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'The Letters', una nota mixta a la Madre Teresa

Juliet Stevenson interpreta a la más santa de las hermanas.

Juliet Stevenson como la madre Teresa de Calcuta en la película The Letters

Cortesía de CinemaWest

Juliet Stevenson como la Madre Teresa en 'The Letters'

DIRECTOR: William Riead
ELENCO: Rutger Hauer, Juliet Stevenson, Max von Sydow
CLASIFICACIÓN: PG (Público general)
DURACIÓN: 114 minutos

In English | The Letters, un sincero relato de los primeros años que pasó la Madre Teresa trabajando entre los pobres en la India, supone una vuelta entrañable a las hagiografías de antaño de Hollywood. Seguimos viendo películas como esas por televisión durante la Navidad y Semana Santa, que nos ofrecen versiones nobles cinematográficas de figuras religiosas como Santa Bernadette (una estoica Jennifer Jones), Moisés (un magistral Charlton Heston) y Juana de Arco (una adusta pero aún demasiado sensual Ingrid Bergman).

Nos guste o no, en décadas recientes el cine ha dejado de representar a los héroes como personas completamente libres de verrugas. Hasta las personas más veneradas, parece, deben tener algún defecto inquietante o un secreto oscuro.

Nadando fuertemente contra esa corriente se encuentra William Riead, el escritor y director de The Letters, cuya visión de la Madre Teresa es totalmente sagrada. Desde el momento en que Teresa (Juliet Stevenson) pisa las calles mugrientas de Calcuta, baja la cabeza y comienza a trabajar alimentando a los pobres y cuidando a los moribundos. Para Teresa, no hay tiempo para las frivolidades, para el reconocimiento de los trámites burocráticos, ni para preocuparse por las costumbres locales —y, por lo tanto, existe poca oportunidad para desarrollar su personaje—. De hecho, la Teresa que conocemos como novicia, postrándose sobre el piso de piedra de la iglesia durante su investidura, es imposible de distinguir de la que acepta el Premio Nobel de la Paz al final del filme. Según la conciben en The Letters, Teresa de Calcuta nunca tuvo nada que aprender —solo lecciones que impartir—.

Para los admiradores de la Madre Teresa (me considero uno de ellos), eso probablemente sea suficiente. Y en esta era de cinismo al estilo Quentin Tarantino, resulta un cambio agradable encontrarse de vez en cuando con un personaje cinematográfico que, bendecidamente, carece de artimañas. (Es más, también es un alivio asistir a una película donde no se espera que el público silbe y arroje sus palomitas de maíz hacia la pantalla en cuanto aparezca un sacerdote católico).

Como Teresa, Juliet Stevenson (Truly Madly Deeply) aprovecha al máximo su material, y domina esa vuelta rígida de todo el cuerpo que las monjas de las películas siempre parecen dar cuando hubieran podido simplemente voltear la cabeza. Cuando sonríe benévolamente, su rostro parece irradiar la misma luz del cielo. Hasta adopta, quizás unas cuantas décadas antes de tiempo, el modo encorvado de andar, arrastrando los pies, que distinguía a la vieja Madre Teresa en los noticieros cinematográficos en los que el mundo la llegó a conocer.

The Letters enmarca la historia de la Madre Teresa con escenas en las que un sacerdote del Vaticano (Rutger Hauer) está ocupado preparando el informe para tomar en consideración a la monja recién fallecida para la santidad. Visita a un viejo sacerdote (Max von Sydow), que como mentor espiritual de Teresa se escribió con ella la mayor parte de su vida. Su colección de cartas, que les dan su nombre al filme, supuestamente revela un lado oscuro del carácter de la monja, aquejado de problemas. Esa "oscuridad", a la que se refieren repetidamente los dos clérigos, se supone le dé a The Letters un ángulo dramático. Lamentablemente —desde la perspectiva narrativa, por supuesto— se trata de mucho ruido y pocas nueces. Aunque Teresa se enfrenta a múltiples obstáculos mientras atiende a los pobres, la representan mayormente como un personaje valiente, dispuesto, que simplemente encoge los hombros y supera cada uno de dichos obstáculos.

Sé que la vida de la Madre Teresa entre los más pobres de los pobres fue más que dura, y jamás le desearía desgracias inventadas en nombre de un buen guión cinematográfico (aunque  hubiera agradecido una buena persecución automovilística una vez pasada la primera hora). Pero con un personaje de cine tan saneado como su hábito, la Madre Teresa de The Letters no es tanto inspiradora como falsa.

Hasta Moisés tenía mal genio. Los santos son santos porque encuentran la gracia para trascender su humanidad imperfecta. Eso también es lo que los hace interesantes.

Bill Newcott es escritor, redactor y crítico cinematográfico para AARP Media.

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