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Cómo arruiné mi puntaje crediticio

Y lo que puedes hacer tú para proteger tu crédito.


spinner image George Mannes, diciendo adiós a décadas de buen puntaje crediticio
El autor, George Mannes, diciendo adiós a décadas de buen puntaje crediticio.
CHRIS BUCK

En junio del 2022, tenía un puntaje de crédito de 826, una cifra que FICO, la empresa estadounidense que emite la mayoría de estas calificaciones, considera “excepcional”.

Un año después, tenía un puntaje de 670 —una caída de 156 puntos, que se considera apenas por encima del nivel "aceptable", lo cual equivale a decir “piénsenlo bien antes de prestar dinero a esta persona”.

Me complace decir que el factor desencadenante no fue la pobreza ni la irresponsabilidad. Fue la curiosidad.

El objetivo del puntaje de crédito es informar a los prestamistas de tus probabilidades de devolver un préstamo. La calificación puede tener un gran impacto en tus gastos y tu calidad de vida, ya que influye en los intereses que pagues en tu hipoteca o tu préstamo de automóvil, incluso afecta las probabilidades de que te concedan estos créditos. También puede afectar las viviendas que puedes alquilar y el costo de tu seguro de auto.

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No obstante, la información sobre qué es exactamente lo que determina si tu puntuación aumentará o disminuirá, y en qué medida, es frustrantemente confusa. FICO (abreviación de Fair Isaac Corporation) enumera cinco variables que usa para calcular las puntuaciones; un 35% se deriva de tu historial de pagos, por ejemplo. Pero eso no te dice nada en absoluto sobre cuántos puntos caerá tu calificación si te atrasas en un pago.

Ya que FICO no comenta sobre situaciones individuales, tomé una decisión impulsiva: la única manera de descubrir qué podría dañar mi puntaje crediticio era hacer precisamente eso. ¿Qué causaría una caída en mi puntuación y cuán marcada sería?

Consideremos algunos antecedentes: mi historial de crédito se remonta a varias décadas. No tengo una hipoteca. No tengo un préstamo de automóvil. Pago los saldos de mis tarjetas de crédito cada mes y no he dejado de hacer un solo pago (en inglés) en muchos años. Al comenzar este experimento estaba bastante seguro de que no tenía transacciones inminentes que se verían afectadas por mi puntuación crediticia.

Esto es lo que aprendí.

Lección 1

Puedes dañar distintos puntajes de crédito.

Cómo reparar tu puntaje crediticio: 4 cosas que debes evitar y una recomendación

NO pagues por adelantado para reparar tu puntuación de crédito. “Si una empresa promete que puede restablecer tu puntaje de crédito, deberías desconfiar”, advierte Jeff Richardson de VantageScore.

NO abras una cuenta nueva si has alcanzado el límite en otras cuentas. Varios efectos negativos generalmente superan el posible beneficio de una nueva cuenta, explica Rod Griffin de Experian.

NO esperes que terminar de pagar tu hipoteca o préstamo de auto mejorará tu puntaje de crédito. “Se te recompensa por la gestión reciente de tus préstamos a plazos”, dice el consultor John Ulzheimer.

NO canceles una tarjeta de crédito una vez que hayas pagado el saldo. Perder el crédito disponible en esa cuenta, dice Griffin, aumenta la tasa de utilización general, lo cual reduce tu puntaje de crédito temporalmente.

SÍ DEBES pagar las cuentas de tus tarjetas de crédito puntualmente, y también reducir los saldos. “Aunque tengas un índice de uso bajo”, explica Ulzheimer, “tener uno más bajo es aún mejor para tu calificación de crédito”.

Sabía que tenía más de una calificación crediticia pero me sorprendió descubrir cuántas tengo: alrededor de 40. Una de las razones es que FICO utiliza distintas fórmulas para determinar las puntuaciones. La más común es la versión FICO 8, que te da un puntaje de crédito de entre 300 y 850. Pero existen además versiones más antiguas y más recientes de esa fórmula, con números entre 2 y 10T, junto con modelos específicamente adaptados a empresas de préstamos hipotecarios y de automóviles, y a emisores de tarjetas de crédito.

Otra razón por la que tengo tantas calificaciones es que FICO y VantageScore —una empresa de calificación crediticia competidora de FICO— ambas tienen tres fuentes de datos distintas: las agencias de informes de crédito Equifax, Experian y TransUnion. Esas agencias recopilan información de los prestamistas sobre los préstamos y los pagos de las personas, pero no calculan las calificaciones. En cambio, dejan esa labor a FICO y VantageScore cuyas fórmulas pueden producir distintas cifras dependiendo de los datos ingresados. Por lo tanto, tuve que hacer un seguimiento de tres puntajes de FICO 8 distintos: 810, obtenido de los datos de TransUnion, 822, de Equifax, y 826, de Experian. La versión de VantageScore que empecé a seguir, derivada de los datos de TransUnion, me asignó un puntaje de 811.

Lección 2

Concéntrate en los rangos y no en los puntos.

Poco después de mirar mis resultados, mi puntaje de VantageScore cayó 7 puntos, a 804. El motivo: ahora estaba usando 8% de mi crédito disponible, en comparación con 4% la semana anterior, duplicando lo que se conoce como la tasa de utilización. Mi deuda total —el saldo pendiente de mis tarjetas de crédito— había aumentado a $3,371. Una de mis calificaciones de FICO bajó 10 puntos; otra bajó 4. Una semana más tarde, después de pagar el saldo de una de mis tarjetas, dos de mis puntajes de crédito FICO aumentaron 3 puntos; el tercero aumentó 8 puntos.

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De hecho, a lo largo de los meses siguientes, mis calificaciones oscilaron a menudo dependiendo de datos recibidos por una o más de las agencias de crédito. (No todos los acreedores reportan a todas las agencias). Lo cual planteó una pregunta: ¿Qué tan pronunciada tiene que ser la caída del puntaje para que importe, es decir, para que resulte en un aumento en la tasa de interés de una nueva hipoteca o en el rechazo de una solicitud de tarjeta de crédito? Depende de tu “posición”, explica Tom Quinn, vicepresidente de Puntajes de FICO. Lo que importa más que la magnitud de la caída es si tu puntaje está por debajo del límite que se usa para determinar tu solvencia, una cifra que los prestamistas pueden establecer de manera arbitraria. Por lo tanto, si un prestamista establece el límite entre el crédito promedio e inferior al promedio en 680 y tu puntaje es de 679 o 681, esa variación de 2 puntos puede ser crucial. Por otro lado, si tu calificación es de 795, un cambio de 25 puntos en cualquier dirección podría carecer de importancia.

Lección 3

Olvídate del sentido común.

FICO aconseja a las personas con un historial de crédito breve que no abran muchas cuentas en rápida sucesión: “Aunque hayas utilizado crédito durante mucho tiempo” —¡ese es mi caso!— “abrir una cuenta nueva puede reducir tus puntajes de FICO”. En septiembre solicité una tarjeta de crédito nueva para ver si eso afectaría negativamente mi puntaje. El efecto fue mínimo; dos de mis calificaciones de FICO no cambiaron en absoluto.

¿Qué ocurriría si hacía una locura y solicitaba tres tarjetas adicionales? Eso hice. En tres meses, el límite total de mis tarjetas de crédito se había triplicado, de $35,000 a $110,000. ¡Sin duda sonarían las alarmas! Sin embargo, una vez que la información sobre las tres tarjetas de crédito apareció en mis informes crediticios, el promedio de mis tres puntajes de FICO solo cayó un punto en comparación con tres meses antes. Mi calificación de VantageScore mejoró: de 787 a 810.

¿Qué sucedió? Puede parecer de sentido común que cuantas más tarjetas de crédito tengas, más daño puedes causar, reconoce John Ulzheimer, un consultor que trabaja como testigo experto sobre tarjetas de crédito en casos judiciales. Pero, agrega, “Las puntuaciones no se basan en sentido común. Están basadas en datos empíricos”. Al parecer, las computadores de los encargados de asignar los puntajes de crédito están convencidas de que una persona como yo no presenta un riesgo, aunque aumente de tres a siete tarjetas de crédito en el transcurso de un mes. “Abrir varias tarjetas de crédito podría considerarse un riesgo para personas que tenga un determinado perfil”, señala Jeff Richardson, portavoz de VantageScore.

Lección 4

Los pagos pequeños tienen mucho peso.

¿Si abrir cuatro tarjetas nuevas no dañó mi crédito, saltarme un pago sin duda no me afectaría? El saldo de una de las tarjetas era de $104 y la factura vencía el 15 de diciembre. En lugar de hacer el pago mínimo de $40, envié solo $35. Cargué $15 en diciembre a dos de las otras tarjetas pero no pagué ninguna cantidad cuando vencieron las facturas de enero. Ni tampoco pagué la cuenta de enero para la primera tarjeta, en la que aún mantenía un saldo de $70.

A fines de enero, mis informes de crédito solo reflejaban un monto vencido de $70. Eso fue suficiente. El promedio de mis tres puntuaciones crediticias de FICO cayó 81 puntos, a 719. Dije adiós a mi calificación de consumidor "excepcional". Mi puntaje de VantageScore fue aún peor, cayó 121 puntos, a 686.

Hasta entonces había estado pagando los saldos totales de mis antiguas tarjetas antes de la fecha límite; de hecho más de $5,700 en diciembre (lo que quedaba por pagar de unas vacaciones de ensueño). En el contexto más amplio de mis facturas de tarjetas de crédito el saldo pendiente de $70 no debería afectarme mucho, ¿cierto?

Intenta explicarles eso a los evaluadores de las agencias de crédito. “La cantidad de la deuda es menos grave que el hecho de que no hicieras el pago”, dice Rod Griffin, director sénior de Educación Pública y Defensa de Derechos de Experian. Lo que realmente te perjudica, advierte Richardson, es una morosidad de 60 o 90 días.

Pagué mis dos cargos de $15, pero el emisor de la tercera tarjeta canceló el saldo y cerró mi cuenta antes de que pudiera pagarla. Curiosamente, la compañía más tarde restableció mi tarjeta sin hacer preguntas. FICO después aumentó una de las puntuaciones 15 puntos porque añadí una cuenta nueva. (Como dice Ulzheimer, los puntajes de crédito no se basan en el sentido común).

Para principios de mayo, mis informes de crédito reflejaban que estaba al día con todas mis cuentas. Mientras tanto, había dejado de pagar mi cuarta tarjeta de crédito nueva para ver si las cosas podían empeorar.

Y así fue. Después de no hacer un pago en junio, mi puntaje promedio de FICO, que había aumentado lentamente hasta 725 puntos, descendió a 692. Cuando pagué el saldo de esa tarjeta y cerré esa y otras dos tarjetas nuevas, mi puntaje cayó aún más, a 684.

Lección 5

Hay consecuencias.

Al momento de escribir este artículo, tengo un puntaje promedio de FICO de 697. Según un simulador de puntaje de crédito en el sitio web de FICO, si mantengo gastos normales y pago mis cuentas puntualmente, aumentaré mi calificación a 749… en dos años. Volver a conseguir un puntaje de crédito de 800 podría tardar siete años, dice Ulzheimer, ya que ese es el plazo que la ley federal permite que los pagos atrasados permanezcan en tu historial. “Lo único que puedes hacer si tienes pagos atrasados”, explica, “es no agregar más impagos a tu informe de crédito”.

¿Y qué sucede con el saldo vencido que un emisor perdonó? Podría tener que pagar impuestos sobre esa cantidad ya que el IRS considera las deudas condonadas como si fueran ingresos. Y la empresa de la tarjeta de crédito podría vender la deuda a un tercero que intentará cobrarla, señala Ulzheimer.

Y finalmente, mi última lección...

Lección 6

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