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La aceptación del refuerzo contra la COVID-19 es “demasiado baja” en los hogares de ancianos

Análisis: los casos aumentan más del 50%; sin embargo, más de 2 millones de residentes y empleados no tienen las vacunas al día.

La aceptación del refuerzo en los hogares de ancianos de Estados Unidos sigue siendo alarmantemente baja: a mediados de diciembre, menos de la mitad de los residentes y menos de una cuarta parte del personal estaban al día con sus vacunas, según un nuevo análisis de datos federales de AARP. La falta de aceptación de la vacuna ocurre a medida que otro aumento invernal del virus se infiltra en los centros, lo que ha aumentado las tasas de infección y mortalidad entre los residentes.

Las tasas han provocado preocupación entre los grupos de interés en hogares de ancianos y las autoridades gubernamentales de salud pública, que están pidiendo que se tomen mayores medidas.

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“Las tasas han estado aumentando constantemente, pero este número sigue siendo muy bajo”, dijo la administradora de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), Chiquita Brooks-LaSure, en una llamada con los interesados de la industria la semana pasada. “A medida que nos adentramos en los meses de invierno y enfrentamos nuevas variantes de la COVID-19, tomar medidas para que su centro se ponga al día con las vacunas debe seguir siendo su prioridad principal”.

Entre mediados de octubre y mediados de diciembre, el porcentaje de los residentes que estaban al día con sus vacunas contra la COVID-19 solo aumentó del 40 al 47%, por lo que había más de 600,000 residentes atrasados en sus vacunas, según el análisis de AARP. Mientras tanto, la tasa del personal que estaba al día con sus vacunas disminuyó en tres puntos porcentuales durante el mismo período. A mediados de diciembre, solo el 22% estaba al día, por lo que más de 1.5 millones de trabajadores estaban atrasados.

Se considera que los residentes y el personal están “al día” una vez que han recibido el refuerzo bivalente, que comenzó a administrarse a principios de septiembre del año pasado, o si han completado su serie de vacunación primaria o han recibido otro refuerzo en los últimos dos meses.

El análisis muestra una variación considerable entre las tasas estatales de residentes y personal al día con sus vacunas. En Arizona, solo el 26% de los residentes estaban al día, la tasa más baja del país. Mientras tanto, Dakota del Sur tenía el porcentaje más alto de residentes que estaban al día con sus vacunas, con un 76%, y California tenía el porcentaje más alto de trabajadores que estaban al día, con un 43%.

Pero incluso esos estados que ocupan los primeros puestos no están donde deberían estar, dijo Ari Houser de AARP, asesor sénior de métodos y coautor del análisis. En general, las tasas de aceptación de los refuerzos bivalentes todavía son “muy muy bajas”, dijo, y agregó que no hay urgencia: “Hemos estado advirtiendo durante meses que es probable que los casos vuelvan a aumentar, y que los residentes y el personal necesitan aplicarse los nuevos refuerzos para maximizar la protección contra el virus, pero no lo están haciendo”.

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Houser dijo que las tasas son particularmente alarmantes dado que Estados Unidos ha entrado en un período históricamente preocupante: el invierno. En los últimos dos años, los mayores picos de casos y muertes ocurrieron durante finales del otoño y principios del invierno.

Y este aumento familiar de temporada parece estar ocurriendo una vez más en los hogares de ancianos, según el análisis. Las tasas de casos entre los residentes y el personal aumentaron más del 50% en las cuatro semanas que terminaron a mediados de diciembre, en comparación con las cuatro semanas anteriores. La tasa de casos de residentes —1 de cada 17 tuvo un resultado positivo— fue la más alta desde febrero del 2022, y solo se ha superado durante los picos de los últimos dos brotes de invierno.

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Las muertes por COVID-19 entre los residentes también aumentaron durante el segundo mes consecutivo, con aproximadamente 1,100 muertes reportadas a nivel nacional. La cifra representa un aumento del 14% en comparación con el período de informe anterior de cuatro semanas. Ya han muerto a causa del virus más de 180,000 residentes y trabajadores de hogares de ancianos, lo que representa aproximadamente una sexta parte del total de muertes por COVID-19 en el país.

Crecen las voces que piden mejoras

El Gobierno federal contrató a CVS, Walmart y otras farmacias para llevar a cabo clínicas de vacunación en la mayoría de los hogares de ancianos del país a finales del 2020 y principios del 2021, y mediante estos esfuerzos se logró que los residentes recibieran rápidamente la serie primaria de vacunas contra la COVID-19. Un mandato federal que entró en vigor a principios del 2022 y exige que todos los trabajadores de hogares de ancianos se apliquen una serie primaria de la vacuna fomentó también en gran medida la aceptación del personal. Según análisis de AARP, tanto las tasas de vacunación de los residentes como las del personal alcanzaron casi el 90%, y muchos estados se ubicaron muy por encima de esa tasa.

Pero ninguna campaña de esta escala ha sido realizada para las vacunas posteriores. Además, ninguna parte del mandato federal de vacunación requiere que los trabajadores se mantengan al día con las vacunas. Aunque algunos estados han emitido sus propios mandatos relacionados con el refuerzo para los trabajadores, o han ayudado a coordinar clínicas de administración de vacunas, la mayoría no lo han hecho, por lo que los centros han debido arreglárselas por su cuenta. Muchos operadores han informado que se enfrentan a altas tasas de renuencia a vacunarse, falta de conocimiento o confusión sobre las vacunas de refuerzo bivalentes, falta de personal para administrarlas, además de fatiga por la pandemia en sus comunidades.

“Tuvimos una campaña muy organizada para la distribución inicial de la vacuna que, a pesar de algunos problemas, logró aumentar las tasas rápidamente”, dijo R. Tamara Konetzka, profesora de Ciencias de la Salud Pública en la Universidad de Chicago. “Pero eso no es suficiente”, dijo. “La vacunación no es un evento único, es un proceso continuo, y creo que el proceso relacionado con las vacunas de refuerzo no ha sido un proceso organizado”.

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“Las políticas [de vacunación] no pueden permanecer estancadas”, concluyó Konetzka, en un reciente estudio de JAMA Network sobre la COVID-19 (en inglés) en hogares de ancianos, del cual es coautora. El estudio descubrió que a medida que han surgido variantes más nuevas, infecciosas y transmisibles del virus, el régimen original de dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 ya no se relaciona con tasas más bajas de consecuencias adversas a causa de la COVID-19 en los hogares de ancianos. “Esto sugiere que tal vez se necesiten dosis adicionales de refuerzo para el personal para manejar eficazmente la pandemia en los hogares de ancianos”, dice el informe.  

AARP les escribió a los CMS (en inglés) , que regulan los más de 15,000 hogares de ancianos del país, a finales de diciembre y pidió “tomar más medidas” para aumentar las tasas de residentes y personal al día con sus vacunas. La carta criticó a la agencia por flexibilizar demasiado el cumplimiento de sus requisitos de vacunación contra la COVID-19 para el personal y pidió que se aumentaran las consecuencias por incumplimiento. También urgió a la agencia a aumentar la educación sobre las vacunas y la difusión proactiva en los hogares de ancianos con tasas bajas de residentes y personal al día con sus vacunas y a establecer clínicas de vacunación en los centros.

Durante la llamada de los CMS con los interesados de la industria la semana pasada, los funcionarios dijeron que 150 clínicas en hogares de ancianos se realizaron en todo el país entre finales de noviembre y finales de diciembre, lo que resultó en la vacunación de más de 4,000 residentes y más de 1,300 empleados. Los funcionarios dijeron que continuaban en comunicación para ofrecer asistencia, educación y apoyo.

“Realmente esperamos que acepten la ayuda de estos grupos”, dijo Brooks-LaSure, administradora de los CMS. “Recibir la vacuna actualizada es la herramienta más importante que tenemos para prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes por COVID-19, y los residentes de los hogares de ancianos, que a menudo son particularmente susceptibles a consecuencias graves a causa del virus, merecen el nivel más alto de protección que podemos ofrecer”.

El análisis estuvo a cargo del Instituto de Política Pública de AARP y el Scripps Gerontology Center de Miami University (enlace en inglés) en Ohio, y se basa principalmente en datos del Nursing Home COVID-19 Public File (enlace en inglés) de los Centros de Servicios de Medicare y Medicare. La mayoría de los hogares de ancianos están certificados por el Gobierno federal y están obligados a presentar informes al Gobierno semanalmente.

Este análisis continuo solo recopila datos de los hogares de ancianos certificados por el Gobierno federal, a diferencia de otros informes que incluyen datos de todos los centros de cuidados a largo plazo, tales como centros de vida asistida, de vida independiente, de cuidado de la memoria y otras instituciones. El próximo mes, cuando se disponga de nuevos datos federales, se publicará un análisis actualizado. Más información sobre el análisis (enlace en inglés).

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