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Guacamole estilo “marinero”

Una receta para sorprender a sus amigos sin mucho esfuerzo.

Si a usted le gusta celebrar fechas patrias o simplemente reunirse con sus amigos, esta receta le dará la oportunidad de sorprender a sus invitados sin mucho esfuerzo. Es además, un platillo que podrá preparar durante todo el verano, pues es de esos aperitivos frescos que invitan a comer y repetir una y otra vez.

Y es algo tan simple como un guacamole, al que en esta ocasión, le añadiremos unos camaroncitos para hacerlo “marinero” y convocar a más comensales a que lo prueben y se maravillen con esta combinación de sabor.

Todos sabemos las fantásticas propiedades del aguacate. Contiene muchas vitaminas, unos catorce minerales, entre ellos fósforo y hierro, así como también ácido fólico. Aunque es cremoso, la grasa del aguacate no favorece la formación de colesterol y su alto contenido en vitamina E lo convierte en un alimento muy recomendable para personas que se recuperan de enfermedades o para mujeres embarazadas.  

Todas estas propiedades son comunes al aguacate, pero sepa usted que hay varios tipos de aguacate. El aguacate del Caribe, común en Cuba, Puerto Rico y República Dominicana es grande, de piel lisa y verde brillante. Es cremoso pero su sabor es poco definido y su textura no es tan firme como la del aguacate Hass. La variedad Hass, un aguacate de color verde oscuro a negro y piel rugosa, es muy común en México, aunque es originario de una semilla de origen guatemalteco cultivada en California a principios del siglo 20.  

De cualquier manera, lo importante es que usted sepa que un guacamole auténtico sólo se hace con aguacate Hass. Lo demás son imitaciones, algunas muy malas. La masa del Hass es firme, rica en aceite y baja en agua. Eso permite que, al cortarlo en trocitos y mezclar con el jugo de limón, la cebolla y otros ingredientes, los trozos de aguacate no se desintegren.  

Contrario a lo que muchos piensan, por la manera en que algunos restaurantes lo preparan, el guacamole no necesita de mucha mezcla. Una vez que se añaden los ingredientes se mezcla todo una o dos veces y se ajusta la sal, el picante y la pimienta. En este plato la pimienta es un complemento simple pues el picante en chiles, para aquellos que lo toleran y disfrutan, es el encargado de darle el toque picoso típico mexicano.   

En nuestra receta usamos dos tipos de chile, el jalapeño y el serrano. Usted podrá sustituirlos por los que más le apetezcan pero tenga en cuenta que algunos chiles, como el habanero, por ejemplo, son extremadamente fuertes y “contagian” todo el plato.   

Antes de mezclar todo por última vez, añada los camarones, cortados o enteros para que se integren a la masa. La presencia del camarón afecta este plato de dos maneras positivas. Por un lado, es un contraste espectacular de rosado con el verde predominante del guacamole. Por otra parte, la textura más firme del camarón hará que se saboree mejor el guacamole en cada bocado. Le recomiendo que use tortillas chips de maíz sin sabor pues al guacamole, si sigue esta receta, no le hace falta acompañante. Bueno, eso sí, una cerveza bien fría caería muy bien.