acabes de planchar.
  • Si tu lavandería no tiene una estantería o no cuenta con mucho espacio de almacenaje, te aconsejo que compres un carrito estrecho con varios niveles y pongas ahí tus detergentes, suavizantes y demás enseres que uses para lavar. Recuerda que los detergentes en bolsitas deben guardarse en lugares altos fuera del alcance de los niños.
  • Recuerda también sacar partido a la parte trasera de la puerta. ¡Es perfecta para colgar la tabla de planchar!

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