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Peligros ocultos de los dispositivos de irrigación nasal

Muchas personas utilizan estos pequeños recipientes para aliviar las alergias y los problemas sinusales. Pero es esencial utilizarlos correctamente.


spinner image Ilustración de un dispositivo de irrigación nasal con cara triste
AARP

Sería fácil suponer que un informe reciente sobre los estragos causados por las amebas comecerebros entre las personas que padecen de sinusitis está sacado de una película de terror, y no de un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Pero no es la primera vez que los CDC advierten a los usuarios de estos dispositivos de irrigación nasal, a veces llamados rinocornios o teteras "neti", utilizados para limpiar los senos paranasales, de los peligros de hacerlo con agua del grifo. Hace más de una década, fue noticia otra aterradora ameba comecerebros vinculada a los enjuagues nasales. En el nuevo estudio de los CDC, publicado recientemente en la revista Emerging Infectious Diseases (en inglés), los investigadores se centraron en 10 pacientes, de una edad promedio de 60 años, todos ellos infectados por una ameba potencialmente mortal (Acanthamoeba spp.) que suele encontrarse en la tierra y en muchos tipos de agua, incluidos lagos, ríos y agua corriente.

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Aunque los investigadores no saben con certeza cómo se infectaron los pacientes, dos pistas apuntan a la posible causa: los 10 pacientes tenían el sistema inmunitario debilitado y los 10 realizaban enjuagues nasales (es decir, irrigación nasal), una práctica que los otorrinolaringólogos (especialistas del oído, la nariz y la garganta) consideran segura y una alternativa eficaz a los medicamentos recetados para prevenir y tratar los problemas sinusales, siempre que se realice correctamente.

"Los CDC analizaron los datos y descubrieron que entre las pocas personas —y subrayo que son pocas— con esta rara infección amebiana cerebral causada por la Acanthamoeba, algunas se contagiaron nadando en lagos y arroyos" y otras por utilizar un dispositivo de enjuague nasal como el rinocornio, señala el Dr. William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.

Lo más sorprendente, según los investigadores, no fue que tres de los diez pacientes murieran a causa de la infección, sino que tantos sobrevivieran. Según reveló el estudio, aunque la infección provocada por estas amebas es extremadamente rara —solo afecta a entre tres y doce personas al año en EE.UU.—, el 82% de los casos son mortales.

Ya sea al zambullirse en un lago o arroyo, o practicar enjuagues nasales, el agua penetra en las fosas nasales, permitiendo que posibles patógenos como estas amebas se abran camino hasta el sistema nervioso central, explica Schaffner. El riesgo de infección, aunque poco frecuente, se presenta si te sumerges en aguas turbias sin utilizar una pinza nasal ni taparte la nariz. Pero, ¿cómo puede la práctica centenaria de irrigación nasal exponerte a los mismos peligros?

La respuesta es simple: agua del grifo. Al menos la mitad de los pacientes del estudio de los CDC utilizaban agua corriente para sus enjuagues nasales.

Conceptos básicos sobre la irrigación nasal

Esos pequeños recipientes en forma de tetera con boquillas largas —también conocidos como rinocornios o teteras de irrigación nasal (neti)—  se utilizan para encauzar una solución salina o agua salada a través de las fosas nasales para aliviar diversos problemas de los senos paranasales, como el resfriado común, la sinusitis y las alergias. También ayudan a humedecer los senos paranasales resecos en invierno. Pero deben utilizarse con agua esterilizada y ahí es donde surge la confusión. ¿Qué se considera agua estéril? En resumen: agua que no sea del grifo.

Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU., el agua que proviene directamente del grifo es potable, pero no está filtrada ni tratada adecuadamente para ser utilizada para la irrigación nasal.

"Podría contener patógenos y otras sustancias que pueden ser irritantes o peligrosas si se introducen en la nariz", advierte la Dra. Meha Fox, profesora adjunta de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina Baylor de Houston.

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Por eso, aunque el agua corriente se puede consumir de forma segura —gracias a los ácidos estomacales que eliminan esas sustancias nocivas—,  no debe considerarse estéril.

Y, sin embargo, un estudio publicado en el 2023 en la revista Emerging Infectious Diseases sugiere que existe confusión. En una encuesta realizada a 1,004 adultos en EE.UU., los investigadores descubrieron que, aunque la mayoría de los encuestados afirmaban saber lo que se considera agua estéril —y comprenden que el agua corriente no lo es—  casi dos tercios continuaron respondiendo que es seguro (en inglés) utilizar agua del grifo con un dispositivo de irrigación nasal como el rinocornio.

Aproximadamente un tercio creía, erróneamente, que el agua del grifo no contiene bacterias ni otros microorganismos. 

De hecho, el agua del grifo solo es segura para realizar irrigaciones nasales si se hierve durante al menos un minuto —un mínimo de tres minutos si vives a más de 6,000 pies de altitud— y se deja enfriar a temperatura ambiente, informan los CDC. Luego, debe colocarse en un recipiente con tapa y utilizarse en un plazo de 24 horas, sugiere Schaffner, y añade: "Si no quieres hervirla, compra agua destilada o esterilizada".

También es importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Si tienes el sistema inmunitario debilitado, consulta antes con tu médico sobre los riesgos relativos del uso de un dispositivo de irrigación nasal.
  • Prepara la solución salina con el preparado incluido con tu tetera "neti", o mézclala tú mismo. La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología recomienda la siguiente receta: combina 3 cucharaditas de sal sin yodo y 1 cucharadita de bicarbonato de sodio. Añade 1 cucharadita de la mezcla a 8 onzas (1 taza) de agua tibia esterilizada, destilada o hervida para un solo uso. Almacena la mezcla de sal restante en un pequeño recipiente hermético.
  • Asegúrate de que la solución esté a temperatura ambiente antes de utilizarla. Las soluciones demasiado frías o calientes son difíciles de tolerar.
  • Lava el rinocornio después de cada uso y asegúrate de secar bien el interior con una toalla de papel o déjalo secar al aire entre usos. "Estos dispositivos pueden acumular bacterias o moho, por lo que hay que limpiarlos con regularidad", dice Fox. "Algunos fabricantes recomiendan colocar el recipiente en el microondas brevemente".
  • Reemplaza tu dispositivo de irrigación nasal con regularidad. "La mayoría de los fabricantes recomiendan sustituir el rinocornio cada tres meses", dice Fox.
  • No lo uses en exceso; utiliza tu sentido común. "Estás tratando de aliviar las membranas de la nariz y los senos paranasales y si haces enjuagues con demasiada frecuencia —no tengo idea de lo que se considera el uso excesivo—  puede irritar las membranas mucosas", dice Schaffner. ¿Una pista de que tal vez estés excediéndote? Si observas que tus fosas nasales "se resecan y agrietan", añade. Otra pista: problemas de audición. "La irrigación nasal es una práctica segura", dice Fox. Pero "la solución puede penetrar en la trompa de Eustaquio —el conducto que conecta el oído con la nariz— y provocar problemas auditivos". El líquido suele eliminarse por sí solo. Si experimentas esto, te recomiendo interrumpir los enjuagues nasales durante varios días".

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