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Los peligros de los analgésicos de venta libre

Algunos pueden ser mortales. Algunos afectan a los adultos mayores más que otros. Cómo saber cuánto es demasiado.

Tres frascos de medicamentos y diferentes pastillas

GETTY IMAGES

In English | Si la buena noticia es que los analgésicos de venta libre, como el acetaminofén, el ibuprofeno y el naproxeno no te pondrán en riesgo de desarrollar problemas de adicción, como los opioides o los narcóticos recetados, la noticia no tan buena es que no hay pastilla sin la posibilidad de causar problemas, afirma Nitin Sekhri, director médico de manejo del dolor de Westchester Medical Center en Valhalla, Nueva York.


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Muchos consideran el acetaminofén, el ingrediente activo en Tylenol, la opción más segura; sin embargo, Sekhri agrega que, de todos modos, es la causa de aproximadamente el 50% de insuficiencias hepáticas graves en el país. El acetaminofén también es la razón principal de las llamadas a control de intoxicaciones y el culpable de más de 50,000 visitas a la sala de emergencias al año.

Los problemas a menudo surgen cuando las personas no se dan cuenta de todo el acetaminofén que se han tomado. El analgésico de venta libre no solo se encuentra en Tylenol, se encuentra en remedios para combatir las alergias, las gripes, los resfriados, la tos y el insomnio. También es un ingrediente en los analgésicos con receta como Vicodin y Percocet.

“Si alguien toma Percocet y no obtiene resultados, puede que decida tomarse un Tylenol”, dice Michael Genovese, director médico de Acadia Healthcare. “Por lo que ahora habrá duplicado su consumo de acetaminofén sin darse cuenta”. Esta dosis doble significa una carga para el hígado, el órgano mayormente responsable de descomponer el acetaminofén y enviarlo al torrente sanguíneo, donde podrá usarse. En casos extremos, el hígado podría recibir tanto acetaminofén que no pueda manejar la carga y dejará de funcionar del todo.

Si tomas más de un medicamento, es importante que verifiques las etiquetas para asegurarte de no consumir más de 3,000 mg de acetaminofén en un período de 24 horas, la cantidad máxima recomendada por la FDA.

Genovese también recomienda que consideremos cuánto esté trabajando nuestro hígado antes de agregar acetaminofén a la mezcla. “Si alguien tiene dolor de cabeza porque bebió demasiado en la víspera de Año Nuevo, puede que tome un poco de Tylenol”, añade Genovese. “Ahora su hígado, que ya se ha expuesto a demasiado alcohol, tiene más carga todavía por el consumo de acetaminofén. Así es como las personas se meten en problemas”.

Por suerte, hay analgésicos que no pondrán al hígado a trabajar más, como el ibuprofeno o el naproxeno. Ambos medicamentos disminuyen la cantidad del suministro de sangre a los riñones, agrega Sekhri. Se les conoce como antinflamatorios no esteroideos, o AINE, porque tratan el dolor al limitar la inflamación. Pero, aunque la manera en que estos medicamentos se descompongan no sea un problema, la manera en que funcionan sí lo es, dice.

Para tratar la inflamación, los AINE inhiben dos enzimas, comúnmente llamadas COX-1 y COX-2, que producen prostaglandinas, las hormonas responsables de la inflamación —la causa de ciertos tipos de dolor—.

“El problema es que la inflamación no siempre es mala”, afirma Sekhri. La inflamación es lo que permite que la sangre se coagule cuando nos cortamos. También ayuda a aumentar el tamaño de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, lo que contribuye a una mejor salud cardiovascular, explica.

El otro problema es que la hormona prostaglandina hace más que solo producir inflamación. Este químico también protege el estómago y los intestinos al crear su revestimiento. Cuando esta protección se destruye, podrías sentir malestar estomacal. En casos extremos, puede destruir el revestimiento estomacal hasta el punto que se puede desarrollar una úlcera.

No solo pueden los AINE crear este tipo de problema, sino que pueden empeorarlo, al dificultar la coagulación en el cuerpo y detener la hemorragia de una úlcera estomacal grave. “Es un doble golpe”, dice Sekhri. “Destruye el revestimiento del estómago y expone los vasos sanguíneos”.

El no poder coagular también podría ser un problema para las personas que toman anticoagulantes para tratar otras enfermedades.

Por supuesto, es poco probable que una persona sana que tome AINE por poco tiempo sufra estos efectos secundarios, pero el dolor no siempre es un problema a corto plazo.

“El gran problema es que estamos intentando tratar enfermedades crónicas con esto”, dice Sekhri, y añade que esto puede ser especialmente peligroso a medida que envejecemos.

Los AINE se adhieren a las proteínas en la sangre para poder desplazarse por el cuerpo. Lamentablemente, a medida que envejecemos, tenemos menos proteínas en la sangre, explica Sekhri. Con menos proteínas a las que adherirse, más del medicamento se encontrará libre para estar activo. Eso lo hace más potente, con la posibilidad de tener efectos secundarios mayores.

Incluso para una persona de 55 años con problemas médicos mínimos, Sekhri sugiere limitar el uso de ibuprofeno o naproxeno a dos semanas. Para pacientes mayores, o alguien que esté tomando otro medicamento, recomienda comunicarse con el médico para obtener una recomendación en vez de seguir las instrucciones en la botella.

Además, habla con el médico, agrega, si los medicamentos de venta libre, como las pastillas y los analgésicos tópicos, no te alivian. Un médico puede ayudarte a encontrar métodos alternativos para combatir el dolor, desde cursos de terapia física de frío y calor o tratamientos en consultorios como la ablación por radiofrecuencia, que consiste en caldear los nervios para que no puedan enviar señales de dolor al cerebro. “Habla con tu médico”, dice Genovese. “Siempre digo que si lo que estás haciendo no te está dando resultados, no te des por vencido, llama”.