Vida Sana
Con menos comidas en restaurantes durante la pandemia, el consumo de pescado ha caído. Esto se debe a que más de dos tercios de los mariscos que comemos se han comprado tradicionalmente en restaurantes, ya sea el tradicional pescado con papas fritas en el pub de tu vecindario o una langosta en tu restaurante favorito para ocasiones especiales.
Preparar mariscos en casa, señala Wayne Samiere, director ejecutivo y fundador de Honolulu Fish Company, intimida a muchos cocineros caseros: "Si le das a una persona promedio unas cuantas libras de carne cruda de res o pollo, tendrá una idea de qué preparar. Pero si le das pescado crudo, no sabrá si es bacalao, platija o atún". Este fenómeno, señala, se remonta al hecho de que la cultura en Estados Unidos tiene sus raíces en la agricultura, una práctica que existe desde hace 400 años aquí. La pesca comercial a gran escala en el país, por otro lado, tiene solo alrededor de 60 años.
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Sin embargo, nuestros temores a la preparación del pescado son completamente infundados. El pescado es una de las proteínas más fáciles de preparar; en general, cuanto menos le hagas a un filete, mejor. Se descongela y cocina rápidamente para una comida de último minuto, combina bien con muchos sabores diferentes y resiste una variedad de técnicas de preparación. Además, es una de las proteínas más magras que puedes comer y una de las únicas fuentes de ácidos grasos omega-3, que se han relacionado con la salud del corazón y del cerebro, entre otros beneficios.
A pesar de todo esto, una encuesta del Food Marketing Institute concluyó que solo un poco más de la mitad de las personas en el país comen mariscos, incluidos los productos como atún enlatado, dos veces al mes. Y cuando lo comemos, tendemos a ceñirnos a lo básico: los camarones, el salmón y el atún han encabezado la lista de mariscos más populares durante años.
Es hora de un cambio radical. Si deseas abrirte camino hacia algo nuevo, prueba cualquier pescado blanco suave: la tilapia, el bacalao, la platija, el halibut, el barramundi y el dorado son opciones buenas y sostenibles, señala Casey Corn, embajador culinario de FultonFishMarket.com (en inglés). Los filetes delgados también se cocinarán más rápido que un corte tipo bistec o un pescado entero.
Luego, sigue dos reglas simples. Regla número uno: compra los mariscos más frescos y de la más alta calidad que puedas comprar. El pescado fresco y de alta calidad debe oler a océano y la carne debe estar húmeda. Nunca debe oler mal (olor fuerte a pescado) o verse opaco. Si vas a comprar un pescado entero, los ojos deben ser claros y brillantes, no apagados ni hundidos. Un pescadero de buena reputación podrá orientarte si no estás seguro. De lo contrario, no pases por alto la sección de alimentos congelados; es una práctica común que los barcos pesqueros congelen de inmediato su pesca cuando todavía están en el mar, por lo que aún sabe muy bien y puedes encontrar excelentes precios. Regla número dos: no lo cocines en exceso.
¿Necesitas más orientación? Estas son tres recetas básicas de pescado para comenzar.
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A la parrilla, escalfado, en escabeche o en salsa.
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