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Deterioro cognitivo leve: lo que deben saber los cuidadores

El deterioro cognitivo leve puede ser precursor de la demencia, pero los expertos dicen que, en muchos casos, es tratable.


spinner image Una mujer mayor recibiendo cuidado en casa.
Getty Images

 

Ves un actor en televisión y luego te cuesta recordar su nombre... (esa sensación de tenerlo “en la punta de la lengua”). O entras a una habitación para buscar algo y no recuerdas qué es lo que ibas a buscar, un fenómeno conocido como “efecto umbral” o “efecto puerta”. Ese tipo de cosas nos suceden a todos a medida que avanzamos en edad.

El deterioro cognitivo leve es un punto entre los cambios cognitivos asociados con el envejecimiento normal y la declinación más grave de la demencia.

“El término ‘deterioro cognitivo leve’ es una denominación genérica que hace referencia a una etapa temprana de deterioro de la capacidad cognitiva o de pensamiento”, dice Tamar Gefen, una neuropsicóloga en Northwestern Memorial Hospital. “La persona no pierde la capacidad de realizar sus actividades normales de la vida diaria. Tiene problemas cognitivos, pero igualmente puede trabajar o conducir un auto. Ningún desconocido se daría cuenta de que algo no funciona bien en su modo de pensar”.  

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No obstante, los cambios son lo suficientemente importantes para que los noten la persona afectada y sus cuidadores u otros que la conocen bien. El Dr. Ardeshir Hashmi, jefe de sección del Centro de Medicina Geriátrica en Cleveland Clinic, compara el deterioro cognitivo leve con la diabetes limítrofe, un trastorno que aparece antes de que se manifieste la diabetes tipo 2.

“Eso es el deterioro cognitivo leve con relación al deterioro de la memoria”, dice. “En esa etapa el paciente no tiene demencia, pero es limítrofe o corre el riesgo de sufrir de demencia en el futuro. Es una especie de etapa de advertencia”.

Hay dos categorías de deterioro cognitivo leve.

El deterioro cognitivo leve amnésico afecta la memoria. La persona puede comenzar a olvidar información que antes hubiera recordado con facilidad, como el contenido de una conversación reciente, una cita que le han recordado varias veces o un evento recurrente, como el cumpleaños de un familiar cercano.

El deterioro cognitivo leve no amnésico afecta otros aspectos de la facultad de pensar. La persona recuerda cosas, pero otras actividades en las que participa el cerebro se vuelven más difíciles. Por ejemplo, podría haber cambios en:

  • la capacidad de tomar decisiones sensatas o comprender instrucciones;
  • la habilidad espacial: dificultad para navegar el entorno o medir distancias;
  • la capacidad de expresión: perder el hilo de pensamiento u olvidar palabras familiares al hablar;
  • la capacidad de hacer cálculos: dificultad con todo lo que incluya matemáticas, por ejemplo.

¿Qué hay detrás de las lagunas mentales?

Según la Alzheimer’s Association, entre el 12 y el 18% de las personas mayores de 60 años tienen deterioro cognitivo leve. Se estima que entre el 10 y el 15% de las personas con deterioro cognitivo leve presentan demencia cada año.

“Algunas personas [con deterioro cognitivo leve] están en las etapas iniciales de un proceso neurodegenerativo, como la enfermedad de Alzheimer”, dice C. Munro Cullum, un neuropsicólogo en el O’Donnell Brain Institute de UT Southwestern. “Otras tal vez estén experimentando deterioro cognitivo o pérdida de memoria debido a factores vasculares de riesgo, como una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares o la acumulación de placas por niveles muy altos de colesterol a lo largo de muchos años, lo cual reduce el flujo sanguíneo en los vasos que llegan al cerebro”.

“Hay personas que tienen deterioro cognitivo leve y permanecen estables, y algunas realmente mejoran y recuperan la cognición normal”, dice Hashmi. “Según cuál sea la causa subyacente, podría ser algo tratable”.

Un ejemplo: Cullum tiene un paciente a quien ha seguido casi 20 años. “Durante 15 de esos años tuvo un diagnóstico de deterioro cognitivo leve y nunca empeoró. Tuvo pequeños altibajos, pero se mantiene estable”.

En efecto, el deterioro cognitivo leve a menudo se puede revertir si detrás de las lagunas mentales, hay un trastorno general de salud.

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“La lista de causantes de deterioro cognitivo leve es muy larga”, dice la Dra. Sarah Kremen, directora del programa de neuroconductas en el Jona Goldrich Center for Alzheimer’s and Memory Disorders de Cedars-Sinai Medical Center. “Podría deberse a ansiedad o depresión, o a un problema de tiroides, o a varios medicamentos que interactúan entre sí y causan dificultades cognitivas”.

Otras posibles causantes incluyen el deterioro auditivo y visual.

“La visión y la audición son alimentación sensorial para el cerebro”, dice Hashmi. “Cuantos más datos sensoriales ingresan al cerebro desde el mundo exterior, en términos de lo que la persona puede ver y oír, mayor es la cantidad de conexiones cerebrales que se forman y mejor es la memoria. Si eso comienza a verse comprometido, hay menos estímulos sensoriales, lo cual tiene un efecto negativo en las conexiones cerebrales”. 

Del mismo modo, la apnea del sueño —un trastorno en el que la respiración se detiene y se reinicia mientras duermes, lo cual no permite que el cerebro reciba suficiente oxígeno— también puede conducir a un deterioro cognitivo con pérdida de memoria.

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“Tengo pacientes que dicen: ‘Tengo Alzheimer, no puedo recordar nada, estoy desorientado, estoy confundido’, y resulta que tienen deficiencia de vitamina D o B12 y una infección de las vías urinarias, y están deprimidos. Todos esos factores diferentes”, dice Gefen. “Cuando se tratan la infección urinaria, la deficiencia vitamínica y los síntomas depresivos, el problema desaparece”.

El hecho de que el deterioro cognitivo leve pueda deberse a algo tratable y reversible es “sumamente importante”, agrega. “Hay personas que viven con la idea de que sufren de algo como Alzheimer, pero no es así”.

No obstante, hay un subgrupo de pacientes cuya situación nunca mejora.

“Empeoran año a año, y finalmente llegan a la demencia”, dice Kremen. “Al comienzo, puede ser difícil identificarlos. Obviamente, el objetivo es poder determinar quiénes son tan pronto como sea posible para comenzar el tratamiento apropiado”.

Diagnosis: ¿es deterioro cognitivo leve o envejecimiento normal?

El cerebro no piensa con la misma rapidez a los 80 años que a los 30. Pero cuando un cambio en la memoria o la cognición se vuelve preocupante para la persona afectada y para otros, podría tratarse de una señal de que es hora de consultar al médico de cabecera o al geriatra.

Tu médico podría recomendar una evaluación especializada con un neurólogo o un neuropsicólogo, quien querrá examinar tus antecedentes médicos y psiquiátricos, tus síntomas y su evolución. (¿Los problemas de memoria surgieron la semana pasada o han estado ocurriendo durante años? ¿Cómo han cambiado con el tiempo?).

“Esos detalles son importantes”, dice Gefen.

El médico también puede hacerte pruebas cognitivas breves, como la Prueba breve de estado mental (Short Test of Mental Status - en inglés) o la Evaluación cognitiva Montreal (Montreal Cognitive Assessment - en inglés), para evaluar la memoria y medir cambios en la capacidad de resolver problemas, la comprensión, el razonamiento y otras habilidades cognitivas.

“Lo que tratamos de hacer en la evaluación neuropsicológica es distinguir entre el envejecimiento normal y lo que podría parecer un envejecimiento patológico”, dice Cullum.

Si hay signos de deficiencia, un neurólogo realizará pruebas adicionales para determinar si la causa es reversible.

“Primero, hay que descartar todas las posibilidades reversibles”, dice Gefen. “El médico hará un análisis de sangre, tomará una muestra de orina, medirá la presión arterial —todos los signos vitales— y, con suerte, encontrará una causa reversible. Si todo eso está bien, comenzamos a considerar las causas irreversibles, es decir, algún trastorno neurodegenerativo”, como la enfermedad de Alzheimer o el mal de Parkinson.

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Los estudios podrían incluir una resonancia magnética del cerebro para detectar modificaciones vasculares, que con el tiempo podrían conducir a la enfermedad de Alzheimer.

Come sano, mantente conectado

Si las pruebas determinan que la causa del deterioro cognitivo leve es un trastorno médico tratable, el paciente puede recibir tratamiento para ese trastorno. “Hay evidencias sólidas de que podemos tomar medidas para evitar —y, de hecho, mejorar— el deterioro cognitivo leve”, dice Hashmi.

Por ejemplo, una máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) puede aliviar la apnea del sueño. La depresión puede tratarse con medicamentos, terapia o una combinación de ambos. Los cambios en la dieta, los suplementos o las inyecciones pueden revertir una deficiencia de vitamina B12.

Dado que es más probable que el deterioro cognitivo leve progrese hasta la demencia si la persona tiene hipertensión, diabetes o altos niveles de colesterol, controlar esos trastornos con los medicamentos apropiados es fundamental. Y luego están las medidas que dicta el sentido común, como mantener un peso saludable, no fumar y evitar beber en exceso.

El estudio FINGER —un ensayo aleatorio controlado actualmente en curso que comenzó en Finlandia en el 2009 y luego se expandió a todo el mundo— demostró que es posible prevenir el deterioro cognitivo con intervenciones que modifican el estilo de vida. Uno de los componentes es seguir la dieta mediterránea, que incluye muchos alimentos vegetales (verduras, frutas, granos integrales, legumbres y frutos secos) y alimentos de origen marino, particularmente pescados con alto contenido graso, como el salmón.

Otro componente es el ejercicio, “no la intensidad, sino la regularidad”, dice Hashmi. Por ejemplo, caminar, nadar o correr dos a cinco veces por semana.

Prueba a realizar actividades que activan la mente, como aprender un nuevo idioma o una nueva actividad, o jugar juegos que desafían al cerebro, como el ajedrez o el sudoku. “Eso, y además mantente ocupado y activo con cosas que te encanta hacer y disfrutas, que te apasionan, especialmente a través del voluntariado”, recomienda Hashmi. “Las investigaciones indican que cuando ofreces voluntariamente tu tiempo, tu memoria se mantiene aguda. Los japoneses tienen una palabra para eso: ikigai. Una razón de ser”.

La interacción social con amigos y familiares, tanto en persona como a través de plataformas de video como Zoom, también puede ayudar a mantener la cognición en la etapa avanzada de la vida.

“Una de nuestras teorías es que al cerebro le encantan las cosas nuevas”, dice Cullum. “Si estás haciendo lo mismo —digamos, ver series repetidas de Perry Mason— día y noche y nunca sales de tu casa, tu riesgo de sufrir deterioro mental más importante y más rápido va a ser mayor que el de una persona que sale y socializa. Las interacciones sociales son una forma de estimulación mental”.

‘La palabra clave es cambio’

¿Cómo pueden saber los adultos mayores y los cuidadores si el deterioro cognitivo leve está avanzando hacia la demencia? Es una cuestión de grados, dice Cullum.

“La capacidad de algunas personas para realizar sus tareas diarias tiende a comenzar a disminuir”, dice. “Si la abuela fue una cocinera fantástica y de pronto confunde las recetas, es posible que, tomadas en forma aislada, esas cosas no signifiquen nada. Pero cuando comienzas a ver que estos eventos suceden con mayor frecuencia, podría ser una señal de advertencia”.

“La palabra clave es ‘cambio’. ¿Se trata de un cambio con respecto al funcionamiento típico de la persona?”, dice Gefen. “Por ejemplo, yo me pierdo en todos lados. Yo soy así, no soy buena para orientarme. Cuando tenga 85 años y siga teniendo problemas de navegación, no me voy a alarmar. Pero si de pronto me olvido de hablar y no puedo comprender las cosas correctamente o no escribo tan bien, eso sería un cambio para mí. Eso sería preocupante”.

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