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Dr. Elmer Huerta

 

Tratamientos con células madre: ¡cuidado!, podrías salir perjudicado

Cómo reconocer un centro médico seguro y confiable.

Científica estudiando células madre

Cultura RF/Getty Images

Uno de los temas más publicitados en el mundo de la medicina de los últimos años es el de los tratamientos con células madre. Centenares de clínicas ofrecen dichos tratamientos como una supuesta cura para todos los males, pero antes de aceptarlos es muy importante tener los conceptos muy claros con respecto a las células madre y sus aplicaciones actuales.

¿Qué tipo de células son?

Las células madre, también llamadas células multipotenciales, son aquellas células primitivas de las cuales derivan los más de 200 tipos de células del cuerpo. Las células madre son obviamente muy abundantes en la etapa embrionaria del desarrollo (células madre embrionarias) y van disminuyendo progresivamente de número en la vida adulta (células embrionarias adultas). Estas células embrionarias adultas se encuentran en diversos tejidos como el corazón, el tejido adiposo y el cerebro.

Tratamientos y… ¿falsas promesas?

La promesa en el uso de las células madre es que, al ser multipotenciales, pudieran ser trasplantadas o “domesticadas” y dar así origen a las células adultas que se necesiten. Siendo así, sería posible curar muchas enfermedades provocadas por el desgaste o degeneración de las células normales. Sin embargo, es muy importante saber que los tratamientos con células madre son, con la excepción de muy contados casos, aún experimentales, por lo que debemos estar vigilantes a estos que no han sido comprobados científicamente y que se ofrecen en muchos centros médicos.

"Los únicos tratamientos con células madres aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) son aquellos en los que se usan células formadoras de la sangre que se encuentran en el cordón umbilical del recién nacido"

El tratamiento de células madre utiliza células que tienen dos orígenes, aquellas que se obtienen de la misma persona (células madre autólogas) y las que provienen de un donante (células madre alógenicas). Las células madre autólogas pueden obtenerse del tejido graso o adiposo, de la médula ósea o de la sangre. Las células madre alógenicas pueden obtenerse del líquido amniótico (líquido que baña al feto dentro del útero), de la placenta o del cordón umbilical.

Esto nos lleva a advertir que los tratamientos con células madre que ofrecen las llamadas clínicas de “medicina regenerativa” no están avalados por la ciencia y que, por tanto, su uso puede ser inefectivo o peligroso. Al respecto, una reciente revisión de esa industria reveló que existen 351 compañías, propietarias de 570 clínicas, que ofrecen tratamientos no comprobados en Estados Unidos; en las cuales cobran entre $5,000 y $20,000 por procedimiento.

Esos centros proveen tratamientos para muchas condiciones, siendo el más frecuente el que asegura curar la osteoartrosis o desgaste de las articulaciones. Prometen “regenerar” los cartílagos gastados, por lo que miles de personas mayores caen en el engaño. Otros tratamientos aseguran aliviar el dolor crónico, las lesiones deportivas y la esclerosis lateral amiotrófica; así como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, lesiones de la médula espinal, y diversos problemas cardiacos y oculares.

Recientemente, tres mujeres mayores quedaron ciegas después de recibir inyecciones de células madre en ambos ojos. Las mujeres sufrían de degeneración macular, pero la visión era relativamente buena antes de someterse al tratamiento.

¿Existen tratamientos seguros?

Sabiendo que en este momento la única manera de obtener tratamientos con células madre garantizados es participando de un estudio clínico experimental, es preocupante el hecho de que dos de las tres mujeres que quedaron ciegas obtuvieron información sobre los centros en los que fueron tratadas en el listado nacional de estudios clínicos www.clinicaltrials.gov (en inglés). Lamentablemente, los estudios que aparecen en ese importante recurso, perteneciente al gobierno, son colocados allí por investigadores independientes y no existe un control de calidad. Sobre este particular las autoridades de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) han planteado que esa situación debe ser corregida.

No hay duda que los experimentos que se están realizando ya están dando frutos. Por ejemplo, ya hay avances en el tratamiento de la esclerosis múltiple y los derrames cerebrales. No obstante, enfatizamos que la mejor manera de darse cuenta si un centro médico ofrece garantía científica y es confiable es sabiendo que los centros oficiales de investigación con células madre nunca cobran por los estudios. Si tienes que pagar, debes estar consciente de que podrías estar cayendo en la trampa de un negocio y los perjuicios pueden ser mayores que los beneficios.