Vida Sana
Los desastres pueden resaltar lo mejor de la gente, cuando vecinos y desconocidos por igual ponen manos y billeteras a la obra para ayudar a reparar los daños. También resaltan lo peor de los estafadores, quienes se aprovechan de la desgracia de los demás para ganar dinero rápido.
Desde los años 80, la frecuencia y el costo de los desastres naturales han aumentado. Entre 1980 y 1989, ocurrieron 33 desastres naturales con un costo de $218 mil millones. Más recientemente, en los cinco años comprendidos entre 2019 y 2023, los costos aumentaron a más del triple de esa cantidad, con 102 desastres naturales por valor de $616 mil millones.
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El año 2023 fue histórico, con 28 desastres que causaron pérdidas por un valor de $9,500 millones de dólares. La Oficina Nacional de Delitos contra Seguros (NICB), una organización sin fines de lucro que trabaja para prevenir y combatir el fraude de seguros, estima que el 10% de esas pérdidas, o $9,300 millones, se perdieron por fraude posterior al desastre.
“Los estafadores también son primeros respondedores”, advierte Steve Weisman, profesor de Derecho en la Universidad Bentley en Waltham, Massachusetts, y editor de Scamicide.com.
Cómo funcionan las estafas de desastres
Algunos de estos “cazatormentas” toman tu dinero y huyen. Otros cobran de más por un trabajo de mala calidad. Y como carecen de licencia local, es posible que el seguro de tu vivienda no lo cubra.
Contratistas falsos. Dos estafas comunes son los contratistas que aparecen y utilizan tácticas de ventas de alta presión para obligarte a pagarles por adelantado por las reparaciones y luego desaparecen. O pueden decirte que hay daños en tu techo cuando no es así.
“Terminarán... cobrando por un techo completamente nuevo, aunque no lo necesites”, dice Joe Brenckle, director de asuntos públicos del NICB. Brenckle recuerda historias de estafadores que usaban martillos para hacer agujeros en los techos para imitar los daños del granizo.
Impostores del gobierno, los servicios públicos y los seguros. Los delincuentes afirman trabajar para la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) u otros organismos gubernamentales y contactan a las víctimas con promesas de subvenciones gubernamentales, permisos de construcción o ayuda para acelerar las reclamaciones de seguros.
Los estafadores pueden afirmar que pertenecen a la compañía eléctrica y ofrecerte prioridad para la reconexión a la red si pagas un depósito o una tarifa. Y algunos se hacen pasar por ajustadores de seguros públicos, cobrando tarifas elevadas por evaluaciones de daños dudosos o remitiéndote a contratistas de mala reputación con los que están aliados.
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