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La marihuana medicinal: Tus preguntas y lo que sabemos en la actualidad

¿Quiénes la están usando, cómo ayuda y qué dice la ciencia?


spinner image Marihuana y tu salud

Nota: Haz clic en el botón de “CC” y selecciona el idioma español.

spinner image Leyes actuales de la marihuana por estado

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spinner image Dos estantes que contienen más de una docena de frascos con marihuana adentro

La marihuana medicinal se ha legalizado en 33 estados y muchos expertos médicos han aprobado su uso para afecciones médicas que están afectando a los adultos mayores de 50 años en Estados Unidos. Este año, la Junta Directiva de AARP consideró la evidencia emergente que sugiere que la marihuana puede ser útil para tratar ciertas condiciones y sintomatologías médicas. La Junta Directiva de AARP aprobó también una política en apoyo del uso medicinal de la marihuana en los estados que la han legalizado. También respalda más investigaciones sobre el uso médico de los cannabinoides para ayudar a los síntomas de las enfermedades y los efectos secundarios de los tratamientos. A continuación, siete hechos básicos que debes saber:

spinner image Una botella de píldoras CBD

LO BÁSICO

spinner image Una persona usa un guante médico azul y sosteniene una muestra de sangre

Si tu encuentro más reciente con la marihuana es una bolsita de hojas, ramas, semillas y capullos secos, eres el típico consumidor adulto mayor de marihuana medicinal hoy en día: un poco anticuado. Hay que asimilar siete datos básicos a fin de entender la situación actual.

spinner image Pacientes haciendo su orden de marihuana en un dispensario

1. Estás por tu cuenta

spinner image Mano de un hombre, llaves de un carro y un aparato para fumar marihuana

Tal vez pienses, si es “medicinal”, un médico me ayudará a navegar el nuevo mundo verde. Ese a menudo no es el caso. Algunos consumidores como Bette Stone tienen un médico de marihuana medicinal que les explica los productos y les muestra cómo usar un cigarrillo electrónico. Pero descubrí que eso es poco común. “Los adultos mayores piensan que habrá una receta médica esperándolos en el dispensario, como en una farmacia”, dice Rick McKnight, de 72 años, un ejecutivo de ventas jubilado de Ocala, Florida, quien usa marihuana para aliviar el dolor de cadera. “No es así. Obtienes tu tarjeta de marihuana medicinal. El médico te da algunas recomendaciones, no una receta. Luego, cada uno está por su cuenta”.

spinner image Un grupo de personas disfruta de una comida hecha con marihuana

2.  Los dispensarios ofrecen una variedad asombrosa de productos.

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Nota: La potencia varía según la cepa y la forma, y evaluar la tolerancia de un paciente a menudo puede ser difícil. Así que, antes de que el paciente inicie un tratamiento basado en cannabis medicinal, debe consultar con su médico e iniciar su uso con cuidado. Hay pocas investigaciones científicas y, al igual que con cualquier otro medicamento, los efectos varían según la persona.

Es como un viaje a una tienda de dulces solo para adultos, repleta de tinturas y aceites, cigarrillos electrónicos y “flores” (marihuana seca), rociadores bucales y parches para la piel, bonitas trufas de chocolate, galletas perfumadas con canela, y bebidas gaseosas, bálsamos y lociones, todo lo cual contiene los ingredientes activos del cannabis. Lo que se vende varía según el estado, y las muestras gratis y el uso en la tienda son ilegales. (“No abras eso aquí adentro”, me advirtió la empleada de un dispensario de marihuana con fines recreativos en Boulder, Colorado, mientras empacaba mis chocolates de cereza con infusión de cannabis, que costaron $19).

3.  La marihuana de hoy en día es superpotente.

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“Esta no es la marihuana que se fumaba en las habitaciones de los dormitorios universitarios en la década de 1970”, dice Staci Gruber, directora del programa Marijuana Investigations for Neuroscientific Discovery (MIND) en McLean Hospital, afiliado con Harvard, en Belmont, Massachusetts. “Tienes que tener cuidado”. Durante décadas, los productores clandestinos de marihuana han sembrado plantas híbridas y seleccionado las de mayor potencia para crear una hierba más poderosa. Los hallazgos de estudios demuestran que el promedio de los niveles de delta-9-tetrahidrocannabinol, o THC —el compuesto responsable por la euforia que causa la marihuana— en cannabis era de un 4% en 1995 y aumentó a un 17% para el 2017. No se ha detenido allí. Puedes comprar bolsas selladas y cigarrillos con cepas de marihuana con hasta un 28% de THC, y concentrados con entre un 85 y un 90%. Por suerte, están disponibles muchos productos que son bajos en THC y altos en cannabidiol, o CBD —el otro compuesto principal del cannabis—.

4. Los comestibles solo parecen ser de bajo riesgo.

Es solo un dulce, ¿no? Pero esa gomita de colores del arco iris o cuadrito de chocolate puede contener 10 miligramos de THC, y además CBD. Eso es entre tres y cuatro veces la cantidad que recomiendan los expertos para los adultos mayores. “Para surtir efecto, los comestibles demoran entre 30 minutos y 4 horas. Es fácil comer más porque no sientes nada después de unos minutos”, señala Danielle Fixen, profesora auxiliar de la Facultad de Farmacia de University of Colorado. “Pero luego los efectos duran entre 6 y 8 horas”, agrega. 

5. No hay suficientes investigaciones científicas sólidas sobre el efecto en los seres humanos.

Y la razón principal de esta brecha en investigaciones es que a nivel del Gobierno federal, la marihuana —con fines medicinales o recreativos— es una sustancia ilegal controlada de clase I, jurídicamente a la par de la heroína, el LSD y el fentanilo que se vende en la calle. Por eso es que técnicamente los médicos no pueden recetarla; solo pueden darte el permiso requerido por el estado para usarla. De mayor importancia, los científicos no pueden comprarla en un dispensario y estudiarla en la mayoría de los laboratorios. Esta brecha en investigaciones significa que solo unos cuantos de los usos comunes del cannabis están respaldados por evidencia  sustancial de ensayos clínicos entre seres humanos, según un riguroso informe del 2017 de National Academies of Sciences, Engineering and Medicine (NASEM). Sus resultados finales (aunque son de hace dos años): “Pruebas definitivas sobre los efectos para la salud a corto y largo plazo (daños y beneficios) del uso del cannabis siguen sin concretarse”.

De acuerdo con las leyes federales, es ilegal vender, poseer o consumir todo tipo de cannabis. Sin embargo, las autoridades federales son reacias a hacer cumplir la prohibición en vista del creciente apoyo de los distintos estados. De hecho, al momento de enviar este documento a imprenta, 33 estados (más el Distrito de Columbia, Guam, Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses) permitían el uso de marihuana con fines medicinales por parte de pacientes que cumplan ciertos requisitos; por lo general, el paciente debe contar con una tarjeta y la certificación de un médico. Las leyes estatales difieren en cuanto a aspectos importantes, como por ejemplo quién puede cultivar marihuana, quién puede venderla y cuáles son los problemas de salud que justifican el uso de marihuana medicinal.

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La posición de AARP

En marzo, la Junta Directiva de AARP aprobó una política en apoyo del uso medicinal de la marihuana para adultos mayores en aquellos estados donde está legalizado. La decisión se basó en el creciente conjunto de investigaciones que sugieren que la marihuana puede ser útil en el tratamiento de ciertos síntomas y trastornos médicos.

La política también advierte que las decisiones relacionadas con el uso medicinal de la marihuana se deben tomar entre el paciente y su proveedor de servicios médicos, y deben balancear en forma apropiada las pruebas clínicas de beneficios y perjuicios, las preferencias y los valores del paciente, además de todas las leyes aplicables.

De acuerdo con la política, "AARP también apoya la investigación clínica adicional sobre el uso medicinal de los cannabinoides para ayudar a aliviar los síntomas de enfermedades y los efectos secundarios del tratamiento de enfermedades". La política añade que "AARP opina que, al clasificar la marihuana como una sustancia controlada del Anexo I, la Administración para el Control de Drogas (DEA) frena el uso medicinal y el estudio científico de los cannabinoides", y exhorta a las autoridades federales a examinar opciones que permitan ampliar la investigación clínica.

Once estados y el Distrito de Columbia permiten el consumo recreativo de marihuana. Según las leyes federales, el cannabidiol (CBD) derivado de la marihuana, que contiene el ingrediente psicoactivo THC, es ilegal; la venta y el consumo del CBD derivado del cáñamo que contenga no más de 0.3% de THC son legales, si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dice que es ilegal comercializar CBD en alimentos y suplementos. Trece estados han aprobado leyes que permiten la venta de productos con CBD y bajo contenido de THC. Los detalles varían: consulta las leyes específicas de tu estado y lee "CBD: El revuelo y la ciencia" (en inglés).

6. El estigma de ser drogadicto si usas marihuana persiste.

Ya sea porque es una reliquia de la guerra contra las drogas que Estados Unidos luchó por décadas o porque el Gobierno federal todavía considera que la marihuana es ilegal, muchos partidarios mayores de la marihuana medicinal siguen escondiendo su uso. De hecho, varias personas a quienes entrevisté en un estado donde es legal y a quienes les encantan los beneficios de la marihuana para la salud no quisieron que el Bulletin usara sus nombres. Temían que eso perjudicara su reputación profesional o —más a menudo— sus relaciones con familiares y amigos. El estigma persistente asociado con esta hierba además impide que algunas personas se lo digan a su médico, dice Hillary Lum, geriatra y profesora adjunta de la Facultad de Medicina de University of Colorado. “En una encuesta reciente, el 30% de los adultos mayores no respondieron la pregunta de si usaban o no usaban la marihuana medicinal”, dice. “Si las personas se sienten incómodas con esto en una encuesta anónima, es posible que también se sientan incómodas diciéndoselo a su médico. Esto podría tener repercusiones para su salud”.

7. Muchos médicos tienen un dilema.

La mitad de los médicos de atención primaria que trabajan en los consultorios médicos de Mayo Clinic dijeron en una encuesta del 2019 que no estaban preparados para responder las preguntas de pacientes sobre la marihuana medicinal —a pesar de que un 58% creían que era un tratamiento médico legítimo para enfermedades en fase terminal, dolor intratable y síntomas de cáncer—.

Eso no ha evitado que algunos consumidores, en particular los adultos mayores, les pregunten a sus médicos.

“Mis pacientes quieren hablar de eso”, menciona Lum. “Pero estoy en un vacío de información. No tenemos muchos ensayos clínicos para demostrar la eficacia. Las facultades de medicina, farmacia y enfermería no enseñan sobre el tema. No está en la base de datos de farmacia que usamos para recetar medicamentos, así que no tengo mucha información sobre las posibles interacciones entre medicamentos y los efectos secundarios. Ahora mismo, la mejor fuente de información es escuchar con cuidado lo que dicen mis pacientes sobre sus experiencias”.

Incluso unas cuantas instituciones se han rehusado a aceptar su uso. Cleveland Clinic anunció que no recomendaría la marihuana medicinal a sus pacientes cuando su compra se legalizó en Ohio en enero. Según Paul Terpeluk, médico osteópata y director médico de Employee Health Services en Cleveland Clinic: “Recién estamos empezando a comprender los efectos de los cannabinoides sobre el organismo. Cuando compras una botella de Tylenol, sabes que es puro y contiene cierto nivel de acetaminofeno. Eso no es cierto para la marihuana medicinal. Ni su producción ni su dosificación están reguladas”.

Pero parece que muchos otros médicos prefieren no crear obstáculos que impidan el uso de la marihuana con fines medicinales. Peter Grinspoon, médico de atención primaria en Massachusetts General Hospital e instructor en la Facultad de Medicina de Harvard, tomó el paso poco común de capacitarse para poder certificar a sus pacientes como consumidores de marihuana medicinal.

“Crecí con esto, así que es difícil no verlo como medicina”, explica Grinspoon. Su padre, el psiquiatra de Harvard Lester Grinspoon, se considera como el “abuelo de la marihuana medicinal” y escribió un libro sobre la historia y el uso cultural de la marihuana medicinal en la década de 1970; incluso existe una cepa de marihuana en Europa que lleva su nombre.

“Tiene sentido probar cannabis cuando consideras la trayectoria de otros medicamentos que toman muchos adultos mayores, en especial para el dolor, el sueño y la ansiedad. El cannabis puede ser tan eficaz como cualquier cosa”.

Quienes usan la marihuana con fines medicinales dicen que en general, los puntos de vista de sus médicos han cambiado y la están empezando a aceptar. “Vapear ayuda con las molestias, los dolores y para permanecer dormido”, dice Jake Lawson, de 64 años, quien vive en Beverly Hills, Florida y trabaja en el dispensario Curaleaf en Ocala. También es veterano de la Fuerza Aérea de EE.UU. y usa los servicios de salud del Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE.UU. “Hace dos años, no sentía que podía hablar de eso allí con mi médico. Ahora más o menos se tolera. Te dan el discurso de ‘esta es una sustancia psicoactiva’, y luego escuchan”.

Por cierto, incluso en los hogares de ancianos hay un cambio profundo hacia la aceptación. Un programa en Hebrew Home en Riverdale, Nueva York permite que los residentes usen cápsulas de cannabis o gotas de aceite de cannabis y se descubrió que alivian el dolor, mejoran el apetito e incluso redujeron el uso de opiáceos por parte de un residente. El programa cumple las reglas federales al hacer que los residentes compren y usen el cannabis ellos mismos o con la ayuda de un cuidador que no sea empleado del centro. “Los beneficios son asombrosos y debería estar más disponible para los residentes de las instalaciones de cuidados a largo plazo”, dice Daniel Reingold, director ejecutivo de RiverSpring Health, que opera Hebrew Home.

(Nota: la compra de la marihuana medicinal en un dispensario no está cubierta por el Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA), Medicare, Medicaid ni los seguros médicos privados, aunque en algunos casos podrían cubrir los medicamentos recetados aprobados por la FDA, como Marinol, que son basados en cannabis).

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