Vida Sana
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
| Es común pensar que las personas mayores necesitan menos horas de sueño, que disfrutan estar despiertos hasta altas horas de la noche o que se despiertan mucho antes que los demás por placer. Y eso simplemente no es cierto.
"En realidad, eso es un mito", dijo el Dr. Daniel A. Barone, profesor adjunto de neurología en la Weill Cornell Medical School y coautor de Let's Talk About Sleep. "Lo que sucede es que a medida que envejecemos, nuestra capacidad para permanecer dormidos disminuye".
Si una persona necesita ocho horas de sueño a sus 30 años, todavía las necesita a los 70. Pero según la American Psychological Association, aproximadamente la mitad de los adultos mayores reportan problemas de insomnio. Los trastornos del sueño se han relacionado con otras complicaciones de salud, como problemas cardiovasculares y depresión. Como resultado de una desafortunada combinación de cambios que ocurren a medida que nos hacemos mayores y los efectos secundarios de las complicaciones de salud que nos acosan más adelante en la vida, para muchos adultos mayores, una buena noche de sueño es cada vez más difícil de alcanzar.
A medida que envejecemos, la calidad del sueño disminuye. En los 50, nuestra capacidad para producir melatonina, una poderosa hormona del sueño, puede comenzar a disminuir. Y nuestro reloj circadiano, el medidor interno que nos dice cuándo irnos a la cama y cuándo levantarnos, a menudo se desplaza más temprano cuando envejecemos, nos envía a la cama temprano en la noche y nos despierta en las primeras horas de la mañana, queramos o no.
Muchos problemas de salud relacionados con la edad, y los medicamentos que se toman para tratarlos, también hacen que sea más difícil tener un sueño de calidad. Una próstata agrandada puede enviarte al baño toda la noche. Los sofocos de la menopausia pueden arruinar el descanso. La apnea del sueño, la cual las personas tienen un mayor riesgo de sufrir a partir de los 40 años, también afecta el buen dormir. El dolor crónico también puede hacer que sea difícil sentirse lo suficientemente cómodo como para quedarse dormido. Y las enfermedades de la vista, como la degeneración macular, pueden afectar nuestro ritmo circadiano.
"A medida que envejecemos, las cosas se complican y nuestro sistema se verá comprometido", dijo Michael J. Breus, psicólogo clínico y especialista en sueño. "La calidad de ese sueño será menor".
También te puede interesar