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El vínculo entre la presión arterial y la demencia

Las investigaciones apuntan a cómo se relacionan ambos factores.


spinner image Figura de un cerebro y un tensiómetro
SHIDLOVSKI/ISTOCK/GETTY IMAGES PLUS/GETTY IMAGES

| Probablemente sepas que la presión arterial alta puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o un derrame cerebral. Los investigadores ahora están analizando de qué manera la hipertensión también aumenta las probabilidades de padecer demencia y su predecesor común, el deterioro cognitivo leve (DCL). Si bien ya hace tiempo que se sabe de estas conexiones, hasta ahora eran pocos los estudios a largo plazo que examinaron la relación entre la hipertensión en la etapa media de la vida y los subsecuentes riesgos de deterioro cognitivo y demencia.

En un estudio publicado este mes en la revista JAMA, los investigadores hicieron el seguimiento de las pautas de presión arterial de más de 4,700 personas durante 24 años, desde la etapa media de la vida hasta una edad más avanzada, para ver si esas pautas estaban asociadas con el riesgo de demencia. El resultado fue que quienes tuvieron hipertensión en la etapa media de la vida (entre los 44 y los 66 años) y en la edad avanzada (de 66 a 90 años), tuvieron un riesgo 49% mayor de sufrir de demencia en comparación con los participantes cuya presión arterial estuvo dentro de los límites normales.

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Los expertos dicen que ese es un aumento importante que proviene de un factor específico y fácil de medir. “Estos datos sugieren que controlar la presión arterial a lo largo de los años tiene un impacto mayor en la disminución del riesgo de demencia que conductas reductoras de riesgo tales como hacer ejercicio físico en forma regular o seguir una dieta saludable”, dice el Dr. Gary Small, director del UCLA Longevity Center.

Pero los investigadores identificaron un riesgo aún mayor de demencia y DCL en las personas que tuvieron presión arterial alta en la etapa media de la vida y presión baja más adelante.

Específicamente, quienes tuvieron hipertensión (definida como 140/90 o más) en la etapa media de la vida y luego tuvieron hipotensión (90/60 o menos) a una edad más avanzada, mostraron un riesgo 65% mayor de sufrir de DCL y 62% mayor de sufrir de demencia.

Detrás de las cifras

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Hace mucho tiempo que se reconoce que la hipertensión crónica es perjudicial para los vasos sanguíneos del cerebro, lo que a su vez puede interferir con el suministro de sangre. “El cerebro es muy sensible a la falta de circulación de la sangre y también a un flujo de sangre muy grande", observa un estudio dirigido por Keenan Walker, profesor adjunto de neurología en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University, en Baltimore.

Es probable que el motivo por el que la hipertensión en la etapa media de la vida deteriora tanto el cerebro más adelante esté relacionado con el daño acumulado que causa en capilares y vasos sanguíneos durante décadas. “Los vasos sanguíneos [dañados] no se pueden dilatar y contraer en respuesta a cambios en la presión sanguínea”, explica Walker. “Y eso puede causar un daño isquémico, como derrames cerebrales pequeños y arterioesclerosis, que impide que la sangre entregue oxígeno y nutrientes al cerebro de la manera en que debería hacerlo”.

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Todos estos cambios pueden causar dificultades en varias funciones cognitivas, incluidas la memoria, la velocidad de procesamiento, la función ejecutiva y las habilidades del lenguaje.

También es perjudicial para el cerebro si una persona que tuvo presión arterial alta en la etapa media de la vida tiene presión baja más adelante, algo que puede suceder, especialmente cuando la hipertensión se trata más de lo necesario con medicamentos. Cuando esto sucede, "los vasos sanguíneos del cerebro reaccionan menos a los cambios en la presión sanguínea y el cerebro no puede compensar esa pérdida de flujo sanguíneo de la manera que lo hacía antes", explica Walker.

Lo que puedes hacer

"Hay que vigilar la presión arterial y darle la importancia que tiene durante toda la vida, y tratar de mantenerla dentro de los valores normales, ya sea con medicamentos o con cambios en el estilo de vida", aconseja Small. (A propósito, la presión arterial normal ahora se define como menos de 120/80).

Si tomas medicamentos para controlar la hipertensión, vigila de cerca los valores para asegurarte de que se mantienen dentro de los niveles normales. "A medida que envejecemos, hay que evitar que la presión arterial se eleve mucho o caiga a niveles de hipotensión", dice Walker. En cuanto a la salud y el funcionamiento del cerebro, "tratar en exceso la hipertensión puede ser tan perjudicial como no tratarla lo suficiente".

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