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La pandemia cambia el modo en que familiares y amigos procesan el duelo

La tecnología ocupa un nuevo e importante lugar en los funerales.


spinner image Dos personas paradas cerca de un féretro al fondo mientras una cámara los graba
THOMAS KRONSTEINER/GETTY IMAGES

Sterling “Ruffin” Maddox Jr., de 78 años, era una persona influyente en el área de Washington, D.C. Ingeniero civil, fue legislador estatal por Maryland y trabajó como promotor y agente inmobiliario.

Era una persona sociable por excelencia, el tipo de persona que normalmente reuniría una gran multitud en su funeral. Pero estos tiempos no son tiempos normales.

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Luego de la muerte de Maddox por COVID-19 el 24 de marzo en un centro de vida asistida en Virginia, hubo un velorio privado en una funeraria de Maryland. Asistieron solamente sus dos hijas, dos nietos y, gracias a la aplicación FaceTime, un pastor. Sus hijas pusieron un teléfono celular sobre una almohada cerca del oído de Maddox en el ataúd para que sus dos hermanos en Florida pudieran despedirse.

Su hija menor, Jennifer Maddox Sergent, de 50 años, dice que no esperaba que la muerte de su padre fuera distinta a la de su madre, quien falleció en el 2017. Ella y su hermana Katharine estuvieron junto a su madre y sostuvieron sus manos.

spinner image Sterling “Ruffin” Maddox Jr. (centro) con sus hijas, Jennifer Maddox Sergent y Katharine Maddox
Sterling “Ruffin” Maddox Jr. (centro) con sus hijas, Jennifer Maddox Sergent y Katharine Maddox.
CORTESÍA DE JENNIFER MADDOX SERGENT

"Fue una muerte hermosa", dice Sergent. "Ese no fue el guion que tuvimos que seguir esta vez".

Antes de contraer el coronavirus, Maddox sufría del mal de Parkinson y demencia. El hecho de que la residencia prohibió las visitas en marzo significó que sus hijas no pudieron estar con él en sus últimos 12 días.

"Nuestra experiencia se ha repetido decenas de miles de veces en todo el mundo", dice Sergent. “Pasas días y semanas sin poder ver a tus seres queridos, y de repente ya no están, nunca puedes despedirte en forma apropiada".

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La transformación de los ritos funerarios

Las despedidas "apropiadas" son, por ahora, un ritual del pasado. En estos momentos en que muchas familias del país, como la de Maddox, están de duelo y reciben apoyo de miembros del clero y directores funerarios, las órdenes de quedarse en casa, el distanciamiento social y las restricciones de viaje están reescribiendo las normas de despedida.

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Según David Kessler, un escritor y experto en duelo y sanación de 61 años, eso es bueno. Kessler dice que no se deben demorar los rituales, incluso si las restricciones que originó la pandemia hagan necesario modificar las tradiciones. "Si tu ser querido murió hoy, este es el momento del duelo. Este es el mes de duelo", dice. "Siempre puede haber una reunión en persona más adelante".

El psicólogo Alan Wolfelt, de 65 años, fundador del Center for Loss & Life Transition (en inglés) en Fort Collins, Colorado, concuerda en que las personas que han perdido a alguien por COVID-19 o por cualquier otra causa deberían considerar una pequeña ceremonia ahora y una reunión más grande más adelante. "Todo aquello que demore un funeral está demorando el proceso natural de duelo", dice. "Es mejor hacer algo que no hacer nada".

A medida que la enfermedad se propaga, las personas sienten “conmoción, negación, desorientación, confusión y pesar”, dice Wolfelt, quien ha “recorrido el trayecto con miles de personas en duelo”, incluso algunas que perdieron a un ser querido en los ataques terroristas del 11 de septiembre. "Hay un sentido intensificado de pérdida o vacío o tristeza, todas emociones humanas naturales que forman parte del duelo".

Pero en estos momentos en que no se pueden seguir las costumbres culturales ni las tradiciones familiares o religiosas, la pregunta es qué hacer.

"Los directores funerarios tratamos a las familias como si fueran parte de nuestra familia. Nuestro corazón se rompe un poco cada vez que entra uno de ellos".

— Ellen McBrayer, directora funeraria

Ahora, las personas en duelo participan virtualmente de velorios, servicios fúnebres y entierros. Las familias usan transmisiones directas de video o audio y videollamadas para facilitar la participación de quienes quieren llorar juntos la pérdida del ser querido.

En un suburbio de Atlanta, Ellen McBrayer, directora funeraria de 41 años, y su marido Scott, de 42, usaban muy poca tecnología en su empresa fúnebre Jones-Wynn Funeral Homes & Crematory, establecida en 1950.

Ahora, transmiten los servicios fúnebres por Facebook Live, si se lo piden, para que el grupo presencial se limite a 10 personas o menos, que respetan el distanciamiento social.

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"Con un virus tan poderoso, el distanciamiento social ha creado nuevos problemas", dice ella.

Los entierros también están cambiando. Hasta nueve personas y un oficiante se ubican cerca de la tumba, y otros en el cementerio permanecen en sus vehículos y miran un video por FaceTime o escuchan el audio por Bluetooth.

"Los directores funerarios tratamos a las familias como si fueran parte de nuestra familia", dice Ellen McBrayer, madre de cuatro hijos. "Nuestro corazón se rompe un poco cada vez que entra uno de ellos".

Las historias que ha escuchado desde la pandemia pesan en el corazón de McBrayer. Algunas de ellas:

Una hija estaba en camino a ver a su madre enferma en un centro de cuidados paliativos para enfermos terminales en marzo, cuando el centro prohibió las visitas. Dijo que su madre se estaba apagando y era muy tarde para un adiós final, de modo que "mi madre tuvo que morir sola".

Otra hija que perdió a su padre le contó a McBrayer que estaba agradecida que una enfermera del hospital se mantuvo al lado de su padre durante los momentos finales y “no le soltó la mano".

Un hombre que fue hospitalizado no pudo recibir el sacramento católico llamado extremaunción, que se administra a las personas enfermas de gravedad. Después de su muerte, recibió los últimos ritos en la empresa funeraria.

Pero también han surgido nuevas tradiciones. Ahora, en la puerta principal se pueden ver canastas para que los amigos dejen tarjetas de pésame sin que haya proximidad física, dice McBrayer.

Y, en un giro al festín que sigue al funeral, una familia rindió tributo a su patriarca fallecido con comidas separadas y una charla por FaceTime. "Se rieron porque él no había sido el mejor asador, pero le encantaban los perros calientes y las hamburguesas", dice, de modo que el menú consistió exactamente en eso.

Consejos clave de expertos

David Kessler, especialista en duelo

• Ten en cuenta que estas dificultades son temporales. "Este confinamiento terminará. La epidemia se atenuará", observa. "A toda noche oscura le sigue un amanecer. Ninguna tormenta dura para siempre".

Alan Wolfelt, psicólogo

• Si no puedes asistir a un funeral a causa de las restricciones, considera una pequeña ceremonia en tu hogar.

• Recuerda que las familias que están de duelo necesitan apoyo ahora, de modo que comunícate por teléfono, mensaje de texto, FaceTime o Skype. Escribe una carta para compartir recuerdos y ofrecer tus condolencias.

• Los familiares deben ajustarse a la tradición, pero también deben adaptarse. En la fe judía, las personas que están de luto observan "shiva" (palabra hebrea que significa "siete") durante una semana después del entierro de un familiar cercano. Durante el ritual, otros familiares se acercan con comida y ofrecen consuelo y oraciones. Las visitas por teléfono son una alternativa.

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