Vida Sana
Los primeros días de la pandemia parecen al mismo tiempo algo que ocurrió ayer y un recuerdo lejano. Pero una cosa es segura: hemos avanzado mucho desde entonces.
Ahora tenemos vacunas para ayudar a evitar las complicaciones graves de la COVID-19 y tratamientos para frenar las enfermedades graves, junto con una serie de medidas de protección adicionales que pueden ayudar a mantenernos seguros mientras coexistimos con la COVID-19.
Membresía de AARP: $12 por tu primer año cuando te inscribes en la renovación automática.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Con un fin simbólico de la pandemia en el horizonte, el Dr. Ashish Jha, coordinador de respuesta contra la COVID-19 de la Casa Blanca, analiza la vida más allá del coronavirus, incluidas las lecciones aprendidas, y explora cómo podríamos enfrentar los brotes de enfermedades en el futuro.
¿Cómo podremos prepararnos mejor para el próximo “virus caído del cielo”?
Gracias a esta crisis, tendremos una mejor capacidad para detectar enfermedades. Si surge un nuevo patógeno, analizaremos las aguas residuales de todo el país para averiguar exactamente dónde se está propagando ese patógeno. A principios del 2020, ni siquiera sabíamos dónde se hallaba el virus. La producción de vacunas en menos de un año fue un milagro de la ciencia que salvó millones de vidas. Todavía tenemos que conseguir mejores resultados. En el futuro, nos gustaría producir vacunas en cuatro o dos meses en vez de en ocho.
De ahora en adelante, ¿cómo debe afrontar el Gobierno la desconfianza, la ignorancia y el menosprecio que muchas personas sienten por la ciencia?
La confianza se gana cuando se es digno de confianza. Cuando la gente no confía en la información que recibe, busca fuentes alternativas, y eso crea el contexto propicio para que prosperen la información incorrecta y la desinformación. ¿Cómo lo resolvemos? En primer lugar, debemos recordarle a la población del país que la ciencia no es un destino, sino un proceso. Lo que los científicos sabían sobre el virus al principio es sin duda diferente de lo que sabemos hoy sobre el virus, y eso no significa que entonces estuviéramos equivocados o que lo estemos ahora. Solo significa que la ciencia gira en torno a la evolución del conocimiento.
