2. Estado de ánimo decaído y depresión
El comienzo temprano de la oscuridad y los días más cortos después del cambio de horario del otoño pueden causarte letargo y cansancio. Cuando no te expones lo suficiente a la luz solar, tu cuerpo no produce tanta serotonina, la sustancia química cerebral responsable de reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. También recibes menos vitamina D, y la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con la depresión y la fatiga.
Un estudio encontró que el cambio de horario en el otoño se asoció con un aumento del 11% en los episodios depresivos.
3. Problemas para tomar decisiones
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que la falta de sueño puede afectar la capacidad de pensar y de tomar decisiones. Las investigaciones también demuestran que las personas que no duermen lo suficiente tienen más probabilidades de tomar riesgos y cometer errores.
Eso puede explicar por qué hay un aumento en los errores médicos, lesiones en el lugar de trabajo y accidentes de autos después de que las personas adelantan sus relojes en la primavera, dice la Dra. Sabra Abbott, profesora adjunta de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y directora de la Northwestern Circadian Medicine Clinic.
"En general, la falta de sueño impide en el cuerpo las funciones del lóbulo frontal, la región del cerebro que nos ayuda a controlarnos y a evitar cometer acciones equivocadas", explica Abbott. "Cuanto menos duermas, más probable será que te dejes llevar por tus impulsos, y menos probable que tomes buenas decisiones".
Un estudio del 2020 analizó los datos sobre accidentes automovilísticos ocurridos durante un período de 10 años, y determinó que el número de accidentes mortales aumentó en un 6% en la semana siguiente al cambio de hora en la primavera. Y, como no se observó un aumento similar en el otoño —cuando se puede dormir una hora adicional—, los autores del estudio señalaron que el aumento mencionado probablemente se debe al "desfase circadiano y a la falta de sueño".
4. Dificultad con la memoria y la concentración
No dormir lo suficiente tiene consecuencias negativas para la memoria, la atención y la concentración, según indican las investigaciones.
Espera mayor distracción y menos productividad durante unos días después de la transición al horario de verano. En un estudio publicado en Journal of Applied Psychology se mostró un marcado aumento en la "pereza cibernética" —el uso de internet con fines personales, en vez de trabajar— el lunes siguiente al cambio de horario.
"Mientras dormimos, ocurren muchas actividades de gran importancia en el cerebro", explica Lipford. "Necesitamos dormir bien y profundamente para que al día siguiente podamos realizar múltiples actividades, aprender tareas nuevas y prestar atención".
5. Cambios en el apetito y los antojos
Según los expertos, es posible que te sientas más hambriento de lo normal la semana después del cambio de horario, lo que hace que tengas más probabilidades de comer en exceso.
Se debe en parte a los niveles hormonales fluctuantes en el cerebro. Incluso un leve déficit de sueño causa un aumento de la hormona grelina —la cual provoca el hambre— e inhibe la hormona leptina, que te ayuda a sentirte satisfecho después de comer.
Cuando empieces a sentir hambre, lo más probable es que se te antoje comer pizza, donas u otros alimentos altos en grasa o azúcar. ¿Por qué? Según las investigaciones científicas, "cuando no se duerme lo suficiente, se reducen las probabilidades de tomar decisiones saludables", señala Lipford.
6. Mayor irritabilidad
Ya sabes que el cansancio afecta el estado de ánimo. Las investigaciones indican que es más difícil controlar las emociones cuando no se ha dormido bien la noche anterior. Te sientes irritable e impaciente, y tienes más propensión a enojarte con tus seres queridos.
Incluso los jueces, que supuestamente son imparciales, podrían estar de mal humor en los días siguientes al inicio del horario de verano. En un estudio se determinó que los jueces suelen dictar condenas más duras en los días posteriores al cambio de horario.
Ayuda a tu cuerpo a acostumbrarse al horario de verano
- Inicia la transición por adelantado. En los días previos al cambio de horario en el otoño, acuéstate unos 15 o 20 minutos más tarde cada noche. Una transición gradual ayuda a reducir el impacto negativo para el organismo.
- Exponte a la luz de la mañana. En cuanto te levantes, procura salir al aire libre. La luz de la mañana envía al cerebro una fuerte señal para que te despiertes y ayuda a ajustar tu reloj interno. Si no puedes salir de la casa, trata al menos de acercarte a una ventana.
- Evita el café después de las 2 p.m. Podrías sentir la tentación de consumir más cafeína para superar el bajón de energía después del mediodía, pero la cafeína puede permanecer en tu organismo y afectar tu capacidad para dormirte.
- Practica buenos hábitos de sueño. Para fomentar el sueño después del cambio de horario, asegúrate de que tu dormitorio esté oscuro, tranquilo y fresco. Evita el consumo de alcohol y el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarte, y adopta una rutina que te tranquilice por las noches.
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