7 lugares sorprendentes donde observar hermosas aves

1. Audubon Center en Debs Park, Los Ángeles, California

Esta sorprendente meca para la observación de aves está ubicada a solo cinco millas del centro de Los Ángeles y tiene 280 hermosos acres para explorar, con vistas de las montañas y de la ciudad y gran cantidad de aves migratorias que podrás admirar en la primavera y en el otoño.

“Aquí se pueden contemplar numerosas aves migratorias”, dice Marcos Trinidad, director del Audubon Center en Debs Park (en inglés). Mientras recorres el sendero principal del parque a través de paisajes con plantas mayormente autóctonas, tal vez divises especies migratorias como picogruesos de cabeza negra, turpiales enmascarados y azulillos lapislázuli (conocidos por su cabeza de color azul intenso). Los pinos y los robles sedosos alrededor del lago Peanut del parque son un buen sitio para el avistamiento de aves. “Puedes verlas a simple vista, aunque es mejor usar binoculares si quieres apreciar realmente la belleza y los colores”, explica Trinidad.

Mantén los ojos abiertos durante todo el año a lo largo de los senderos si quieres ver pájaros de California, como cuitlacoches californianas, charas californianas y toquíes californianos. A menudo, en el invierno se pueden ver pirangas carirrojas en los eucaliptos en flor del parque.

2. Cementerio Mount Auburn, Cambridge, Massachusetts

Quizás resulte sorprendente saber que este cementerio es “el lugar favorito de las aves migrantes de primavera en el área metropolitana de Boston”, según Ray Brown, conductor del popular pódcast sobre observación de aves Talkin’ Birds.

En primavera, cuando la vegetación está empezando a florecer, los aficionados llegan de cerca y de lejos a los senderos pavimentados de Mount Auburn (en inglés) para ver las “muchas especies de reinitas y otros migrantes neotropicales, tanto los que se detienen allí en su trayectoria hacia el norte como los que permanecen en la zona para anidar”, según Brown. Podrás ver vireos solitarios, reyezuelos rubí y reinitas coronadas, por ejemplo. Puedes consultar la pizarra que se encuentra en el área de información a la entrada del cementerio para enterarte de los avistamientos recientes, así como también agregar el tuyo.

Entre las tantas especies que puedes observar aquí durante todo el año (y a menudo en mayor medida durante los meses de invierno después de la caída de las hojas), se encuentran los gavilanes colirrojos, los jilgueros americanos y los herrerillos bicolor.

3. Cape May, Nueva Jersey

Con el Océano Atlántico al este y la Bahía de Delaware al oeste, la península de Cape May es un sitio natural de descanso para las aves que necesitan reposar durante sus largas migraciones primaverales. Entre ellas está el correlimos gordo, un ave costera de vientre color terracota que pasa el invierno en sitios tan al sur como Tierra del Fuego, en la punta de América del Sur.

Pero lo más espectacular de este lugar épico de observación de aves costeras de Nueva Jersey cada mes de mayo es el desove anual del cangrejo herradura, cuando estos antiguos artrópodos tapizan las playas con sus huevos ricos en proteínas. Los nudos rojos, los vuelvepiedras comunes, los correlimos tridáctilos, los andarríos y otras aves costeras se atiborran de huevos para recargar energía durante su continua migración a las zonas de reproducción en el norte.

El parque estatal Cape May Point (en inglés) tiene dunas, playas, estanques y un hábitat forestal que ofrece una excelente oportunidad para observar aves. Explora por tu cuenta o toma una excursión guiada por un naturalista a playas locales como Reeds Beach y Kimbles Beach desde el Observatorio de aves de Cape May (en inglés) en Audubon, Nueva Jersey. El lugar cuenta con un centro de información para visitantes y un sendero corto que en primavera ofrece la oportunidad de espiar reinitas, tángaras, zorzales, perlitas y otras aves.

La migración otoñal a lo largo de la península es igualmente legendaria, con aves costeras que se dirigen hacia el sur en septiembre e inmensas bandadas de barnaclas carinegras (un tipo de ganso pequeño) que llegan en noviembre.

4. Parque estatal Monte Sano, Huntsville, Alabama

La hermosa costa del Golfo de Alabama, especialmente alrededor de la isla Dauphin y del refugio nacional de vida silvestre Bon Secour (en inglés) es mundialmente conocida por la llegada de migrantes neotropicales a principios de la primavera. En ese momento, las coloridas tángaras y los vireos descienden a lo largo de la costa para descansar luego de su vuelo a través del Golfo de México, en lo que los observadores de aves llaman el “Yucatán Express”.

Para observar aves a fines de la primavera en Alabama, Greg Harber, de Alabama Audubon, sugiere ir más al norte, hasta las laderas boscosas del parque estatal Monte Sano para avistar especies como reinitas plañideras, reinitas cerúleas, reinitas canadienses y zorzalitos maculados, con su adorable canto aflautado.

“Las aves migratorias sobrevuelan las cimas de la cadena montañosa de los Apalaches al norte de aquí”, señala. “Es un buen punto de partida para ellas y un buen sitio para observarlas ya avanzada la primavera".

Aves rapaces, búhos y muchas otras especies viven en los bosques frondosos del parque durante todo el año.

5. Área de vida silvestre Magee Marsh, Oak Harbor, Ohio

A lo largo de la ruta migratoria del Mississippi, Ohio tiene muchos lugares atractivos para observar aves en primavera y en otoño. Sin embargo, para ver los migrantes que se dirigen al norte en primavera, ningún sitio del estado supera el área de vida silvestre Magee Marsh (en inglés) en la orilla sur del lago Erie.

Las aves se congregan aquí antes de continuar rumbo al norte hacia las zonas de reproducción. De mediados a fines de mayo, en Magee Marsh es posible divisar más de treinta especies de reinitas, incluidas las favoritas reinitas de Nashville y las reinitas de Pensilvania, además de vireos y muchas otras aves migrantes.

6. Reserva Mendenhall Wetlands State Game Refuge, Juneau, Alaska

“En primavera, cientos de miles de aves costeras se detienen para alimentarse en el sureste [de Alaska] de camino a sus zonas de reproducción en el Ártico”, explica Gwen Baluss, presidenta de la Juneau Audubon Society.

Los antiguos bosques y humedales de la zona son el hábitat de más de 350 especies de aves (en inglés), incluidos los azores de Queen Charlotte y los gallos canadienses de Prince of Wales, dos subespecies endémicas que solo se encuentran en esta zona.

La reserva natural de los humedales de Mendenhall (en inglés), un espacio de 4,000 acres de vida silvestre donde los ríos brotan de los deshielos, es uno de los muchos sitios de fácil acceso cerca de Juneau para observar aves en primavera, como las golondrinas árticas, que tienen la migración más extensa de todas las aves. Baluss explica que estas aves, que están equipadas para resistir vuelos intensos y migraciones anuales de ida y vuelta de más de 18,000 millas, son particularmente hermosas en vuelo.

“También es divertido verlas zambullirse con gracia para buscar peces, cortejar o incluso pelear”, comenta.

En verano, es probable que veas aves cantoras, como las reinitas de Wilson de color amarillo brillante y los adorables y pequeños tordos ermitaños, que tienen motas en el pecho y en el cuello. El verano también invita un coro de pájaros cantores a las áreas boscosas, incluidas las reinitas de Townsend y los zorzales pintos (ambos hermosos y fáciles de avistar).

7. Central Park, ciudad de Nueva York

“Central Park (en inglés) es muy famoso por las aves que se pueden observar en primavera”, según Harber. “Tiene todo a su favor: se encuentra en la ruta migratoria, está justo en la costa y es un oasis verde en un área densamente poblada”.

Considera también su fácil acceso. Puedes llegar al parque fácilmente en metro y disfrutar de millas de senderos pavimentados e incontables bancos donde sentarte a contemplar las aves.

Desde mayo hasta principios de junio, las praderas, los canales, los bosques y los jardines del pulmón verde de Manhattan atraen a las reinitas migrantes que se detienen para alimentarse en su trayectoria hacia el norte. No es difícil ver hasta diez especies de reinitas —incluidas las diminutas reinitas del bosque— en una aventura ornitológica de un solo día.

Cuando llega el otoño, los observadores de aves de la ciudad se deleitan con la vista de los ampelis americanos y los carpinteros escapulario dorados en las áreas boscosas del parque.