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Dos perros del equipo de respuesta ante crisis, del FBI, brindan consuelo en medio de la tragedia

Wally y Gio, dos labradores de 6 años, están entrenados para aliviar el dolor de los sobrevivientes.


spinner image Wally, el labrador amarillo, y Gio, el labrador negro descansan al lado de un monumento en Washington, DC
Wally, el labrador amarillo, y Gio, el labrador negro, se unieron al FBI en el 2015.
CORTESÍA DEL FBI

¿Quién iba a pensar que el FBI tiene de guardia a un par de agentes de 6 años?

Wally y Gio son agentes de cuatro patas que se adentran en el deber una vez equipados con sus chalecos K-9 del FBI. Los caninos de respuesta ante crisis han calmado a víctimas y testigos en escenas de crímenes, incluidos los ataques terroristas de San Bernardino, California, en el 2015; los tiroteos en el club nocturno Pulse de Orlando, Florida, en el 2016; y los tiroteos del festival de música de Las Vegas en el 2017.

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Ambos labradores ingleses machos son los primeros y únicos perros de respuesta ante crisis del FBI. Desde que se unieron al equipo en el 2015, los labradores trabajan para calmar a las víctimas física o emocionalmente heridas en las bajas masivas, así como dar consuelo a las familias de las personas fallecidas. Los perros también se hacen amigos de los agentes del FBI, de los técnicos de pruebas y de otros socorristas, y los ayudan a tomarse un descanso durante las largas horas de investigación de los crímenes y de toma de declaraciones de los testigos.

Diferentes personalidades

Gio es negro. Wally es amarillo. Nacidos con seis meses de diferencia, las personalidades de los animales son tan diferentes como el día y la noche, dicen sus adiestradoras.

Wally, que es más joven, nació el 5 de mayo y es un extrovertido fiestero que nunca se cansa de ir a buscar pelotas de tenis.

spinner image Linda Milanesi, Kathryn Turman, Staci Beers, Melody Tiddle, Karen Joyce-McMahon y Jill Felice, junto a los perros del FBI, Wally y Gio.
Kathryn Turman (segunda desde la izquierda) en la sede del FBI con (desde la izquierda) Linda Milanesi, directora ejecutiva de Assistance Dogs of the West; las especialistas en víctimas Staci Beers, Melody Tiddle y Karen Joyce-McMahon; y Jill Felice, fundadora de Assistance Dogs of the West. En primera fila están los perros de respuesta ante crisis, del FBI, Wally y Gio.
CORTESÍA DEL FBI

Gio es el más tranquilo de los dos. “Es un conejito de peluche”, dice Melody Tiddle, analista del FBI y adiestradora del perro. “Puede que busque la pelota un par de veces, pero aparte de eso, quiere sentarse debajo de ti mientras lo acaricias”.

Cuando no están en la escena de un crimen, los perros se pasean por la sede del FBI en Washington D.C. y entrenan en su patio privado. Fuera de servicio, viven con sus adiestradoras, Tiddle y Staci Beers, y pasan por mascotas familiares; bueno, si tu mascota hubiera aprendido desde cachorro a obedecer 90 órdenes no negociables. Beers también es la coordinadora de Servicios a las Víctimas del FBI.

¿De dónde provienen sus nombres?

Gio es la abreviatura de Giovanni, el nombre de San Francisco de Asís, el fraile católico italiano y patrón de los animales. Eligieron ese nombre porque Gio nació el 4 de octubre, el día de la fiesta de este santo.

Wally es el diminutivo de “Walrus” (Morsa). Proviene de una línea de perros llamados como los Beatles y sus famosas canciones.

Tiddle y Beers hablaron con AARP en una entrevista telefónica y luego en una videollamada de Zoom, que también atrajo a los perros. Durante la charla, Wally tomó sol y disfrutó mientras Beers lo acariciaba. Gio estaba en el balcón, inhalando los olores del verano con su nariz turbo. Ninguno de los dos ladró ni una sola vez durante los 15 minutos de la conversación.

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Buenos chicos

Los perros fueron entrenados en la organización sin fines de lucro Assistance Dogs of the West (en inglés) en Santa Fe, Nuevo México, que ha preparado más de 500 perros de servicio desde su creación en 1995.

spinner image Perros de respuesta ante crisis, del FBI, Wally y Gio
CORTESÍA DEL FBI

La fundadora Jill Felice, de 59 años, su vicepresidenta sénior de Programación, dice que prefiere empezar a entrenar a los cachorros incluso cuando tienen días de edad, pero no más de diez semanas. Se lleva de 18 a 24 meses entrenar lo que ella llama un perro “criado con propósito”, y los graduados desempeñan funciones que incluyen acompañar a los niños en el banquillo de los testigos mientras testifican en el tribunal. Otros canes ayudan a las personas con autismo, convulsiones, diabetes, cuadriplejía y estrés postraumático.

Inteligentes, fáciles de entrenar

Labrador retriever ha sido la raza de perros más popular en EE.UU. desde 1991, según los registros del American Kennel Club (en inglés). Felice los favorece para su programa por su inteligencia emocional y cognitiva, su sociabilidad, su lealtad y su disposición al entrenamiento. “Se interesan de verdad en los humanos y en los trabajos que hacemos”, observa, aunque solo se trate de vaciar un lavavajillas.

Los perros de respuesta ante crisis necesitan un temperamento calmado, resistente, flexible y adaptable. No pueden asustarse con ruidos fuertes, como sirenas de emergencia. Felice recuerda con cariño un día que pasó entrenando con Gio antes de que se uniera al FBI. Comenzó con una caminata matutina en Nuevo México, y unas 12 horas después estaban en la ciudad de Nueva York para aclimatarlo a viajar.

“No se inmutó ni le importó si estábamos en un avión, un taxi o un tren, o caminando”, cuenta Felice, quien reporta un aumento en la demanda de perros de respuesta ante crisis y para los tribunales. Incluso el FBI está considerando incluir más de estos perros, dice Tiddle.

Ventajas del trabajo

La vida cotidiana de los perros tiene sus ventajas. Y reglas. Y una edad previsible de jubilación. Cuando están en una misión, los labradores viajan en vuelos comerciales o a bordo de aviones del FBI. Reciben una variedad de premios, pero nunca comida de extraños, ya que los adiestradores tienen como objetivo mantener el peso de los perros en 75 libras. Sus dietas incluyen croquetas de pavo y batatas, manzanas, judías verdes y espinacas.

Según Felice, los perros de respuesta ante crisis generalmente trabajan hasta los 8 años; algunos trabajan a tiempo parcial después de eso. Beers y Tiddle dicen que adoptarán a los perros una vez que hayan colgado sus chalecos del FBI.

Hasta ahora, Wally y Gio han acompañado al personal del FBI cuando visitan a pacientes en las unidades de cuidados intensivos, hacen notificaciones de muerte y devuelven los efectos personales de las víctimas fallecidas a sus familias. Nunca se fuerza a las personas a convivir con los perros, ya que algunas les tienen miedo o sufren de alergias; los adiestradores dejan que los interesados se involucren con los animales.

spinner image Perros del FBI Wally y Gio
CORTESÍA DEL FBI

El vínculo entre los adiestradores y los perros

Dice Beers: “Realmente trabajamos en conjunto. No se trata solo de Gio. No se trata solo de Melody. Son Melody y Gio. Somos Wally y yo”.

Beers, una trabajadora social con licencia que ha ayudado a víctimas durante 28 años, dice que tener a Wally y Gio ha sido una gran ayuda. “El amor que dan a las víctimas es impactante”, dice. “No me alcanzan las palabras para hablar del impacto que estos dos perritos han tenido en las vidas de las personas que experimentan traumas y tragedias”.

Tiddle recuerda un tiroteo en una escuela en el que una joven que presenció la matanza quedó tan traumatizada que no quería salir de su dormitorio. Pero cuando la joven llegó a un Centro de Asistencia Familiar creado para las víctimas, “se acercó a Gio”, se tiró al suelo y, sentada con el perro, se abrió a un consejero. Día tras día regresaba para la terapia, con Gio a su lado.

“Cuando interactúas con un perro, realmente te lleva al aquí y ahora”, observa Tiddle. “Te saca de tu propia cabeza. Es mágico”.

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