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¿Por qué las películas son tan frustrantes para las personas con dificultades auditivas?

Nuestra bloguera comparte su experiencia para ayudarnos a comprender.

Pareja madura en el cine

Getty Images

Incluso con dispositivos para subtítulos, auriculares y mejor tecnología para las personas con discapacidad auditiva, ver películas puede resultarles difícil.

In English | La pérdida de la audición es una discapacidad invisible. No requiere el uso de un bastón blanco o una silla de ruedas que les señale tu afección a los demás. La mayoría de las personas no le gritarían a alguien en silla de ruedas por bloquear el pasillo en el supermercado, ni a un ciego por cortarles el paso de manera accidental. Pero de vez en cuando, me quedo sorprendida al ver lo groseras que son las personas que piensan que estoy tratando de fastidiarlas a propósito, cuando solo intento oír mejor.

El último incidente sucedió durante mis vacaciones en Florida, en un pueblo donde viven muchas personas mayores. El cine independiente cuenta con un equipo para subtítulos para las personas con pérdida auditiva, que compró hace varios años. Con este sistema, los espectadores deben usar un dispositivo voluminoso en su asiento que tiene una pequeña pantalla que muestra el texto. No es lo ideal, y me preocupa que quizás distraiga a otras personas, aunque me dijeron que solo es visible desde tu propio asiento. Sin embargo, permite que las personas sordas o con dificultades auditivas sigan el diálogo, una parte esencial para disfrutar de una película.

Ya que era un día frío, decidí ir a ver una película, The Big Short.

Lamentablemente, el equipo para subtítulos no estaba disponible. Al parecer, le hacía falta una parte. El gerente me ofreció en su lugar que usara unos auriculares, los cuales decidí probar.

Cuando la película llevaba como 15 minutos, un hombre que estaba sentado detrás de mí me dio una palmadita en el hombro y dijo furioso: “¡Quítatelos!”.
Me imagino que el volumen estaba demasiado alto, ¿pero cómo se supone que yo, una persona sorda, supiera eso? Me salí del cine, devolví los auriculares y me dirigí hacia la puerta principal. Pero luego me di vuelta, regresé al cine, le di al hombre una palmadita en el hombro y dije en voz muy alta: “Esos son auriculares para ayudarme a oír. Soy sorda”.

Espero que se haya sentido humillado, porque yo ciertamente me sentí así.

En retrospectiva, la grosería era comprensible. La tecnología es lo que me enfurece. ¿Por qué tengo que ponerme unos auriculares pesados y que me quedan mal, que no solo no funcionan para mí sino que además pueden distraer a quienes me rodean? Es como instalar una rampa para silla de ruedas que no solamente no te lleva adonde necesitas ir, sino que bloquea las escaleras para todos los demás.

Los subtítulos son mejores, y las personas sordas y con dificultades auditivas han luchado por años para que se usen. Pero lo que nos ha dado la industria es una tosca pantalla con pivote que llevas a tu asiento y colocas en el posavasos. Algunas cadenas de cine también ofrecen anteojos para los subtítulos “cerrados”, los cuales son menos molestos. Sin embargo, si por lo general usas anteojos, debes colocarte los de los subtítulos encima de los tuyos. (Los subtítulos “abiertos”, los cuales muestran el diálogo en la parte inferior de la pantalla para que lo vea todo el público, son menos comunes que los subtítulos cerrados u ocultos, y también menos populares entre los aficionados al cine que pueden oír).

La tecnología digital para películas permite que los subtítulos cerrados sean intrínsecos, y pueden enviarse automáticamente a los dispositivos que describí anteriormente. ¿Pero por qué los subtítulos no pueden transmitirse directamente a mi teléfono inteligente en vez de a esos dispositivos? Me enteré de que algunos programadores de aplicaciones exploran esa idea. Mi teléfono puede hacer prácticamente todo lo demás; los subtítulos transmitidos serían facilísimos.

Este también es un problema en el escenario. Marlee Matlin, la primera persona sorda en ganar un premio Óscar, ha sido activista de los subtítulos por años. De hecho, puedes enviar un tuit, correo electrónico o mensaje de Facebook para apoyar esta carta de Matlin en la que solicita que haya subtítulos e intérpretes de señas disponibles a petición para cualquier espectáculo de Broadway.

Un último comentario sobre la película The Big Short: no la veas si dependes de la lectura de labios. Todos conocemos a alguien a quien resulta difícil leerle los labios: labios delgados, rostro carente de expresión, habla a gritos por el celular, bigote grande, grita para hacerse oír por encima de los demás. ¿Adivina qué? Todos ellos actúan en esta película.