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¿Es buena inversión comprar una póliza de garantía para la vivienda?

Hay factores que influyen: el estado de la casa, los costos de mantenimiento y otros.

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Foto: Getty Images

Puede que las garantías para la vivienda cubran la reparación de algunos electrodomésticos.

In English | Acabas de comprar una vivienda. ¿Qué importa pagar unos cuantos dólares más cada año para protegerte contra todo lo que podría arruinarse?

Las compañías de garantías para la vivienda por lo general recurren al argumento de que no comprarías un automóvil nuevo sin una garantía, así que ¿por qué comprar una vivienda sin garantía? Sin embargo, la mayoría de garantía para viviendas se parecen más a las de un auto. Es decir, aunque cubre los mecanismos principales, obvia muchas cosas que pueden dañarse. Como dice Donna Johnsrud, agente de bienes raíces en Dallas-Fort Worth, Texas, "la mayoría de la gente piensa que una póliza de garantía para la vivienda cubrirá todo lo que podría dañarse en una casa, cuando en realidad hay una gran cantidad de exclusiones. Es importante leer la letra pequeña".

Lo que cubre generalmente

La mayoría de las empresas de garantías para la vivienda ofrecen un plan básico que cuesta entre $300 y $400. También ofrecen paquetes premium y suplementos que pueden aumentar esa cantidad a $500 o incluso $1,000. Los precios de las garantías también varían en función del tamaño y tipo de vivienda (es decir, dúplex, apartamento, unifamiliar, etc.). El precio varía un poco de estado a estado. Además de las primas, en la mayoría de los planes el propietario es responsable por un copago en promedio de unos $60 por concepto de visitas de servicio y reparaciones.

Los planes básicos generalmente cubren los sistemas mecánicos principales de la casa como:

  • sistemas de calefacción y aire acondicionado, incluidos los conductos
  • tuberías
  • cableado eléctrico/tomacorrientes/interruptores

Generalmente cubren algunos electrodomésticos:

  • estufa/horno
  • lavaplatos
  • calentador de agua
  • triturador de residuos
  • microondas empotrado

Limitaciones y exclusiones

Muchas de las reparaciones (por ejemplo, plomería, climatización, electricidad, electrodomésticos, etc.) tienen un límite que puede no ser suficiente para cubrir el costo. Por ejemplo, muchas garantías limitan el costo de diagnosticar, reparar o reemplazar un sistema de climatización a $1,500 por contrato. Sin embargo, el costo promedio de sustituir un sistema central de aire acondicionado o un calentador a gas es de alrededor de $5,000, incluida la mano de obra, de acuerdo con HomeOwnerIdeas.com (en inglés).

Las pólizas también podrían limitar las reparaciones de plomería y electricidad a aproximadamente $1,000 por contrato (por cada tipo de servicio). Si has contratado a un plomero o un electricista recientemente para un trabajo de reparación importante ya sabes que $1,000 no te compra mucho.

Cuando los costos superan el límite, hay varias maneras de manejar la reparación, según Sallie Griffith, la gerente de cuentas regional de OneGuard Home Warranties (en inglés).

Una opción es que la compañía de garantías pague su parte y cuando el trabajo termine, el propietario paga el resto. Otra es que el consumidor "cobre en efectivo" y reciba un cheque del proveedor de la garantía por el importe total de la cobertura, y luego busque a un contratista para hacer el trabajo.

Griffith generalmente recomienda la primera opción, ya que la compañía de garantías consigue un descuento al por mayor. Esto significa que los consumidores a menudo pagan más por la reparación si emplean su propio contratista. A veces, sobre todo en el caso de electrodomésticos, puede que un propietario encuentre un precio más bajo en oferta para sustituir un dispositivo. En ese caso, la compañía de garantías suele alentar a los dueños de casa a retirar el dinero en efectivo y comprar el electrodoméstico.

Si la reparación supera el límite y el propietario no puede pagar la diferencia, la compañía de garantías podría negociar un plan de pago entre el contratista y el dueño de casa de manera que la empresa pague su parte por adelantado y el propietario paga el balance poco a poco.

Incluso cuando el costo de una reparación esté dentro de los límites de la garantía, puede que aún no esté cubierta. Por ejemplo, las condiciones preexistentes no están cubiertas. Si un defecto era detectable antes del período de servicio —aunque no estuvieras al tanto del mismo— no está cubierto. Si utilizas parte de tu residencia como un negocio en casa, puede que algunos planes no cubran esa área. Los artículos que aún están bajo garantía del fabricante no están cubiertos. Los componentes deben dañarse solos, no por mal uso, abuso, desplazamientos o cambios estructurales, congelamiento, sobrecargas eléctricas, daños por agua, rayos, daños por plagas, hongos, moho, putrefacción o fuerza mayor. Tú mismo tienes que encargarte del mantenimiento rutinario. Así, por ejemplo, si tienes un problema con el sistema de climatización y los filtros se obstruyen, puede que la compañía de garantías no cubra la reparación.

Si hay un desacuerdo entre el consumidor y la compañía de garantías, Griffith dice que el primer paso es ponerse en contacto con la empresa. La empresa debe analizar el caso del propietario y responder por escrito. Si la respuesta es negativa, el siguiente paso es la mediación legal. Si los resultados de la mediación son insatisfactorios, los consumidores podrían entonces ir al organismo regulador que supervisa las empresas de garantía para viviendas en su estado. En algunos casos puede ser la comisión inmobiliaria del estado; en otros puede ser el regulador estatal de seguros o la oficina del procurador general.

En la mayoría de los planes, el propietario también es responsable de diversos gastos directos de su bolsillo, además de los copagos, para cosas como las tarifas de remolque y eliminación, permisos de trabajo, correcciones en el incumplimiento del código que se encuentren durante el servicio, impuesto sobre la venta de nuevos equipos y la recuperación y eliminación de refrigerantes. En lo que a los copagos se refiere, es importante que estés consciente de que eres responsable por un nuevo copago cada vez que un contratista vaya a tu casa, lo que significa que realizas un copago por cada visita de un técnico (por ejemplo, plomería, electricidad, electrodomésticos, climatización, etc.). Estos gastos pueden acumularse y convertirse en un monto importante de copagos si un problema afecta múltiples sistemas. Y puesto que los copagos normalmente son de unos $60, no tiene sentido presentar un reclamo por reparaciones sencillas que puedes hacer tú mismo y los materiales para la reparación cuestan solo unos pocos dólares.

También es importante entender las responsabilidades —o la falta de ellas— del proveedor de la garantía a la hora de restaurar los artículos a su estado original. Por ejemplo, cuando es necesario abrir paredes, techos o pisos para las reparaciones, las garantías para la vivienda generalmente cubren la restauración de esas superficies a tan solo un acabado rápido, lo que significa que el acabado final correrá por tu cuenta.

"El contratista no restaurará paredes, pisos, azulejos, mampostería, mármoles, revestimientos de paredes, gabinetes o artículos similares a su condición original. En algunos casos, se necesitará que el propietario proporcione acceso", según un folleto de Nations Home Warranty (en inglés).

Al sustituir los electrodomésticos, la mayoría de las pólizas dicen que no son responsables por equiparar el color, las marcas o el mismo nivel de eficiencia energética (por ejemplo, con clasificación Energy Star), a menos de que pagues por una cobertura adicional. En general, la compañía de garantías es la única que decide cuáles contratistas emplear, si un artículo se repara o se reemplaza y qué materiales se utilizan para completar un trabajo.

Los beneficios de una garantía

Bueno, ya tienes una idea. Investiga y lee toda la letra pequeña para que antes de comprometerte por lo menos sepas lo que vas a obtener. Las garantías para la vivienda generalmente no son una buena inversión cuando se trata de una casa recién construida, ya que muchas vienen con una garantía respaldada por el constructor. Si compras una casa más vieja, no es raro pedir —y recibir— un plan de garantía para la vivienda de un año pagado por el vendedor; esto por lo menos te proporcionará alguna protección si resulta que la vivienda es defectuosa y te da la oportunidad de ver si te conviene una garantía para la vivienda.

Antes de comprar una vivienda, siempre debes hacer que la revise un inspector profesional licenciado, en vez de simplemente confiar que una garantía para la vivienda protegerá tu inversión una vez realizada la compra.

Una garantía para la vivienda puede ahorrarte dinero si necesitas una reparación importante que esté cubierta. Además, cuando tienes una garantía para la vivienda, una llamada telefónica puede resolver todos tus problemas y te evitas la molestia de encontrar contratistas calificados. Muchas personas compran las garantías para la vivienda principalmente por la tranquilidad que ofrecen, lo cual es una de las razones por las que, de acuerdo a OneGuard Home Warranties, la tasa de renovación promedio del sector de las garantías para viviendas es de casi 40%.

Si eres un propietario que no tiene la destreza manual para realizar las reparaciones más sencillas en casa, puede ser más rentable invertir en una garantía en lugar de tratar de arreglar las cosas tú mismo y luego tener que pagar a un profesional para hacer bien el trabajo.

 

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