Vida Sana
Dedicar sólo unos minutos a autoexaminarse podría ayudarle a detectar cáncer, enfermedades oculares, problemas de los pies, osteoporosis, enfermedades de las encías y más. Estos exámenes no deberían reemplazar ni posponer las visitas o pruebas médicas regulares, pero podrían ayudarlo a saber cuándo es el momento de consultar a un médico o controlar una afección.
Aquí hay ocho partes del cuerpo que merecen mucha atención, cómo realizar el autoexamen y qué señales reveladoras indican que es hora de programar una cita.
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1. Piel
Lo que debes buscar: nuevas manchas o lesiones, o lunares preexistentes que parecen estar cambiando de color, forma o tamaño. Las mujeres deben prestar más atención a la parte inferior de las piernas; los hombres, a la espalda.
Cómo hacerlo: inspecciona atentamente la cara, las orejas, el torso (incluso debajo de los senos), los brazos, las axilas y la parte delantera de las piernas. Luego, ponte de espaldas al espejo y toma una fotografía con el teléfono por encima del hombro; usa la función de zum para agrandar la imagen y escanear la espalda.
A quién llamar: a tu dermatólogo, quien te examinará detenidamente la piel para identificar las lesiones que puedan ser cancerosas.
2. Ojos
Lo que debes buscar: una costra que se acumula a lo largo de la línea de las pestañas. También puedes sentir irritación, arenilla o comezón en el ojo. Hasta la mitad de los adultos padecen este trastorno, llamado blefaritis. El problema es fácil de diagnosticar por tu cuenta, señala la Dra. Olivia Killeen, oftalmóloga de la Universidad de Míchigan.
Cómo hacerlo: mezcla unas gotas de champú “sin lágrimas” para bebés, un limpiador facial suave o una solución comercial para limpiar párpados con un poco de agua hasta que se forme espuma, masajea suavemente un párpado a la vez y enjuaga bien. Si las costras se disuelven y la irritación disminuye, el problema está bajo control; simplemente repite este procedimiento cada pocos días.
A quién llamar: si este sencillo tratamiento no da resultado, quizá tengas un problema más grave. Consulta con un optometrista o un oftalmólogo.
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