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"La historia olvidada" de los desempleados por mucho tiempo

Estigmas y retos de obtener empleo.

In English | Ofer Sharone, un sociólogo y profesor universitario, denomina a la difícil situación de los 3.1 millones de estadounidenses desempleados por mucho tiempo que han sido excluidos de los beneficios de una economía en recuperación, la "historia olvidada".

A pesar de que hay datos que indican que las contrataciones han aumentado y los despidos han disminuido, las personas que han estado sin trabajo por más de seis meses continúan enfrentándose a bajas posibilidades de empleo. Casi la mitad de los trabajadores desempleados de 55 años o más han estado desempleados por mucho tiempo.

No ha habido ni una política o programa gubernamental que haya afectado seriamente estas cifras. El desempleo a largo plazo ha permanecido alto en todas las categorías de empleo, industria y grupo etario desde que la recesión terminó hace cinco años.

"Cuando observamos el porcentaje de desempleados a largo plazo, encontramos que aún estamos a niveles jamás vistos desde la Gran Depresión", expresó por teléfono Sharone, profesor del Sloan School of Management de MIT. Recientemente cofundó la organización sin fines de lucro Institute for Career Transitions (Instituto para la Transición de Carreras) en Boston, el cual pone en contacto a consejeros de trabajo con profesionales desempleados por mucho tiempo en las edades de 40 a 65 años, de forma gratuita.

La economista Heidi Shierholz del Economic Policy Institute (Instituto de Políticas Económicas) de Washington dijo que estos solicitantes de empleo con poca suerte constituyen un 2.2% de la fuerza laboral total. Eso es tres veces el porcentaje de las personas que estaban en esta situación antes de la recesión del 2008.

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"Estas personas enfrentan tiempos difíciles y cada vez se torna peor y peor", dijo la panelista Betsey Stevenson, quien forma parte del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.

Dijo que el gobierno planea monitorear y hacer seguimiento a los esfuerzos que el presidente Barack Obama inició recientemente. Ordenó a las agencias federales eliminar cualquier práctica de contratación que colocara en desventaja a los solicitantes de empleo a largo plazo. Asimismo, creó un programa de subvención de $150 millones para las organizaciones que los ayuden a conseguir empleo.

Judy Conti, coordinadora federal de defensa de derechos del National Employment Law Project (Proyecto nacional de leyes laborales), dijo que un modelo que puede utilizarse a nivel nacional es un programa de Connecticut que fue implementado como proyecto piloto en 10 ciudades. The Platform to Employment (Plataforma para el empleo) fue creada por la organización sin fines de lucro WorkPlace Inc. en Bridgeport. Fue financiada por fundaciones privadas, incluida AARP.

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Este programa de cinco semanas enseña a los solicitantes de empleo nuevas destrezas y les da consejos de cómo presentarse mejor y proyectar autoconfianza. Se les asignan trabajos ofrecidos por empleadores locales durante un período de prueba y sus salarios los paga el programa. La mayoría de los trabajadores se quedan en los trabajos permanentemente, lo que pone fin a sus meses o años de desempleo, de acuerdo a los oficiales del programa.

Conti hizo un llamado a las empresas y al gobierno para financiar más iniciativas de este tipo que permitan que las personas regresen al trabajo. Al mismo tiempo, reconoció los obstáculos que enfrentan a diario los solicitantes de empleo, tales como discriminación por parte de los contratantes por razones de edad o el tiempo que tienen buscando trabajo.

Instó a los legisladores a aprobar dos medidas que frenasen las prácticas discriminatorias. Una fue la Protecting Older Workers Against Discrimination Act (POWADA, Ley de Protección del Trabajador Adulto Mayor contra la Discriminación), que tiene el apoyo de AARP, para fortalecer la protección contra la discriminación etaria. El otro proyecto de ley, la Equal Employment for All Act (Ley de empleo equitativo para todos), prevendría que los empleadores realicen en forma rutinaria verificaciones de crédito para eliminar solicitantes de empleo. Eso es debido a que las personas que han estado sin un ingreso estable durante un largo período pueden haber puesto en riesgo su crédito, aunque no ha habido pruebas que sugieran que un mal perfil crediticio se correlacione con un mal desempeño en el trabajo, dijo.

Los panelistas también apoyaron las sugerencias de otros, incluido el economista de Princeton University Alan Krueger, exasesor económico principal del presidente, para proporcionar créditos tributarios a los empleadores como incentivo para que contraten a solicitantes de empleo que hayan estado desempleados por mucho tiempo.

"Las empresas siguen reacias a contratar a los desempleados de larga duración o incluso a llamarlos a entrevistas", dijo Krueger en una entrevista a AARP, quien no participó en el panel. "Me gustaría ver que el Congreso se ocupara de la situación de los desempleados a largo plazo mediante la ampliación de los beneficios del seguro de desempleo, al proporcionar un crédito fiscal para contratar a trabajadores que hayan agotado las prestaciones por desempleo y brindar más ayuda para buscar empleo a los desempleados a largo plazo".

Tal vez no haya otro grupo que haya sufrido más que los adultos mayores que fueron despedidos de un trabajo y ahora tratan de encontrar otro. En junio les tomó un promedio de 48.1 semanas para conseguir empleo, en comparación a las 35.7 semanas que les toma a las personas más jóvenes, de acuerdo con las cifras más recientes del gobierno. Cuando finalmente los contratan, los estudios indican que sus salarios tienden a ser considerablemente más bajos, lo que compromete su seguridad económica actual y durante la jubilación.

"Muchas personas regresan a trabajar a tiempo parcial o toman un trabajo temporal para poder salir de apuros, pero no los coloca de nuevo en donde estaban", dijo Austin Nichols, un economista del Urban Institute, una organización de investigación con sede en Washington. Justin Scoville, supervisor de programa del centro Arapahoe/Douglas Works en Centennial, Colorado, un programa federal de la Ley de Inversión en la Fuerza Laboral, conoce la situación a fondo. Actualmente trabaja con alrededor de 1,000 solicitantes de empleo, cuya edad promedio es de 45 años.

"Es sumamente difícil encontrar un trabajo cuando has estado desempleado un año o más", afirmó. "Tengo un cúmulo de personas altamente calificadas —que se desempeñaban como gerentes medios o altos— que perdieron sus empleos en la recesión. Encuentran puestos de trabajo en su mayoría provisionales como en Home Depot como cajero o un trabajo en una tienda".

Algunos son aún menos afortunados.

"Muchos solicitantes de empleo mayores han parado de buscar empleo y han abandonado la fuerza laboral", afirma Sara Rix, una asesora principal en materia de políticas estratégicas del Public Policy Institute (Instituto de Políticas Públicas) de AARP. "Otras personas están subempleadas. Ambos hechos tienen implicaciones potencialmente destructoras para su seguridad financiera".

Carole Fleck es redactora principal de AARP Bulletin.