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‘Viceroy’s House’: ‘Downton Abbey’ en la India

Hugh Bonneville y Gillian Anderson encarnan a Lord y Lady Mountbatten.

DIRECTOR: Gurinder Chadha
GUION: Gurinder Chadha, Paul Mayeda Berges y Moira Buffini  
ELENCO:
 Hugh Bonneville, Gillian Anderson, Manish Dayal Huma Qureshi, Michael Gambon, Lily Travers, Jaz Deol, Om Puri, Neeraj Kabi, Denzil Smith, Simon Callow y David Hayman
DURACIÓN: 106 minutos 

Tan espectacular fue el éxito de Downton Abbey que inició una verdadera oleada de producciones que intentan repetir su fórmula. Varias, como The Crown, han superado, por mucho, la calidad de la original, pero ninguna hasta ahora había conseguido una reproducción tan exacta de los elementos que hicieron de esa serie un verdadero fenómeno como Viceroy´s House. Desde el título que alude al espacio físico como centro y protagonista de la historia —una mansión en Downton Abbey, un palacio en Viceroy´s House—, hasta la relación entre patrones y sirvientes como microcosmos de la sociedad inglesa; rematando con el lord que, con gracia y sabiduría, comanda a su ejercito de subordinados. Para mayor señal, Hugh Bonneville, Lord Grantham en Downton Abbey, encarna a Lord Louis Mountbatten en Viceroy´s House. El “pequeño” problema es que, mientras que la visión edulcorada de la “realidad” que mostraba Abbey se podía achacar a las “licencias poéticas” que se pueden tomar en una obra de ficción, en Viceroy´s House estas se convierten en verdaderas transgresiones a la Historia. Por inverosímil que pudiera ser Grantham, era sólo un producto de la imaginación, mientras que Mountbatten sí existió y hay un récord de su desempeño en la independencia de la India que dista mucho de la sabia benevolencia con la que se le presenta en Viceroy´s House. La película funcionará para quien no se fije en “minucias” tales como el rigor histórico.

Viceroy´s House era el asiento del gobierno británico en Delhi, un palacio de proporciones insólitas con sus 340 recámaras y los más de 500 sirvientes que necesitaba para mantenerse. La película arranca en 1947 y vemos como pueblo y servidumbre por igual, se preparan para recibir con honores a Mountbatten, último virrey de la India. Acompañado de su esposa Edwina y su hija Pamela, Mountbatten llega al país con la única misión de asegurar una pacifica transición del poder. Mountbatten y su séquito son bienvenidos en la Casa Virreinal con la proverbial alfombra roja. Reflejando la situación del país, los empleados son una mezcla de nativos de religión hindú, musulmana y sij. Sus muchas diferencias que en el resto del país han dado pie a auténticos baños de sangre, en el armonioso palacio comandado por la firme, pero benevolente, mano de Mountbatten, no pasan de ser mínimas disputas. Edwina, en particular, se muestra como una figura maternal y comprensiva que solo quiere el bien de sus servidores y por extensión, de la India misma; como hijos adolescentes a los que se tiene que dejar ir por su bien, pero se teme no estén preparados para enfrentarse al mundo solos.

Hugh Bonneville y Gillian Anderson en una escena de la película 'Viceroy's House'

Kerry Monteen/Cortesía IFC Films

Hugh Bonneville y Gillian Anderson en una escena de la película 'Viceroy's House'

Con gran economía de recursos que se agradece, Viceroy´s House revela la intrincada situación política de ese momento crucial de la historia a través de los diálogos que Mountbatten sostiene con los personajes que fueron instrumentales en la independencia de la India (Mahatma Gandhi, Jawaharlal Nehru y el líder musulmán Muhammed Ali Jinnah). El gran asunto a resolver es si se podría detener la virtual guerra civil que se está dando en el país, dividiéndolo y dándole a la minoría musulmana su propio estado. La versión que presenta Viceroy´s House se puede ver como una denuncia a los verdaderos culpables de la muerte de al menos un millón de personas que resultó de la fatídica partición que se hizo para crear la Republica de Pakistán. Hasta ahora, la responsabilidad había recaído principalmente en Mountbatten, quien fue el que aceleró el proceso de transición, dejando a los indios sin la protección del ejército británico que hubiera podido impedir la carnicería que se dio entre hindús, sijs y musulmanes. En su deseo de exonerar a Mountbatten, Viceroy´s House muestra que el virrey tomó esa decisión muy a su pesar y llega tan lejos de acusar a Winston Churchill como el que dio la orden. Y todo podría ser dado que, como dice el epígrafe con el que arranca la película: “La Historia la escriben los ganadores”, excepto que existe el pequeño detalle insoslayable que para 1947, Churchill ya no estaba en el poder. Nada de esto tendría que sorprendernos si consideramos que el guion está basado en el libro The Shadow of The Great Game, cuya asesora principal fue Lady Pamela Hicks, hija de Mountbatten. Además de la absurda denuncia contra Churchill, Viceroy´s House omite por completo cualquier alusión a las conocidas infidelidades de Edwina, quien, se dice, tuvo un romance con Nehru, lo cual habría influido en la postura que tomó su marido. Por lo menos, eso asegura el historiador Andrew Roberts en Eminent Churchillians. De cualquier manera, el unidimensional retrato de Mountbatten como jerarca benevolente se acerca más a Lord Grantham administrando su mansión en la Inglaterra de principios del siglo XX que a un hombre de estado a cargo de un país entero. Si podemos soslayar esto y ver la historia como una serie de época que utiliza a la India solo como un trasfondo exótico, la película será tan disfrutable como lo fue Downton Abbey para sus millones de seguidores. En ese sentido, Viceroy´s House resulta excelente historia, pero pésima Historia. 

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