Vida Sana
Se calcula que cada 44 segundos, una persona sufre un infarto cardiaco en Estados Unidos. El asunto es que esta es una experiencia muy traumatizante desde el punto de vista emocional. Recuerdo la mirada angustiada y la ansiedad de muchos de mis pacientes en sus camas de hospital, haciéndome la pregunta más común en esos momentos de convalecencia: “¿Es posible que el infarto se repita en los próximos días, semanas o meses?”.
Después de un infarto
Al salir de alta, los pacientes se enfrentan a un mundo aparentemente incierto en el que uno de los principales temores que tienen es el reinicio de sus actividades diarias. Por ejemplo, tienen miedo de caminar muy rápido o de subir escaleras. A pesar del consejo de sus médicos, el temor de tener otro infarto —especialmente durante la práctica de algún tipo de ejercicio— está siempre presente.
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Debido a que la actividad sexual implica actividad física y sabiendo que el ejercicio puede precipitar un ataque al corazón, uno de los temores más intensos es el de reiniciar la vida sexual. El superviviente no solo teme que sufra un ataque durante el acto sexual, sino que si esto sucede, su pareja vaya a sufrir un trauma emocional intenso e imborrable.
Realidades después de un infarto
Menos del 1% de los ataques cardiacos se producen durante o inmediatamente después de una relación sexual y su ocurrencia no es mayor en las personas que ya han sufrido un ataque al corazón. De tal modo que si la posibilidad de tener un primer infarto cardiaco durante una relación sexual es minúscula, es también poco frecuente después del mismo.
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