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¿Deberías tomar suplementos de betacaroteno?

Un grupo de expertos analiza nuevos datos y actualiza sus recomendaciones.


spinner image Pastillas rojas y zanahorias
Getty Images

 

Se pueden adoptar muchas medidas para reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o cáncer, pero tomar un suplemento de betacaroteno no es una de ellas. Además, según el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. (USPSTF, enlace en inglés), un panel independiente de expertos en la prevención de enfermedades y en la medicina basada en datos científicos, podría causar más daños que beneficios.

Las últimas recomendaciones del grupo (en inglés), que coinciden con sus pautas del 2014, desaconsejan la administración de suplementos de betacaroteno para la prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares —las dos causas principales de muerte en el país— ya que no aportan ningún beneficio concreto y pueden elevar el riesgo de cáncer pulmonar en algunos grupos de la población, como los fumadores y las personas que han tenido contacto con el asbesto.

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El grupo USPSTF tampoco observó ningún beneficio asociado con el consumo de vitamina E para la prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y afirma que no existen datos suficientes como para determinar si los beneficios de otras vitaminas y minerales superan los perjuicios en cuanto a la prevención de estas enfermedades crónicas. Es importante señalar que estas recomendaciones se dirigen a las personas adultas y no incluyen a las mujeres embarazadas ni a las personas que necesitan tomar suplementos debido a una enfermedad subyacente o a una deficiencia nutricional identificada.

Más de la mitad de los adultos de EE.UU. incluyen suplementos en su dieta —principalmente para mejorar o mantener su salud, según las encuestas—, y en el 2021 la población del país destinó casi $50,000 millones a la compra de estos productos.

¿Qué es el betacaroteno?

El betacaroteno es un pigmento que se encuentra en las plantas, y es lo que produce las tonalidades amarillas anaranjadas de las zanahorias, los melones, las batatas y las calabazas. Al ingerirlo, el organismo lo convierte en vitamina A, que es importante para la visión, la función inmunitaria, el crecimiento y el desarrollo. La vitamina A también aporta beneficios para el corazón, los pulmones y otros órganos.

En su mayoría, las personas pueden obtener suficiente vitamina A en su alimentación, ya que es un componente natural de muchas frutas, verduras, huevos y productos lácteos, e incluso se encuentra en los cereales fortificados para el desayuno. Según los Institutos Nacionales de la Salud, la deficiencia de vitamina A es poco frecuente en EE.UU.

“Y las personas que suelen tener problemas con esta vitamina tienen algún tipo de síndrome de malabsorción en el tracto gastrointestinal”, señala Greene Shepherd, farmacéutico y profesor clínico de la Facultad de Farmacia Eshelman de University of North Carolina. La deficiencia de vitamina A también puede producirse con mayor frecuencia en las personas que padecen fibrosis quística.

Sin embargo, hasta un 40% de la población del país consume suplementos que contienen vitamina A, y las investigaciones demuestran que los adultos mayores son más propensos a consumirlos que los más jóvenes.

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El vínculo entre el betacaroteno y el cáncer

El betacaroteno se ha estudiado durante cierto tiempo como un posible factor de alteración del cáncer, y esto se debe a que las investigaciones sugieren que quienes consumen muchos alimentos que contienen vitamina A o betacaroteno corren un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

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El betacaroteno es un antioxidante, es decir, una sustancia que puede prevenir o retardar el daño celular. “La idea era que si el estrés oxidativo [un proceso que puede desencadenar el daño celular] causa cáncer, tal vez la administración de dosis elevadas de betacaroteno y muchas otras vitaminas con propiedades antioxidantes podría ayudar a prevenirlo”, explica Shepherd.

No obstante, la teoría no se ha confirmado, a pesar de las investigaciones en curso. Además, algunos estudios han demostrado incluso un efecto contraproducente, ya que las dosis elevadas de suplementos de betacaroteno se vinculan a un mayor riesgo de cáncer pulmonar y muerte en los fumadores y en las personas que han tenido contacto con el asbesto. El aporte complementario de este nutriente también se ha vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Por este motivo, después de analizar los datos más recientes, el grupo USPSTF concluyó “con relativa certeza” que los efectos nocivos de los suplementos de betacaroteno superan los beneficios en la prevención del cáncer o de las enfermedades cardiovasculares.

¿Quién debe tomar suplementos de betacaroteno?

Una señal de que podrías necesitar más betacaroteno es si empiezas a tener dificultad para ver en la oscuridad, pero sigues viendo bien a la luz. “Ese podría ser el momento de acudir al médico”, que puede comprobar tu nivel de vitamina A, explica Shepherd. Si es bajo, el médico podría recetarte un suplemento de betacaroteno o de vitamina A.

Otras señales de advertencia que indican un déficit de vitamina A incluyen la sequedad ocular, las infecciones de los ojos, los problemas cutáneos y el retraso en el crecimiento, según Mayo Clinic.

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Si no tienes síntomas de deficiencia, pero te preocupa tu consumo de betacaroteno, cambia tu dieta antes de recurrir a un suplemento. No existe una recomendación de dosis diaria de betacaroteno, pero los adultos deben consumir cinco o más raciones de fruta y verdura cada día para obtener entre 3 y 6 miligramos (mg) de betacaroteno, según los expertos de Mount Sinai. Una batata contiene alrededor de 11 mg de betacaroteno, al igual que una taza de zanahoria cruda picada.

Además, no es necesario limitarse únicamente a los alimentos de color anaranjado. Las verduras de hoja verde (col rizada, espinaca, brócoli) también son una excelente fuente de betacaroteno, afirma Candy Tsourounis, farmacéutica especializada en suplementos y profesora de la Facultad de Farmacia de University of California, San Francisco.

Uno de los motivos por los que es mejor empezar con los alimentos es que “por definición, la dieta es más equilibrada”, explica la Dra. Emanuela Taioli, directora del Instituto de Epidemiología Traslacional de la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York. Las frutas y las verduras contienen una gran cantidad de nutrientes que “probablemente interactúan para aportar beneficios para la salud”, escriben los autores de un editorial (en inglés) adjunto a las recomendaciones del grupo USPSTF. A su vez, la sensación de saciedad surtirá efecto antes de que puedas consumir una cantidad excesiva de cualquier vitamina o mineral, agrega Taioli.

Por otra parte, los suplementos pequeños pueden ser bastante potentes. La cantidad de vitamina A que se administra en forma de píldora varía mucho, pero 3,000 microgramos —es decir, el 333% del valor diario recomendado-— es lo común, según la Oficina de Suplementos Alimentarios de los Institutos Nacionales de Salud. Y si lo tomas en combinación con otros suplementos, como un complejo multivitamínico, resulta fácil excederse.

Tsourounis lo observa continuamente, sobre todo entre los adultos mayores. “Cuando les pido que traigan todos los suplementos que toman, es muy común ver que pueden estar tomando tres suplementos diferentes. Además, puede que no guarden relación entre sí —tal vez uno sea para la salud general, otro para el dolor de rodilla y otro para dormir—, pero pueden contener vitaminas o ingredientes similares. Y cuando se toman en conjunto, pueden superar la dosis que deberían ingerir cada día”, indica. Un estudio que se publicó en The Journal of Nutrition reveló que casi el 30% de los adultos mayores (en inglés) en el país toman cuatro o más suplementos.

Las dosis elevadas de ciertos suplementos, incluida la vitamina A, pueden ser realmente peligrosas. Sin embargo, dado que el organismo solo convierte la cantidad de vitamina A del betacaroteno que necesita, la administración de suplementos de betacaroteno produce menos posibles efectos secundarios, como coloración amarillenta en la piel, mareos, diarrea y dolor en las articulaciones. De todos modos, es importante ser precavido.

Los suplementos de betacaroteno también pueden interactuar con algunos fármacos, como ciertas estatinas y algunos medicamentos para reducir el colesterol, así como el fármaco para adelgazar orlistat (Alli, Xenical). “Además, si [alguien] tiene antecedentes de tabaquismo o de exposición al asbesto, debería ser un poco más prudente”, dice Shepherd.

Antes de comenzar a tomar cualquier suplemento, siempre es buena idea consultar con un médico para analizar los beneficios y los posibles efectos nocivos, advierte Taioli, quien agrega que “nunca puedes equivocarte con una dieta saludable”.

Y si te preocupa reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cáncer, no descuides las conductas cotidianas que, según los expertos, pueden aportar beneficios: haz ejercicio con regularidad, limita el consumo de alcohol, evita fumar y consume muchos alimentos saludables.

“Si alguien tiene un presupuesto ajustado, creo que podría gastar su dinero en cosas que le resultarán mucho más beneficiosas que un suplemento, a menos que su médico tenga motivos para recetárselo”, señala Shepherd. 

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