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¿Pocos carbohidratos? ¿Pocas grasas? Qué nos dicen los últimos estudios sobre las dietas

Ambos métodos ayudan a adelgazar cuando se limitan los azúcares y las harinas procesadas.


spinner image Frutas y vegetales frescos
GETTY IMAGES

¿Tocino y café negro para el desayuno, o avena con bananas?

Si estás pensando en intentar bajar de peso en el 2019, sin duda hallarás un acalorado debate en internet y entre tus amigos y familiares sobre cuál es la mejor manera de hacerlo. Parecería que todo el mundo tiene una opinión, y todos los años surgen modas nuevas.

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Dos importantes estudios realizados el año pasado añadieron más combustible a un tema que es particularmente polarizador: la responsabilidad de los carbohidratos en hacernos engordar. Los estudios develaron algunas pistas para los científicos, pero al igual que otros estudios sobre nutrición, no pueden decir qué dieta —si es que existe una— es la mejor para todos.

Eso no va a dejar satisfechos a quienes quieren respuestas en blanco y negro, pero la investigación nutricional es sumamente difícil y hasta los estudios más respetados contienen grandes advertencias. Las personas son tan distintas que es realmente imposible realizar estudios que muestren qué es lo que da resultado durante períodos prolongados.

Antes de embarcarte en un plan para adelgazar en el nuevo año, te invitamos a leer algunos de los descubrimientos que se hicieron el año pasado.

¿Menos carbohidratos, menos peso?

Ya no se conoce como "la dieta Atkins", pero la escuela de dietas bajas en carbohidratos ha comenzado a popularizarse otra vez. La idea es que los carbohidratos refinados que se encuentran en alimentos como el pan blanco se convierten rápidamente en azúcar en el organismo, lo que causa altibajos en la energía y genera hambre.

El argumento es que si se reduce el consumo de carbohidratos la pérdida de peso será más fácil porque el organismo entonces quemará más grasa como combustible y la persona sentirá menos hambre. Un estudio reciente parece brindar más respaldo a los defensores de las dietas bajas en carbohidratos. Pero, como muchos otros estudios, intento comprender apenas una brizna de cómo funciona el organismo.

El estudio en cuestión —uno de cuyos organizadores es autor de libros que promocionan dietas con bajo contenido de carbohidratos— examinó si distintos niveles de carbohidratos afectan la forma en que el organismo hace uso de la energía. El resultado fue que, de las 164 personas que participaron, quienes consumieron una dieta baja en carbohidratos quemaron más calorías totales que quienes siguieron una dieta rica en carbohidratos.

El estudio no dijo que las personas adelgazaron más con la dieta baja en carbohidratos, y nunca trató de medir eso. Las comidas y los refrigerios fueron rigurosamente controlados y se ajustaron continuamente para que el peso de todos los participantes se mantuviera estable.

David Ludwig, uno de los autores principales de la publicación e investigador en el Boston Children's Hospital, dijo que el estudio sugiere que limitar los carbohidratos podría hacer que resultara más fácil no recuperar el peso una vez que se ha adelgazado. Agregó que esa estrategia puede ofrecer los mejores resultados en las personas diabéticas o prediabéticas.

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Ludwig advirtió que la finalidad del estudio no fue investigar los efectos a largo plazo sobre la salud ni poner a prueba escenarios de la vida real donde las personas preparan su propia comida. Dijo también que es necesario replicar los resultados para que puedan validarse.

Caroline Apovian, de la Facultad de Medicina de Boston University, dijo que las conclusiones son material interesante para la comunidad científica, pero no deben tomarse como consejos para la persona común que busca bajar de peso.

¿Evitar las grasas para estar delgado?

Durante años nos recomendaron reducir el consumo de grasas, que están presente en alimentos como la carne, las nueces, los huevos, la mantequilla y el aceite. Reducir las grasas se veía como una forma de controlar el peso, ya que un gramo de grasa tiene el doble de calorías que un gramo de carbohidratos o proteínas.

Muchos sostienen que ese consejo tuvo el efecto contrario porque, inadvertidamente, nos dio permiso para comer galletas dulces, tortas y otros alimentos que no contenían grasa, pero estaban repletos de los azúcares y carbohidratos refinados que ahora se consideran responsables del crecimiento de nuestra cintura.

Los expertos en nutrición se alejaron gradualmente de las recomendaciones genéricas sobre limitar las grasas para bajar de peso. Las grasas son necesarias para absorber importantes sustancias nutritivas y nos pueden ayudar a sentirnos satisfechos. Eso no quiere decir que debemos vivir a carne recubierta en mantequilla para ser sanos.

Bruce Y. Lee, un profesor de salud internacional en Johns Hopkins University, dice que las lecciones aprendidas con la moda antigrasas se deben aplicar a la moda anticarbohidratos: no hay que sobresimplificar los consejos. "Siempre se está buscando la salida fácil", dice Lee.

¿Cuál es la opción más inteligente?

Otro extenso estudio realizado este último año reveló que las dietas bajas en carbohidratos y las dietas bajas en grasas tenían aproximadamente la misma eficacia para bajar de peso. Los resultados variaron según el individuo, pero después de un año las personas que participaron en ambos grupos habían perdido un promedio de entre 12 y 13 libras.

El autor advirtió que los resultados no contradicen el estudio sobre las dietas bajas en carbohidratos realizado por Ludwig. Por el contrario, ambos estudios sugieren que puede haber cierta flexibilidad en las formas en que podemos adelgazar. Se alentó a los participantes de los dos grupos a concentrarse en alimentos mínimamente procesados, como frutas, verduras y carnes preparadas en casa. A todos se les aconsejó limitar el azúcar añadido y las harinas refinadas.

"Si ese concepto básico se consolida bien, sería un cambio enorme para muchos", dice Christopher Gardner de Stanford University, uno de los autores del estudio.

Limitar los alimentos procesados podría mejorar la mayoría de las dietas, ya que reduciría las calorías totales y al mismo tiempo dejaría lugar para que cada uno incluya sus preferencias individuales. Eso es importante, porque para que una dieta sea eficaz es necesario poder seguirla. Un desayuno de avena y frutas puede satisfacer a una persona, pero otra puede sentir hambre al poco rato.

Gardner advierte que el estudio también tiene sus limitaciones. Las dietas de los participantes no se controlaron. En cambio, los participantes recibieron instrucciones sobre cómo comer menos carbohidratos o menos grasas en reuniones regulares con dietistas, lo que tal vez haya constituido una red de apoyo que la mayoría de quienes tratan de adelgazar no tienen.

Entonces, ¿qué es lo que da resultado?

En el corto plazo, probablemente puedas adelgazar comiendo solo alimentos crudos, o haciéndote vegano, o reduciendo el gluten o siguiendo alguna otra dieta que te resulte atractiva. Pero lo que te dará resultado a largo plazo es un tema distinto.

Zhaoping Li, director de la división de nutrición clínica de University of California en Los Ángeles, dice que no hay un solo conjunto de pautas que ayuden a todos a perder peso y no recuperarlo. Por eso es que las dietas a menudo no dan resultado: no tienen en cuenta los muchos factores que nos motivan a comer lo que comemos.

Para ayudar a sus pacientes a adelgazar, Li examina sus rutinas alimenticias y de actividad física para identificar mejoras con las que sus pacientes puedan vivir. "Lo que cuenta es lo que se adopta y se repite", dice Li.

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