Muchos adultos viven con TDAH. ¿Eres uno de ellos?
Lo que debes saber sobre este trastorno poco comprendido.
In English | Neil Swanson cuenta que su esposa, con quien lleva casado 52 años, siempre quiso entender por qué un hombre como él, que parecía tan inteligente, tenía tanta dificultad para llevar la cuenta del tiempo y lograr organizarse.
Swanson, de 79 años, dice que cuando la pareja, de Warrenton, Virginia, estaba criando a sus hijos mellizos, su esposa “no estaba segura de sentirse tranquila cuando los dejaba conmigo. Pensaba que me olvidaría de que estaban allí. Que me distraería o me concentraría demasiado en otra cosa”.
Él cambiaba siempre de trabajo: ministro, consejero, contratista de construcción y asesor de construcción. Al no tener estabilidad, la familia estaba endeudada y él se culpaba a sí mismo. “Pensaba que mi incapacidad para funcionar podría deberse a mi propia falta de autodisciplina”, explica.
Cómo obtener ayuda
Para encontrar apoyo y más información sobre el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, visita el Centro Nacional de Recursos del TDAH (en inglés), un programa de Children and Adults with ADHD, una organización sin fines de lucro.
Finalmente, hace unos 17 años Swanson recibió un diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH. “Fue toda una revelación”, dice.
¿Qué es el TDAH?
En la década de 1960, se decía que los niños que parecían incapaces de controlar su comportamiento tenían “trastorno del impulso hipercinético”, un diagnóstico que en 1968 recibió el reconocimiento oficial de la American Psychiatric Association. En la década de 1980, se le cambió el nombre a TDAH, y ahora es uno de los trastornos del desarrollo neurológico infantil que más comúnmente se diagnostica. Los síntomas pueden incluir dificultades de atención, hiperactividad e impulsividad. Algunas personas pueden tener uno o varios síntomas, y a veces el TDAH se caracteriza por un diagnóstico más específico de tres subtipos: con predominio de impulsividad e hiperactividad, con predominio de inatención y distracción (que solía describirse como TDA, aunque ya no) o de tipo combinado.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) calculan que 6.1 millones de niños recibieron un diagnóstico de TDAH, un porcentaje de diagnóstico que aumentó desde 1997, el primer año que se realizó la encuesta nacional que ahora es anual. Los expertos no saben si las cifras están aumentando porque hay más niños con TDAH o porque es más probable que los médicos lo identifiquen. No hay una causa clara, pero tiende a ser hereditario. Los factores de riesgo del trastorno también incluyen bajo peso al nacer, lesiones cerebrales, exposición a toxinas ambientales (como el plomo) y el consumo de tabaco, alcohol o drogas por parte de la madre durante el embarazo.
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Cerca del 70% de las personas que reciben este diagnóstico en la infancia continúan teniendo síntomas en la edad adulta, pero el trastorno no aparece espontáneamente por primera vez en el adulto, según Mary Rooney, jefa del Child and Adolescent Psychosocial Interventions Research Program (Programa de investigación de intervenciones psicosociales para niños y adolescentes) del National Institute of Mental Health, en Bethesda, Maryland. “En la edad adulta simplemente no aparece el TDAH sin indicios de haber tenido dificultades en la niñez”, explica.
Diferencias según el género
Cerca del 13% de los niños reciben un diagnóstico de TDAH, en comparación con el 5.6% en el caso de las niñas, según la National Survey of Children's Health (Encuesta nacional de salud infantil) del Maternal and Child Health Bureau de la Health Resources and Services Administration (HRSA, Administración de Recursos y Servicios de Salud). Es una diferencia entre géneros comparable a otros trastornos del desarrollo neurológico, explica Stephen Hinshaw, profesor de Psicología en University of California, Berkeley, y profesor de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta en University of California, San Francisco. “El lenguaje, las aptitudes sociales y el autocontrol también evolucionan más lentamente en los niños que en las niñas”, observa.
Y también suelen tener otros síntomas, señala Rooney. “Los niños tienden a exhibir más de los síntomas de hiperactividad e impulsividad del trastorno que las niñas, que a menudo exhiben síntomas principalmente de inatención”.
Es por eso que las mujeres de todas las edades a menudo son poco diagnosticadas, advierte Hinshaw, uno de los principales investigadores del TDAH en las niñas. Explica que “no es tan notorio debido a que las niñas son menos propensas que los niños con TDAH a ser rebeldes, antagonistas e irascibles”.
El TDAH en la edad adulta
No se sabe con certeza cuántos adultos tienen TDAH. Los cálculos varían de alrededor del 1 a más del 4%. Hinshaw explica que tal vez muchos no sepan que tienen el trastorno debido a que nunca recibieron un diagnóstico en la niñez, especialmente los adultos mayores que crecieron antes de que se conociera el trastorno. “Muchos no recibieron el diagnóstico: se consideraba que tenían una discapacidad de aprendizaje o simplemente [se advertía] que tenían una ansiedad excesiva”.
Muchos adultos con TDAH llevan una vida feliz y productiva, incluso algunos grandes pensadores y personas famosas; Albert Einstein, Winston Churchill, John Lennon y Henry Winkler, por nombrar algunos. Sin embargo, a veces el trastorno puede interferir con la vida cotidiana.
Aunque los síntomas de hiperactividad del TDAH por lo general disminuyen con la edad, los síntomas de inatención suelen continuar o empeorar con el tiempo. La impulsividad también a menudo continúa en la edad adulta y a veces se manifiesta como un comportamiento de riesgo, advierte Rooney. Por ejemplo, el índice de accidentes automovilísticos entre los adultos con diagnóstico de TDAH es 1.45 veces mayor que entre quienes no recibieron este diagnóstico, según un estudio de agosto del 2020 que se publicó en la revista Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.
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Además, desde ya, las consecuencias de los síntomas principales del TDAH se intensifican en la edad adulta, señala Hinshaw. Dado que cada vez es más necesario demostrar autocontrol en el trabajo y en las relaciones personales, los síntomas del TDAH pueden ocasionar problemas laborales e interpersonales, así como trastornos del sueño, ansiedad y depresión.
De ahí que sea tan importante reconocer el TDAH en los adultos y ayudarlos a encontrar tratamiento cuando sea necesario, indica Jyoti Bhagia, asesora del departamento de Psiquiatría de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota. “El trastorno se puede tratar, y el tratamiento ayuda a las personas a adquirir autoestima, formar mejores relaciones y ser más eficientes en el trabajo”.
Diagnóstico y tratamiento del TDAH en los adultos
Para recibir la ayuda indicada para el trastorno, primero debes recibir el diagnóstico correcto, advierte Rooney. No lo dejes en manos de tu médico de atención primaria. Busca especialistas como psicólogos y psiquiatras, que están mejor preparados para explorar el diagnóstico en los adultos. Te harán preguntas retrospectivas sobre los síntomas y problemas que tuviste durante la infancia y harán una evaluación completa para descartar trastornos psiquiátricos u otros trastornos neurológicos que tienen síntomas similares, como el deterioro cognitivo leve, la ansiedad o la depresión.
El tratamiento más común es con medicación, señala Bhagia. Los estimulantes como Adderall, Concerta y Dexedrine pueden aliviar los síntomas y mejorar la capacidad de concentración, explica. Sin embargo, también pueden tener repercusiones cardíacas, como un aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la ansiedad, por lo que los pacientes necesitan extrema vigilancia.
Los antidepresivos como la imipramina (Tofranil) y el bupropión (Wellbutrin) también se recetan habitualmente para el TDAH.
Si no puedes o no deseas tomar medicamentos, la terapia cognitivo-conductual con un terapeuta especializado o la orientación de un terapeuta ocupacional te pueden ayudar a adquirir estrategias para manejar problemas como la organización, la planificación y el olvido.
Una vez que los adultos reciben un diagnóstico de TDAH, con frecuencia sienten una sensación de alivio. Swanson dice que en su caso fue así, y que ahora se siente tranquilo al delegar tareas que le cuestan y concentrarse en sus virtudes. También finalmente encontró una nueva “función agradable y gratificante” al desempeñarse como consejero de personas y miembros del clero con TDAH. Ayuda a otras personas que tienen este trastorno a descubrir sus virtudes y a adaptar su situación laboral de modo de utilizar mejor esas virtudes para poder “contribuir su talento al mundo”.
“Disfruto mucho al ayudar a los demás”, señala.