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Cómo controlar y aliviar el dolor

Consejos que te ayudarán a manejar el dolor de la persona a tu cuidado.

Para algunas personas que cuidan de sus padres o de algún adulto mayor, las ideas equivocadas que tienen sobre el manejo del dolor interfieren con las maneras de aliviarlo. Para otros, las distintas opiniones que existen en cuanto aliviar el dolor, entorpecen el manejo del mismo. Como familiar cuidador, podrías encontrar los siguientes obstáculos cuando tratas de aliviar el dolor de un adulto mayor.


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Temor a la adicción
Muchas personas temen que los opioides como la morfina generen adicción. Los estudios realizados mostraron que hay poco riesgo de adicción cuando el médico administra la medicación correctamente y el paciente la toma de la manera adecuada. Hay una gran diferencia entre dependencia y adicción. La dependencia de los medicamentos con base en opioides es natural, normal y no representa un problema, siempre que se deje de administrar la medicación paulatinamente y con la supervisión médica. La adicción es algo completamente diferente, y afecta solamente a una pequeña minoría a la que se trata contra el dolor. Según el National Institute on Drug Abuse (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas), es poco común la adicción a los medicamentos prescriptos.

Reacciones a la medicación
Las personas que tomen medicamentos con componentes opioides pueden sufrir reacciones a corto plazo, como confusión mental o somnolencia, estreñimiento y picazón en la piel. Estos efectos secundarios normalmente son pasajeros. El organismo de algunas personas que toman opioides por primera vez (o por primera vez después de mucho tiempo de haber suspendido su ingesta) solamente necesita de unos días para adaptarse a la medicación. Cualquiera que tome un opioide debería mantenerse en contacto con el médico que se lo haya prescrito para que esté al tanto de los efectos secundarios —muchos de los cuales se pueden tratar— y preguntarle sobre formas de minimizarlos.

Lo que significa tomar morfina
Sencillamente, la dosis prescrita y que se debería tomar depende del nivel de dolor. Y solamente el paciente sabe cuánto duele. Lógicamente, los médicos comienzan con medicación suave y recurren a sustancias más fuertes, como la morfina, cuando lo consideran apropiado. Cuando se prescribe morfina sólo indica que el nivel de dolor de la persona requiere de más ayuda. No acorta la vida de la persona ni es un indicador de que el final pueda estar cerca. Algunos individuos con síndromes de dolor crónico toman opioides por años con pocos efectos secundarios.

Una actitud estoica
Mucha gente considera el dolor parte de su enfermedad y creen que deben vivir con él. Esto les impide recibir una terapia adecuada, lo que deriva en un sufrimiento innecesario.

Opiniones dispares
Puede haber posturas muy firmes respecto de los opioides. Algunas veces, estas opiniones pueden afectar hasta la relación más afectuosa. Es aconsejable que hables de tus creencias en relación con este tema con la persona a tu cuidado antes de que se convierta en un problema. Aun cuando te preocupe la prescripción de estos medicamentos, es fundamental que cumplas las órdenes del médico. Si no puedes hacerlo, tal vez prefieras pedirle a otro familiar que controle los medicamentos. Por otro lado, no se puede obligar a alguien a que tome una medicación que no quiere tomar. Si cualquiera de estas situaciones se tornan problemáticas, sería prudente visitar al médico y ver si hay una solución alternativa, como un parche analgésico, que dura 72 horas y no hace pensar tanto y genera menos fluctuaciones con la medicina.