Vida Sana
La vivienda es uno de los gastos mensuales más grandes, pero son pocos los adultos mayores que consideran la opción más apropiada para sus necesidades antes de que un familiar u otro cuidador los presionen para que se muden o surja la necesidad de hacerlo a raíz de un accidente.
“Algunas personas se niegan a considerar su situación y piensan que podrán vivir por siempre en su hogar”, dice Robyn Golden, codirectora del Centro para la Excelencia en el Envejecimiento y presidenta del Departamento de Asistencia Social en el Centro Médico de la Universidad de Rush, en Chicago.
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De hecho, una encuesta nacional (en inglés) realizada recientemente por el Institute for Healthcare Policy and Innovation en la Universidad de Míchigan, patrocinada por AARP, halló que el 88% de las personas de entre 50 y 80 años desean vivir en su propio hogar tanto tiempo como sea posible. Pero apenas el 15% han considerado seriamente hacer las modificaciones necesarias en su hogar y solo el 19% dijeron tener confianza en que podrían costear la ayuda de un asistente, ya sea para realizar tareas o para el cuidado personal.
Las opciones de vivienda son limitadas para las personas mayores que necesitan asistencia financiera, por lo que es una buena idea hacer planes. La amplia gama de opciones de vivienda para quienes disponen de ahorros puede incluir cierto nivel de cuidados.
Para quienes necesitan poca ayuda
1. Unidades de vivienda accesorias (ADU). Estos apartamentos pequeños, a menudo llamados “apartamento de la abuela” o “suite de la suegra”, pueden ser una adición a la casa de un familiar o una construcción separada dentro de la propiedad. “Es una manera fácil de cuidar de mamá”, dice Yvonne Cudney, coordinadora de Difusión y Educación Comunitaria en el Health Housing Bureau for Seniors de la Universidad de Míchigan.
Cada vez más jurisdicciones en los estados del cinturón del sol (Sun Belt) y en áreas metropolitanas están facilitando la adición de este tipo de unidades. Su popularidad aumentó en las últimas dos décadas, especialmente en los mercados inmobiliarios más inasequibles del país, dice Stephen M. Golant, profesor de Geografía en la Universidad de Florida, quien se especializa en viviendas para adultos mayores.
2. Comunidades con restricciones de edad. Por ley, al menos el 80% de los hogares en estas comunidades deben incluir un residente de 55 años o más, aunque la mayoría fijan un porcentaje más alto. Estas comunidades de adultos activos con frecuencia ofrecen piscinas, canchas de tenis y pickleball, y otras comodidades para los residentes, además de un entorno sin niños.
“Los pequeños pueden ir de visita, pero no pueden vivir allí”, dice Cudney.
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