Vida Sana
Cuando Vibeke Arentz y su esposo, Jeff Kacirk, decidieron mudarse del área de la bahía de San Francisco al sur de Francia en 2018, fue una oportunidad para la pareja de adentrarse en un lugar que les fascinaba. No se han sentido decepcionados.
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“La cultura, la historia, la cocina, el paisaje, la asequibilidad, explorar la variedad de las distintas regiones de Francia, aprender y hablar francés, lo amable y dispuesta a ayudar que es la gente aquí y la increíble comunidad de amigos que hemos formado en tan poco tiempo: todo es estimulante”, dice Arentz, de 59 años.
Compraron una casa en Carcassonne y la convirtieron en tres apartamentos; viven en uno y alquilan los otros dos para complementar sus ingresos de jubilación. “Nos encanta explorar Francia y también estamos contentos de tener toda Europa a poca distancia”, dice.
Aunque varios países caribeños y centroamericanos tienen programas específicamente orientados a atraer a los jubilados estadounidenses, los estadounidenses de más edad buscan mudarse a Europa cada vez más, según Kathleen Peddicord, fundadora y editora de Live and Invest Overseas (en inglés), que publica libros, boletines y guías en línea sobre cómo trasladarse y hacer negocios en el extranjero.
Hoy día, “Europa tiene mucho más sentido, ya que el dólar es más fuerte frente al euro”, dice. “Además, en los últimos cinco o siete años, Europa también ha empezado a facilitar la residencia”.
Si estás considerando una mudanza de este tipo, tendrás que conocer los detalles para establecer la residencia legal, comprar una propiedad como extranjero y obtener un seguro médico, ya que Medicare normalmente no cubre la atención médica fuera de EE.UU. “Tienes que prepararte, y tienes que ir con pleno conocimiento de cuáles son las dificultades”, dice Peddicord.
Lief Simon, editor inmobiliario de Live and Invest Overseas, recomienda contratar a un abogado de inmigración en el país de destino, preferiblemente uno que hable tu idioma y que haya trabajado con otros estadounidenses, “para asegurarte de que no se te escape ningún paso que pueda acabar por perjudicarte”.
Te conviene un asesoramiento de confianza sobre cómo los movimientos de dinero, como la compra de una vivienda, pueden afectar tu situación fiscal. “Lo primero es hablar no con tu propio asesor fiscal en Estados Unidos, sino con uno de ese país”, dice Doris Speer, presidenta de la Association of Americans Resident Overseas.
He aquí la información básica para establecerse en ocho de los destinos europeos más populares entre los jubilados estadounidenses.
(Algunos enlaces en inglés)
Francia
La cultura francesa, la historia, la buena cocina y el vino de fama mundial son los principales atractivos, al igual que los paisajes, que van desde las montañas hasta los pueblos medievales y las deslumbrantes ciudades de playa.
Residencia: “La mejor categoría de visa para un jubilado estadounidense es la de visitante de larga duración”, que es necesaria si piensas estar en el país más de 90 días, dice Daniel Tostado, abogado de inmigración en Francia. Tendrás que demostrar que tienes unos ingresos de jubilación equivalentes, por lo menos al salario mínimo francés, que era cerca de 1,770 euros al mes en el 2024, según Expatica, un sitio de recursos para expatriados de habla inglesa.
El sitio web del Gobierno francés tiene información en inglés sobre visas de larga duración. Una de esas visas, llamada VLS-TS, hace las veces de permiso de residencia y es validada por las autoridades de inmigración francesas en tus primeros tres meses en el país. Con otras visas, es posible que tengas que obtener un permiso de residencia en los dos meses siguientes a tu llegada a la prefectura, u oficina gubernamental, de la zona donde vives.
Compra de propiedad: no hay restricciones para que los jubilados extranjeros compren propiedades, según el mercado inmobiliario en línea Properstar. Sin embargo, puede ser complicado para los estadounidenses conseguir una hipoteca de un banco francés.
Cuidado de la salud: una vez que hayas establecido tu residencia, podrás inscribirte en el sistema nacional de seguro médico de Francia, L’Assurance Maladie.
Grecia
Salpicada de monumentos antiguos, pueblos pintorescos y soleadas islas, con el litoral más largo de la cuenca mediterránea, Grecia ofrece “un estilo de vida mediterráneo a bajo costo”, según Live and Invest Overseas.
Residencia: visita el consulado griego más cercano en EE.UU. para solicitar una visa de larga duración, que te permite permanecer en Grecia hasta un año. Cuando estés en el país, podrás solicitar un permiso de residencia, para lo que tendrás que demostrar que tienes unos ingresos mínimos de 2,000 euros al mes.
Compra de propiedad: los extranjeros pueden comprar bienes raíces. El programa de visa dorada permite que cualquier persona que compre una propiedad por valor de más de 250,000 euros pueda solicitar la residencia sin tener que ir primero a Grecia.
Cuidado de la salud: los trabajadores extranjeros que pagan contribuciones al seguro social pueden afiliarse al sistema público de atención médica, pero como jubilado, tendrás que adquirir una cobertura privada.
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