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Lo que indica tu frecuencia cardíaca sobre tu salud

Calcula tu frecuencia cardíaca en reposo e infórmate de lo que podría significar si es demasiado rápida o lenta.

spinner image Latidos del corazón que forman un corazón al centro sobre un fondo amarillo
JAY RADHAKRISHNAN / GETTY IMAGES

Es probable que ya sepas varias cifras clave sobre tu salud: tu peso, tus datos de presión arterial, tus niveles de colesterol y de glucosa en la sangre, y quizás incluso el perímetro de tu cintura. Pero deberías agregar otra cifra a la lista: tu frecuencia cardíaca.

“Si es demasiado baja o alta, puede indicar problemas cardíacos”, dice Michael LaMonte, profesor de investigación de Epidemiología y Salud Ambiental en la Facultad de Salud Pública y Profesiones de la Salud de la Universidad de Búfalo y vocero de la Asociación Americana del Corazón (AHA). “Pero también puede ser difícil de interpretar, pues muchas cosas pueden impactar la frecuencia cardíaca, entre ellas condiciones climáticas como el calor, la humedad y el frío”. Aquí presentamos en qué consiste la frecuencia cardíaca ideal, y lo que podría significar si tu frecuencia es demasiado rápida o lenta.

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Ahora bien, ¿cuál es tu frecuencia cardíaca ideal?

Según la Asociación Americana del Corazón (en inglés), la frecuencia cardíaca en reposo que se considera normal es entre 60 y 100 latidos por minuto. Sin embargo, es mejor tenerla dentro del límite inferior del rango: eso significa que el músculo cardíaco está en mejores condiciones y no tiene que esforzarse tanto para latir con regularidad, dice la Dra. Nieca Goldberg, una cardióloga que es directora médica de Atria NYC y profesora clínica adjunta de Medicina en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. Por ejemplo, varias investigaciones demuestran que el riesgo de morir por cualquier motivo fue tres veces mayor entre los hombres con una frecuencia cardíaca en reposo superior a 90 latidos por minuto, comparado con los hombres cuya frecuencia cardíaca fue inferior a 50 latidos.

La frecuencia cardíaca en cifras

En reposo: entre 60 y 100 latidos por minuto

Deportistas: su frecuencia cardíaca en reposo podría ser más lenta

Entrenamientos moderados: entre el 50 y el 70% del máximo para tu edad

Entrenamientos intensos: entre el 70 y el 85% del máximo para tu edad

Frecuencia cardíaca máxima: unos 220 menos tu edad

Fuente: Asociación Americana del Corazón (en inglés)

Por eso, algunos cardiólogos dicen que cuanto más baja sea, mejor. “Para mí, una frecuencia cardíaca normal se encuentra entre 45 y 85 latidos por minuto”, dice el Dr. Walid Saliba, cardiólogo y director del Laboratorio de Electrofisiología de Cleveland Clinic. “Si estás sentado sin hacer nada, una frecuencia cardíaca de 100 latidos por minuto es anormal”. Por otra parte, agrega que si eres deportista y estás en muy buena forma, el que tengas una frecuencia cardíaca en reposo de solo 45 latidos por minuto no es una señal de alarma. (Se dice que una vez la frecuencia cardíaca en reposo de Lance Armstrong fue de solo unos 32 latidos por minuto).

¿Qué indica una frecuencia cardíaca demasiado rápida o lenta?

A menos que seas un superdeportista, es muy probable que tu médico desee explorar por qué tienes la frecuencia cardíaca demasiado acelerada o lenta. Existen unos cuantos motivos médicos por los que tu frecuencia cardíaca podría ser elevada, dice Saliba. Entre ellos se cuentan:

  • Enfermedad tiroidea. Si tienes hipertiroidismo, es decir, si tu organismo produce demasiada hormona tiroidea, el corazón te latirá más fuerte y rápido, y podrías tener anomalías en el ritmo cardíaco.
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  • Anemia. La anemia, o deficiencia de hierro en la sangre, aumenta con la edad (en inglés): aproximadamente el 7% de los hombres y las mujeres de entre 65 y 74 años la tienen, al igual que aproximadamente el 40% de los hombres y el 22% de las mujeres mayores de 85 años. El hierro es necesario para transportar el oxígeno por todo el organismo. Cuando tienes anemia, el corazón bombea más para compensar por la falta de oxígeno en la sangre, dice Saliba.
  • Fibrilación auricular. Este trastorno, que causa un ritmo cardíaco irregular y rápido, se presenta con más frecuencia con la edad. Aproximadamente un 4% de las personas de 60 y tantos años lo tienen, una cifra que podría aumentar hasta un 17% entre los mayores de 80 años. Durante la fibrilación auricular, las aurículas o cavidades superiores del corazón laten muy irregularmente, lo que puede ocasionar palpitaciones además de falta de aire y debilidad.
  • Ciertos medicamentos de venta libre. Si has estado tomando un medicamento de venta sin receta que contenga pseudoefedrina (como Sudafed), este podría aumentar tu frecuencia cardíaca, dice LaMonte. Los efectos por lo general son temporales y desaparecen cuando dejas de tomar estos medicamentos.

Por otra parte, una frecuencia cardíaca demasiado lenta (un trastorno conocido como bradicardia) también se vuelve más común al envejecer. “A medida que algunos envejecen, los componentes del sistema de conducción eléctrica del corazón se deterioran”, dice la Dra. Joyce Oen-Hsiao, cardióloga de la Facultad de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut. Esto puede hacer que disminuya el ritmo cardíaco normal. Lo mismo puede suceder si tienes hipotiroidismo, una enfermedad en la que tu organismo produce muy poca hormona tiroidea, o si tomas ciertos medicamentos para la presión arterial, tales como los betabloqueadores y los antagonistas del calcio. LaMonte dice que ha visto este problema incluso entre personas que por lo demás tienen muy sano el corazón.

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Si tu frecuencia cardíaca es demasiado lenta o demasiado rápida, tu médico seguramente te someterá a más pruebas a fin de averiguar la causa, dice Goldberg. El primer paso por lo general es un electrocardiograma, una prueba que mide las señales eléctricas del corazón para verificar que están funcionando bien. Después de eso, tu médico podría recomendar un ecocardiograma (o ecografía cardíaca), agrega. Si esas pruebas no indican el motivo, es posible que tengas que llevar puesto un monitor cardíaco durante 24 horas.

Si tienes una enfermedad subyacente, tal como el hipertiroidismo, la anemia o la fibrilación auricular, el problema con la frecuencia cardíaca por lo general se solucionará una vez que recibas tratamiento para esa enfermedad. Si tienes una bradicardia no provocada por medicamentos, es posible que el médico decida implantarte un marcapasos, un dispositivo que envía señales eléctricas al corazón para acelerarlo.

¿Se puede confiar en los monitores de actividad física para rastrear la frecuencia cardíaca?

Dispositivos como los relojes de Apple y Google Pixel, y los Fitbit, pueden advertirte si tienes la frecuencia cardíaca demasiado alta o baja. Pero deberías analizar los resultados con cierta reserva, dice Oen-Hsiao. Varias investigaciones sugieren que son bastante exactos: por ejemplo, en un estudio del 2019 publicado en la revista JMIR mHealth, se descubrió que la exactitud aproximada durante 24 horas del Apple Watch 3 fue del 95% y la del Fitbit Charge 2 del 91%, en comparación con los datos de un electrocardiograma.

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Oen-Hsiao dice que, si tienes una enfermedad subyacente como la fibrilación auricular, puede ser buena idea usar un monitor de actividad física, pero que “no te obsesiones con el seguimiento de datos”. Es recomendable que tu frecuencia cardíaca permanezca más o menos dentro del mismo intervalo, sin grandes fluctuaciones. Recuerda que es normal tener algo de variación. Además, es normal que tu frecuencia cardíaca disminuya mientras duermes, menciona. Sin embargo, Oen-Hsiao recalca que, si usas un monitor de ejercicio y notas que tu frecuencia cardíaca parece estar fuera de lo normal, se lo menciones a tu médico. Para comprobar que todo está bien, el médico quizás te pida que uses un monitor cardíaco en casa.

Cuando es aconsejable que te mantengas al tanto de tu frecuencia cardíaca es mientras haces ejercicio. Goldberg dice que, en general, la frecuencia cardíaca deseada sería entre el 80 y el 85% de la frecuencia cardíaca máxima para tu edad. (La Asociación Americana del Corazón recomienda entre el 70 y el 85% del máximo para tu edad en el caso de un entrenamiento intenso). Encontrarás la zona objetivo de frecuencia cardíaca para tu grupo de edad en la tabla que aparece a continuación. Ten en cuenta que estas son solamente pautas: si tomas un medicamento que disminuye tu frecuencia cardíaca, es posible que no logres tu objetivo y eso está bien, dice Goldberg.

Tabla de frecuencia cardíaca objetivo

Según la Asociación Americana del Corazón (en inglés), tu frecuencia cardíaca objetivo durante las actividades de intensidad moderada debería estar entre el 50 y el 70% de la frecuencia cardíaca máxima, mientras que durante la actividad física intensa, debe estar entre el 70 y el 85% del valor máximo:

Tabla de frecuencia cardíaca objetivo

Edad 

 Zona objetivo   

 Máximo   

45 años 

 88-149 latidos por minuto 

 175 latidos por minuto

50 años  

 85-145 latidos por minuto

 170 latidos por minuto

55 años

 83-140 latidos por minuto

 165 latidos por minuto

60 años

 80-136 latidos por minuto

 160 latidos por minuto

65 años

 78-132 latidos por minuto

 155 latidos por minuto

70 años

 75-128 latidos por minuto

 150 latidos por minuto

Fuente: Asociación Americana del Corazón (en inglés)

Nota: ya que estas cifras se basan en promedios, úsalas como una pauta general. Habla con tu médico antes de empezar a seguir nuevas rutinas de ejercicio o si tienes cualquier inquietud sobre tu frecuencia cardíaca.

Fuera del gimnasio, es buena idea usar estrategias que promuevan una frecuencia cardíaca saludable. Esto incluye:

  • Evita la cafeína y la nicotina. Ambas pueden elevar la frecuencia cardíaca. (No hay problema si tomas ocasionalmente una taza de café, señala LaMonte, siempre y cuando tu frecuencia cardíaca se encuentre en niveles normales. Pero si tu frecuencia cardíaca es rápida, consúltalo con tu médico).
  • Bebe agua. Cuando estás deshidratado, la sangre se espesa, lo que significa que el corazón debe esforzarse más. Evita beber demasiado alcohol, que puede deshidratarte y aumentar tu frecuencia cardíaca.
  • Controla de manera periódica tu frecuencia cardíaca. Si no tienes un rastreador de actividad de los que se llevan puestos, puedes medirla manualmente: la Asociación Americana del Corazón recomienda que coloques las puntas de los dedos índice y medio sobre el pulso en la parte interna de la muñeca, en el lado del pulgar. Cuenta el pulso durante 30 segundos y multiplica por 2 para calcular tus latidos por minuto.
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