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13 consejos para prevenir infecciones en los hospitales

Conoce las más comunes y las vías más fáciles de contagio.


spinner image Cirujano lavándose las manos - Prevenir infecciones en los hospitales
Las infecciones intrahospitalarias son causadas por bacterias que viven en el hospital y que se han vuelto resistentes a todos los antibióticos existentes.
Getty Images

Hace casi 40 años que entro y salgo diariamente de un hospital y durante ese tiempo son muchas las cosas que he visto en ellos: momentos exultantes en las salas de parto, momentos de profunda tristeza en las salas de oncología. Pero también he visto momentos de sorpresa, hostilidad y resentimiento al decirle a un paciente que su internamiento en el hospital ha resultado en el desarrollo de una grave infección intrahospitalaria.

“¿Pero cómo puede haber sucedido esto en este hospital que se supone que es uno de los mejores de la región? ¿No se supone que el hospital existe para curarnos de las infecciones? ¿Doctor, cómo me puede decir que, en este hospital, mi madre ha cogido una bacteria resistente a todos los antibióticos?”. Estas son las preguntas que hacen los familiares y pacientes.

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Cuesta, entonces, tener que informarle al paciente que su caso es uno de los 648,000 episodios anuales de infecciones intrahospitalarias que ocurren en Estados Unidos, y que apaga la vida de ocho personas por hora en el país.

La sorpresa los invade cuando uno les dice que esas infecciones intrahospitalarias son causadas por bacterias que viven en el hospital y que se han vuelto resistentes a todos los antibióticos existentes, precisamente por el uso indiscriminado de esos importantes medicamentos.

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Cuesta también explicarle al paciente y a su familia que el hospital es un repositorio de los niños, los adultos y los ancianos más enfermos del momento en la región. Siendo así, en un momento dado, uno de cada dos pacientes está recibiendo un antibiótico y uno de cada cuatro está recibiendo dos o más de esos poderosos medicamentos.

Es en ese momento que la familia reflexiona y cae en cuenta que las terribles Pseudomonas, Serratias, o Estafilococo resistentes a la meticilina (MERS) que afectan la piel o el pulmón de su familiar —o el E. coli o el Clostridium difficile (C.diff) que le ataca el intestino— son bacterias que viven en el hospital. Se esconden en las paredes, los mangos de las puertas, las barandas de las camas, en los baños o en las ruedas de las camillas y son resistentes a los antibióticos.

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En esa explicación, los médicos tenemos que aceptar a regañadientes que muchas veces somos los propios profesionales de la salud los que transportamos las bacterias de paciente a paciente cuando no cumplimos la elemental regla de lavarnos las manos o desinfectar adecuadamente los instrumentales de uso médico.

Si bien es cierto que las infecciones intrahospitalarias hacen más estragos en los pacientes más débiles y graves, pacientes con un sistema de defensa intacto —como aquellos que ingresan por alguna operación electiva, los que sufren un accidente automovilístico, o los que van a ser operados del apéndice o la vesícula biliar— pueden ser también víctimas de una bacteria resistente a los antibióticos. En este tipo de pacientes, muchas infecciones adquiridas en el hospital se manifiestan en la casa, luego de que el paciente ha sido dado de alta.

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En ese sentido, es muy importante entender que el tiempo de internamiento en un hospital debe ser el menor tiempo posible, una situación que muchos pacientes y familiares muchas veces no aceptan fácilmente. Mucho me acuerdo que cuando ese concepto empezó a implementarse, 15 a 20 años atrás, muchos pacientes pensaban que estaban siendo forzados a abandonar el hospital, lugar en el que se sentían muy seguros. Les costaba entender que el estar en la casa era mucho más seguro que seguir internado en el hospital.

¿Qué podemos hacer entonces para prevenir estas infecciones intrahospitalarias?

  • En primer lugar, recordar que al igual que un problema puede ocurrir “en las mejores familias”, las infecciones intrahospitalarias pueden ocurrir en los mejores hospitales. Sin embargo, hay hospitales que hacen un mayor esfuerzo que otros en prevenir ese tipo de eventos. Consumer Reports elaboró una lista que puedes revisar (en inglés).
  • Es importante no “exigirle” al médico el uso de un antibiótico y saber que las infecciones virales no responden a esos medicamentos.
  • No tener reparos para exigirle al personal médico del hospital la limpieza absoluta de la habitación del paciente. Poner especial atención (o limpia tú mismo con paños desinfectantes) los objetos de uso más frecuente, tales como el control electrónico de las posiciones de la cama, los botones para llamar a las enfermeras, las barandas de la cama y el control remoto del televisor.
  • Escribir tú mismo un letrero sobre la cama del enfermo que diga: “Por favor, lávate las manos antes de tocarme”, y estar atento a que se cumpla esa regla.
  • Vigilar y exigirle al médico, la enfermera y otro personal que se laven las manos antes de tocar al enfermo.
  • Vigilar y pedirle al personal que desinfecte el estetoscopio que usa para escuchar los pulmones, el corazón o el vientre del enfermo.
  • No tener miedo de preguntar si los tubos de alimentación, de drenaje urinario o de acceso venoso en manos y brazos pueden ya ser retirados. A pesar que puedas parecer antipático, es mejor que te conozcan como una persona preocupada por tu salud o la de tu familiar.
  • Si vas a visitar a un familiar en el hospital, trata de no llevar bolsas o carteras grandes que tengas que poner en el suelo durante la visita.
  • No llevar niños al hospital, la mayoría de los hospitales limita la visita de niños menores de 14 años.
  • No usar los baños de los pacientes.
  • Lávate las manos al salir del hospital o lleva contigo gelatinas antibacterianas para que las uses en tu carro, antes de regresar a tu casa. Es posible que hayas tocado los botones del ascensor, algún pasamanos en las escaleras o las barandas de la cama del paciente.
  • Ya en la casa, lávate inmediatamente las manos al entrar.
  • Estar atento a signos de infección en las heridas operatorias del paciente en la casa. Cualquier enrojecimiento y dolor de la herida —sobre todo si va acompañada de fiebre, escalofríos, diarreas— debe motivar una llamada de emergencia al cirujano.

Por la gravedad de los enfermos internados y la necesidad de usar muchos tubos, aparatos y antibióticos en sus tratamientos, la mayoría de las infecciones intrahospitalarias son muy difíciles de prevenir. Pero recuerda que tú puedes hacer bastante para prevenir aquellas que sí se pueden evitar.

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