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8 viajeros que ofrecen sus mejores ideas de viajes por la carretera

Elige tu propia aventura, por el desierto del suroeste, las montañas de Vermont y otros lugares.


spinner image Tres fotos de destinos por carretera
GETTY / ALAMY / GETTY

spinner image Río Virgen en el parque nacional Zion
Parque Nacional Zion
GETTY IMAGES

¿A quién no le gusta viajar por caminos sinuosos que atraviesan campiñas bonitas? Para un viaje por carretera verdaderamente inolvidable, elige el destino y la ruta en función de lo que te apasiona. A fin de ayudarte, les pedimos a viajeros muy conocidos que crearan itinerarios para intereses específicos como una excursión para los amantes de los autos (tu guía: Michael Strahan), un recorrido espiritual (Deepak Chopra) y una odisea para ciclistas (Bill McKibben, defensor del medioambiente y autor). Encuentra entre estos un viaje que se adapte a tus gustos, y empieza a planificar.

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spinner image Parque de la paz en Sedona Arizona
Sedona, Arizona
ALAMY STOCK PHOTO

Ideas de viaje si estás interesado en…

spinner image Green Valley Road cerca de Cambria California
Cambria, California
LISA CORSON

Deslumbrantes parques nacionales 

spinner image Gente bailando en una colina
Vermont
HILL FARMSTEAD BREWERY/BOB M. MONTGOMERY IMAGES

Conductora: Patricia Schultz, de 69 años, autora de 1,000 Places to See Before You Die y Why We Travel, que se publicará en septiembre

spinner image Dos puentes sobre el río Misisipi
Vicksburg, Misisipi
JEFFREY ISAAC GREENBERG 13+ / ALAMY STOCK PHOTO

Destino: Utah

Relatos de carretera: hay unos doscientos viajes por carretera que son mis favoritos. Pero siempre retorno a Utah y a unos destinos conocidos como los “Mighty Five”: cinco magníficos parques nacionales que se pueden visitar en un recorrido serpenteante por la zona sur del estado en más o menos una semana. Nunca había oído hablar mucho sobre Utah hasta que cursé mi tercer año universitario en España, cuando un estudiante local me contó que lo único que deseaba ver en Estados Unidos eran Times Square, Nueva Orleans y “I-uta”. Me habló extasiado sobre los parques increíbles que hay ahí, y plantó la idea. Cuando por fin los visité, me pareció como si los estuviera viendo desde el punto de vista de él.

Itinerario: si comienzas tu viaje desde Salt Lake City, el primer parque al que llegarás es Zion, el parque más antiguo y quizás más bello en Utah, y eso es mucho decir. Zion es enorme y misterioso, y enseguida entenderás por qué fue apasionante para los viajeros que bautizaron las formaciones rocosas y los cañones con nombres como Angels Landing (Pista para los ángeles) y Great White Throne (Gran trono blanco). Muchos visitantes combinan un viaje a Zion con uno a Bryce Canyon, que es más bien una especie de “parque de bolsillo”. En Bryce existen chimeneas de hada (“hoodoos”), o pilares, que son de caliza y han ido erosionando con el tiempo. Puedes bajar hasta las profundidades en un recorrido conocido como Wall Street, un sendero inolvidable que pasa entre enormes “rascacielos” naturales. 

Si sigues hacia al norte desde Bryce, encontrarás Capitol Reef, el segundo parque más grande de los Mighty Five, pero el que con demasiada frecuencia se pasa por alto. El parque recorre una “arruga” de 100 millas en la corteza de la Tierra, y ofrece lo esencial para una visita a un parque nacional: asentamientos antiguos, caminatas maravillosas, huertos donde se pueden recoger frutas en temporada, y buenos lugares para detenerse y comer, como Capitol Reef Inn & Café. Justo al lado de la autopista 24, verás petroglifos en forma de figuras sobre una pared escarpada que va paralela al camino.

Canyonlands es el parque nacional más grande de Utah, donde podrías pasar días recorriendo las 527 millas cuadradas de cañones fluviales y mesetas. La zona más accesible en auto es Island in the Sky. Desde casi cualquier lugar, quedarás boquiabierto ante las millas de mesetas y acantilados de arenisca.

La ciudad de Moab es una base muy buena desde donde se puede explorar toda la zona. Se considera como el centro de aventuras del suroeste porque hay mucho que hacer: montar bicicleta, volar en un globo aerostático, hacer senderismo y más. A las familias les encanta ir ahí con integrantes de varias generaciones, porque algunos pueden pasear despacio por senderos fáciles mientras otros navegan en los rápidos del río Colorado.

No hace falta decir mucho sobre el parque nacional Arches: es un sitio legendario, con más de 2,000 arcos de arenisca roja. Conducir es la mejor manera de ver gran parte del parque, pero no dejes de bajarte del auto. Para ver bien Balanced Rock, hace falta acercarse. La roca enorme que tiene encaramada encima lo hace parecer como un hongo.

Uno de mis lugares de alojamiento favoritos es Sorrel River Ranch. Ofrece la experiencia completa de un rancho para turistas, y hasta hay un spa. Es el tipo de lugar idílico del que nadie quiere irse.

Un recorrido para estar más consciente

Conductor: Deepak Chopra, de 75 años, gurú de la conciencia plena cuyo último libro es Abundance: The Inner Path to Wealth

Destino: sitios de energía sanadora en el desierto de Sonora en Arizona

Relatos de carretera:  ahora paso la mayoría del tiempo en la ciudad de Nueva York, donde me gusta caminar mis 10,000 pasos al día. Pero es un lugar bullicioso donde la muchedumbre puede provocar ansiedad si no estamos conscientes de nosotros mismos. En Arizona, me siento tranquilo por dentro y por fuera. Durante siglos, las zonas desérticas han sido espacios sagrados para las poblaciones indígenas. Puedes sentir el poder del cuerpo y la mente de sus rituales y ceremonias de la forma que desees, incluso solo si al ir conduciendo te fijas en lo que te rodea.

Itinerario: para mí, la zona de los alrededores de Sedona no parece algo ubicado en el planeta Tierra. Sus imponentes formaciones rocosas de color rojo y naranja cuentan con el mismo tipo de energía cósmica y capacidad de levantar el estado de ánimo que los sitios sagrados que atraen a viajeros espirituales y peregrinos a lugares como Glastonbury o Stonehenge en Inglaterra. En contraste, Sedona es un lugar natural y con pocas edificaciones, y recorrerlo en auto es casi como visitar una enorme catedral al aire libre. Hay varios lugares cerca de Sedona en donde se puede meditar. Los más populares son Airport Mesa, Cathedral Rock, Bell Rock y Boynton Canyon. 

El viaje en auto entre Phoenix y Sedona toma dos horas, con bellos paisajes de desierto. En la zona de Carefree, donde mi empresa tiene un centro enfocado en la mente y el cuerpo, existen jardines de desierto en los que se pueden ver plantas autóctonas. Los pueblos de la antigüedad —y quienes ahora siguen sus prácticas— usaban hierbas medicinales y hongos psicodélicos para alcanzar estados de conciencia más elevados. Si eso es lo que te llama la atención, está bien. Pero también se puede lograr alterar el estado de consciencia con otras prácticas contemplativas: observar los sentidos, observar nuestros pensamientos, observar nuestro entorno y reconocer que, en última instancia, la realidad se encuentra en nuestro interior al igual que en lo que nos rodea. Ya sea que nos encontremos en Manhattan o en Phoenix, lo único que permanece constante está dentro de nosotros. Es la conciencia.

Un viaje clásico por California

Conductora: Lesley Stahl, de 80 años, corresponsal del programa 60 Minutes de CBS

Destino: un recorrido a través de la historia y el buen gusto en el sur de California

Relatos de carretera: cuando Ronald Reagan era el presidente, yo era la corresponsal de CBS en la Casa Blanca, y formaba parte del grupo de corresponsales de prensa que lo seguía cuando él se iba de vacaciones. Reagan por lo general iba a su rancho en las montañas cerca de Santa Bárbara, y nosotros nos quedábamos en la ciudad, al lado del mar.

En esos años, mi esposo, mi hija Taylor (en ese entonces pequeña) y yo viajábamos por la autopista de la costa del Pacífico, con paradas, por ejemplo, en San Simeón, donde William Randolph Hearst construyó un castillo lujoso. Una vez, salimos del automóvil y bajamos hasta la playa para mirar enormes elefantes marinos con sus fabulosos hocicos caídos, mientras se asoleaban. Años después, Taylor se casó en el bello viñedo Foley en Santa Ynez, y ahora su esposo elabora su propio vino. Ella y su familia continúan nuestra tradición de explorar la costa del Pacífico.

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Itinerario: podrías empezar el recorrido en Los Ángeles en Television City, donde se filmaban programas televisivos, como Three’s Company y The Carol Burnett Show, y donde CBS News antes tenía una oficina de prensa. Durante tu visita, puedes ponerte en fila para concursar en The Price Is Right.

Luego, dirígete al norte por la autopista 1 para hospedarte en Santa Bárbara por una noche. Ahí quizás te guste visitar el jardín botánico, con su auténtico salón de té japonés. Un paseo por las colinas de Montecito, donde viven Oprah y Harry y Meghan, puede ser divertido.

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Pasa la próxima mañana explorando San Simeón y el Castillo Hearst (no te olvides de reservar el boleto para un recorrido con mucha anticipación). Haz una parada por el camino para asistir a una clase de vidrio soplado en el pequeño pueblo de Harmony o, mi actividad favorita, observar ballenas en la playa Moonstone en Cambria.

Regresa pasando por San Luis Obispo y la playa Pismo hasta Lompoc, la entrada de la región vinícola de Santa Bárbara. Pasa la noche en Solvang o en Los Olivos (cerca de donde se casó mi hija).

El Rancho del Cielo del presidente Reagan, donde él paseaba a caballo durante sus vacaciones, no está abierto al público. Pero la Young America’s Foundation ofrece a estudiantes y donantes la oportunidad de visitar la propiedad.

De vuelta en Santa Bárbara, también puedes visitar las galerías de exposición del Reagan Ranch Center, donde se mantiene el Jeep Scrambler azul del presidente, antes de regresar a Los Ángeles.

Cervezas artesanales y recorridos por las montañas en bicicleta (o auto)

Conductor: Bill McKibben, de 61 años, defensor del medioambiente, autor de éxitos de venta y cofundador de la campaña mundial de base contra el cambio climático 350.org

Destino: Vermont

Relatos de carretera:  la ruta 100 atraviesa justo por la mitad de Vermont. Puedes recorrerla rápido en auto. Pero si estás en bastante buena forma, puedes tener una experiencia mucho más profunda si la recorres en bicicleta durante varios días. El aire es limpio, y el esfuerzo físico es suficiente que un vaso de cerveza te vendrá de perlas cuando llegues a tu destino. 

Itinerario: sal desde Rochester, donde está la mejor tienda de bicicletas que conozco. Los mecánicos de Green Mountain Bikes revisarán tu bicicleta y se asegurarán de que está en buen estado. Dirígete hacia el norte por la ruta 100 y atraviesa Granville Gulf, un tramo de seis millas entre las montañas donde hace fresco hasta en el verano. En el otro extremo, llegarás a la ciudad de esquí de Waitsfield, donde queda una de las mejores cervecerías de Vermont. Lawson’s Finest Liquids tiene un bar bello y una de las mejores cervezas India pale ale, la bebida famosa de Vermont. En Waitsfield y la cercana Warren existen puentes cubiertos históricos, y es una buena zona para hospedarte.

Waterbury es el epicentro de la cultura cervecera. Puedes almorzar en Prohibition Pig en el centro de la ciudad, que fabrica su propia cerveza y vende muchas otras marcas. Si está muy concurrido, encontrarás tres bares en las esquinas contiguas.

Cuando manejas bicicleta, quemas calorías, por lo que tienes muchas razones para detenerte y comer. Una visita a la fábrica de Ben & Jerry’s es muy agradable (cuando se permite con las restricciones de la pandemia). Un poco más allá, puedes comprar sidra, y luego probar muchas variedades de queso de Vermont en la tienda Cabot Farmers’ Store. Si puedes, hospédate en Trapp Family Lodge en Stowe y visita la cervecería The Alchemist, que produce la que probablemente es la cerveza más famosa de Vermont. La Heady Topper tiene muchísimos seguidores en todo el mundo.

Si pedaleas hacia el norte, llegarás a Morrisville. Dirígete hacia el este y pasa medio día recorriendo caminos secundarios que atraviesan Craftsbury y a la larga te llevan a Greensboro. No encontrarás letreros para llegar a Hill Farmstead, pero pídeles indicaciones a los lugareños. Esa cervecería siempre gana el campeonato como la mejor del mundo, y es un sitio magnífico para concluir tu peregrinaje.

Encanto sureño de pueblitos (y para fotos increíbles)

Conductor: Steve McCurry, de 71 años, fotógrafo cuya foto más conocida es la impactante imagen de una joven afgana que apareció en una portada de la revista National Geographic en 1985

Destino: lo profundo del sur del país   

Relatos de carretera: mis abuelos vivían en Carolina del Sur, y de niño iba a visitarlos desde Filadelfia todos los veranos. Me encantaban los almuerzos de domingo con mazorcas de maíz frescas y té dulce en el porche. La gente del sur siempre me ha parecido sincera y sociable, algo que es sensacional cuando tomas fotos. Hace unos años, fotografié pueblos pequeños en caminos secundarios en Georgia, Alabama, Misisipi y Arkansas, y volví a enamorarme del sur.            

Itinerario: a unas horas al sur de Atlanta, en un recorrido por carreteras rurales que atraviesa pueblos como Texas, Georgia y Bacon Level, Alabama, llegarás a Auburn, Alabama, sede de la universidad epónima. Es un buen sitio para pasar la noche y tomar retratos maravillosos de la gente. A nueve de cada diez personas les encantará que las retrates, pero hace falta que abras la puerta del auto, te bajes y entables una conversación. “¿Esa vaca es tuya?”. “¿Ese es tu carro?”. Luego di que estás haciendo “un álbum sobre [tus] viajes y [te] gustaría mucho incluir una foto, porque este me parece un lugar muy especial”.

Si ves que hay una boda o un desfile, haz una parada para ver qué está pasando. Pero no hace falta que haya un evento. Muchos pueblos pequeños tienen una plaza, iglesias antiguas o un ayuntamiento donde la gente se reúne. Por lo general hay una tienda familiar o un cine viejo, y un lugar que todos los lugareños saben que es el mejor para desayunar. Conocí a un reverendo en una barbería en Greensboro, Alabama, quien era tan carismático que podría haberme quedado ahí todo el día. Pero sigue adelante; hay mucho que ver.

Si pasas una noche en Tuscaloosa, es muy probable que encuentres un partido de escuela secundaria como me pasó a mí. Los muchachos estaban haciendo una reunión para animar a su equipo de fútbol americano, y un momento como ese es el sueño de un fotógrafo. Acuérdate de que en el rostro de una persona es donde se refleja su humanidad, por lo que tienes que acercarte, en particular si estás tomando fotos con tu celular. Para que las personas se sientan cómodas, comparte primero unas experiencias (por lo general, es suficiente que digas “estoy haciendo un recorrido por caminos rurales”) y sigue hablando mientras tomas tu foto. Lo ideal es retratar a la gente mientras está relajada, no cuando posa para la foto.

El río Misisipi tiene una energía singular que se siente en un pueblo como Vicksburg, Misisipi. Pasa tiempo en la ribera. A veces encontrarás mucho que fotografiar en los lugares donde no hay nada. Arcola, Alabama, es un pueblo fantasma donde antiguamente había una plantación. Lo que más me gusta es la sensación de perderme. Ya que el navegador GPS no siempre funciona, hay que parar y pedir indicaciones. Eso por lo general conduce a una foto y a un recuerdo inolvidable.

Un escape divertido de la ciudad de Nueva York

Conductor: Michael Strahan, de 50 años, copresentador de Good Morning America, comentarista de deportes y propietario de una marca de ropa de hombre

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Destino: una excursión por el valle del río Hudson de Nueva York

Relatos de carretera:  mis amigos y yo hacemos carreras de automóviles para despejarnos la mente de la vida urbana. Es nuestro tiempo para compartir entre hombres. A mí me encantan los carros; lo que me gusta es manejar. Tengo un Ford GT, un Porsche Carrera GT y un Ferrari Daytona de 1971, y me encanta dar vueltas por precipicios y caminos de un solo carril. Dirígete hacia el norte desde la ciudad de Nueva York, y encontrarás bellas carreteras abiertas.

Itinerario: sal de Manhattan a las 7:30 o las 8 a.m. por una ruta larga y pintoresca en la orilla oeste del río Hudson, que pasa delante del parque estatal Bear Mountain hasta West Point. Bear Mountain es increíble. Las vistas del Hudson son espectaculares, en especial cuando las hojas cambian de color, y puedes hacer caminatas en parte del sendero de los Apalaches (y sí quiero decir “puedes”, porque definitivamente no soy excursionista). La academia militar ofrece un centro para visitantes y visitas guiadas. He estado ahí unas cuantas veces; un Día de los Veteranos, hicimos la transmisión de NFL Fox Sunday desde ahí. Hasta durante una visita rápida, es obvio que nuestro país está en buenas manos.

Puedes pasar un día o una semana explorando el valle del Hudson —tú decides—. A veces conduzco hacia el norte por unas horas, hasta ciudades pequeñas como Hudson, repleta de cafés y hogares históricos, donde hasta se hace un festival de jazz. La gente está empezando a llamarla la Brooklyn del norte. En dirección sur a lo largo del río, encontrarás Rhinebeck, con una de las posadas más antiguas de Estados Unidos en funcionamiento, Beekman Arms and Delamater Inn. Hyde Park cuenta con el Museo y Biblioteca Presidencial Franklin D. Roosevelt, con todo tipo de objetos de su vida, y la opulenta Mansión Vanderbilt. La ciudad de Beacon tiene un famoso museo de arte moderno (Dia Beacon), y Storm King Art Center en New Windsor es un enorme espacio abierto sobre colinas ondulantes, con acres de obras de arte al aire libre de algunos de los artistas y escultores más influyentes.

Cuesta trabajo sacarme del auto, pero una parada por el camino en cualquier cafetería es de rigor: Eveready Diner en Hyde Park es clásica. De vez en cuando almuerzo en Culinary Institute of America en Hyde Park —una manera deliciosa de pasar una tarde— antes de regresar a la presión de la vida en una metrópolis.

Sol y carreteras abiertas en el suroeste

Conductor: Wes Studi, de 74 años, actor cheroqui cuyos créditos cinematográficos incluyen Dances With Wolves y The Last of the Mohicans

Destino: las regiones del norte de Texas y el noroeste de Oklahoma, desde Santa Fe

Relatos de carretera: mi recorrido favorito es cuando no se ve otro automóvil por una hora o más. Por eso me encanta salir hacia el noreste desde Santa Fe, donde vivo, y llegar al sitio donde colindan las franjas angostas de Texas y Oklahoma. Antes tenía un Cadillac Eldorado, un auto grande y pesado pero divertido en esas largas carreteras abiertas. Ahora, tengo un carro híbrido cuyo rendimiento de combustible es mucho mejor. Lo que me encanta de esta parte del país son la poca humedad, las montañas y, ante todo, la luz. Definitivamente hay que llevar puesto un buen par de gafas de sol.

Itinerario: sal de Santa Fe por el camino elevado a Taos. Te llevará a través de las montañas Sangre de Cristo y pasarás por lugares como El Santuario de Chimayo, con una iglesia que la gente visita para curarse. En el bosque nacional de Carson, se ven deslumbrantes paisajes montañosos.

En Taos hay galerías de arte y tiendas de diseño, pero todavía existen lugares antiguos, como la aldea Taos Pueblo, una de las comunidades más antiguas del país que ha estado habitada continuamente, que data de hace mil años. A partir de ahí, la carretera se vuelve interesante. La autopista nacional 64 serpentea por cañones escarpados a orillas del río Cimarron. Casi siempre busco un lugar donde estacionar el auto para admirar las rocas de 50 pies a ambos lados de la carretera. Puedes pasar la noche en Cimarron. Ahí queda el hotel St. James, donde se alojaban Annie Oakley y Buffalo Bill. Por lo general desayuno con el fantasma que vive en el hotel.

Este es el sendero de Santa Fe. Lo que me encanta, a medida que viajo por ciudades hacia el este, es la característica gastronomía del norte de Nuevo México. Los chiles verdes, las sopaipillas, el chile colorado. Son combinaciones de alimentos nativos, sabores hispanos y gustos pioneros que se han desarrollado con el pasar de los siglos.

En esa parte, el camino se vuelve plano al llegar al tramo extenso que lleva a Clayton. Me parece que el Hotel Eklund también está embrujado. Ha estado ahí desde la década de 1890. Más hacia el este, se llega a la frontera con Oklahoma, donde se conectan esas dos famosas franjas angostas de territorio. 

No hay mucho en esas carreteras: postes de electricidad, cercas y la ocasional manada de alces. Lo que me gusta es la sensación de libertad. Es un buen momento para hacer planes, reflexionar, pensar profundamente sobre dónde has estado y todos los lugares a los que todavía quieres ir.

Un poco de lujo en los Grandes Lagos

Conductora: Pauline Frommer, de 57 años, directora editorial de las guías turísticas Frommer’s y editora de Frommers.com

Destino: las zonas más elegantes del norte de Míchigan 

Relatos de carretera: los adinerados han pasado sus vacaciones en el norte de Míchigan desde la década de 1880, cuando apareció el transporte ferroviario. Más adelante, los titanes de la industria automotriz construyeron ahí sus casas de verano. Pero para la mayoría de las personas en el país, la región sigue siendo un secreto. De niña, me acuerdo que iba a un campamento de música en esa región. Personas desconocidas me sonreían y me saludaban. Como soy de Nueva York, enseguida desconfiaba, pero llegué a aprender que la actitud receptiva y la amabilidad son simplemente parte de la cultura en Míchigan. Era como estar en otro planeta, pero de buena manera. En años más recientes, asistí al Festival Nacional de Cerezas, donde tuve la mala idea de participar en el concurso de escupir huesos de cereza. La mujer que concursó antes que yo alcanzó los siete pies, mientras que yo apenas pude evitar que los huesos me golpearan los zapatos. Al parecer, la gente practica. Fue muy divertido.

Itinerario: viaja en avión a Traverse City, alquila un automóvil y dirígete hacia el norte, a la península Leelanau. En esa zona, conocida por sus cerezas, el Festival Nacional de Cerezas se realiza en julio. Pero yo voy de visita por las uvas y las bodegas. Es la zona de los vinos de lujo en la región central del país. Black Star Farms parece una mansión sureña. Tiene un restaurante excelente y una posada lujosa donde es buena idea hospedarse. Gracias a los vientos del lago, de noche hace fresco; eso es lo que necesitan algunas uvas para vino blanco. Sin embargo, ese clima ya no se produce en otras regiones vinícolas debido al cambio climático. También puedes visitar productores de sidra como Two K Farms, donde se fabrican sidras fermentadas de más de 30 variedades de manzanas. Leelanau Cheese ha sido galardonado por su suave queso herdsman’s. Mawby es una bodega de vino espumoso que aporta burbujas inesperadas a esa parte del país.

Asistí al campamento que antes se conocía como National Music Camp. Ahora se conoce como Interlochen. Ahí se realizan espectáculos increíbles de artistas principales que por lo general solo se presentan en ciudades grandes, como Yo-Yo Ma. Si estás en la zona, no te pierdas Sleeping Bear Dunes National Lakeshore, donde verás algunas de las dunas más empinadas del mundo, con el lago color azul caribeño como telón de fondo.

Traverse City cuenta con un festival de cine anual, además de un restaurante “de la granja a la mesa” que vale mucho la pena, The Cooks’ House, cuyos ingredientes se cultivan localmente o son silvestres. Al dirigirte hacia el norte por la ruta 31, con vistas de la bahía Grand Traverse, llegarás a Petoskey, una ciudad turística en el extremo norte de la península inferior. Inn at Bay Harbor es un sitio precioso para una estadía de lujo, justo al lado del agua con todos los servicios de un gran complejo turístico. En el camino, haz una parada en el Museo Music House en Williamsburg, que tiene una colección asombrosa de cajas de música e instrumentos antiguos automatizados. 

Planifica además una estadía breve en Treetops Resort, en especial si juegas al golf. La última cancha diseñada por Robert Trent Jones Sr. es una de varias canchas en las que vale la pena jugar. Su nombre es Masterpiece, y en verdad es una obra maestra. Juega al golf un día y pesca con mosca al siguiente. El río Au Sable es legendario por las truchas. Puedes contratar a un guía para que te muestre los mejores lugares para pescar.

De ahí puedes llegar en más o menos una hora a Mackinaw City y el transbordador a la isla Mackinac, donde no se permite usar automóviles. Todos se desplazan en coches de caballos o en bicicleta. Podrías hospedarte en el Grand Hotel, que dice tener el porche delantero más grande del mundo. La película Somewhere in Time fue filmada ahí, y una vez al año llegan visitantes de todo el mundo vestidos como sus personajes. O puedes sentarte a beber un cóctel mientras ves la puesta del sol sobre el agua. Es realmente algo mágico.

David Hochman es un redactor que colabora en las publicaciones AARP: The Magazine y AARP Bulletin. Su trabajo se ha publicado en The New York Times, Forbes, GQ, Food + Wine, entre muchas otras publicaciones.

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