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Cómo equilibrar el cuidado de tu mamá con su esposo

Maneras de resolver y asignar tareas entre los hijos adultos y el padrastro o la madrastra.

Imagen de una pareja mayor riéndose.

Nasos Zovoilis/Stocksy

Muchas familias de mayor edad que cuidan de un pariente además son familias mixtas y deben aprender a llevarse bien entre ellos.

In English | A Alice, una antigua clienta mía de 51 años, no es que le cayera mal Kurt, su padrastro. Simplemente nunca llegaron a conocerse bien porque Suzanne, la madre de Alice, una mujer divorciada de 75 años, conoció a Kurt en una clase de yoga y se casó con él un año después. Kurt siempre andaba contando chistes, y Suzanne estaba feliz con él. Pero como hacía poco a Suzanne le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson en su etapa inicial, Alice no estaba segura de que él mantendría su dedicación a medida que avanzara la enfermedad. “La responsable de cuidarla debería ser yo”, pensó Alice.


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Kurt se opuso rotundamente. Cuando Alice se ofreció a llevar a su madre en su automóvil a las citas médicas, Kurt se rehusó y dijo que él lo haría. Cuando ella quiso acompañarlos a las citas, Kurt se resistió. Era como si no quisiera que Alice invadiera su “terreno” de prestación de cuidados. Cuando Alice se quejó de eso con Suzanne, su madre al principio pareció incómoda y no dijo nada. Después le dijo a su hija: “A él le gusta hacer las cosas a su manera. Es mi esposo ahora”. “Pero yo soy tu hija”, pensó Alice. Se sintió rechazada y dolida.

Desde 1980, la tasa general de divorcio en EE.UU. ha estado entre el 40% y el 50%. Para parejas mayores de 50 años, la tasa de lo conocido como “divorcio gris” se duplicó entre el 1990 y el 2010; para las parejas de 65 años o más, se triplicó. A estas separaciones les han seguido números crecientes de nuevos matrimonios y parejas que viven juntas. Por eso, muchas familias de adultos mayores que cuidan de un pariente también son familias mixtas —combinaciones de parejas, hijos y a veces mascotas de distintos clanes y hogares que deben aprender a llevarse bien—. Como ha señalado la psicóloga y experta en familias reconstituidas Patricia Papernow, estas mezclas hacen que los desafíos de cuidar de un padre o madre que envejece y administrar el dinero familiar sean mucho más complejos y potencialmente divisivos.

No es que Alice quisiera hacerse cargo de todo, pero necesitaba estar segura de que Suzanne recibiría buenos cuidados. Desafortunadamente, Kurt sintió resentimiento por los miedos de Alice e insistió en demostrar su valía manteniendo el control. Este comportamiento solo debilitó la poca confianza que Alice le tenía. Suzanne se sintió atrapada entre sus dos seres queridos tercos que se peleaban.

¿Cómo pueden esta familia y otras superar estos conflictos de difícil resolución? A continuación presentamos algunas ideas.

Respeta los deseos de tu padre o madre y su nuevo amor. No tiene que gustarte la persona, pero debes ser cordial y cooperar con él o ella por el bien de tu progenitor. Eso podría significar trabajar juntos en tareas importantes, como la prestación de cuidados. O hasta podría significar adherirse a la decisión de tu padre o madre de darle a su nuevo cónyuge un poder notarial para que tome decisiones sobre su salud y sus finanzas, y así convertirlo en líder de cualquier futuro equipo de prestación de cuidados. Si te opones a este arreglo, podrías correr el riesgo de alienar tanto a tu padrastro o madrastra como a tu progenitor.

Supón que existe buena fe, no malas intenciones. A menos que haya fuertes indicios de que, de hecho, tu padrastro o madrastra no está dispuesto o no es capaz de cuidar de tu madre o padre, entonces debes suponer que hará todo lo posible. Poner en duda sus motivos o capacidad seguramente provocará una respuesta defensiva. En su lugar, brinda apoyo con tus palabras además de maneras específicas en las que puedes ayudar. Esa es la mejor manera también de demostrar tu buena fe, como un compañero confiable.

Recurre al amor mutuo. Una obviedad de la terapia familiar es que las peores peleas entre familiares a menudo tienen más que ver con interesarse demasiado en vez de no lo suficiente. Si estás en desacuerdo con tu padrastro sobre las decisiones o rutinas de prestación de cuidados, ten presente que ambos aman a la misma persona y tienen firmes convicciones para ayudarla. Si recuerdan que están juntos en esta labor y solo están en desacuerdo sobre la mejor manera de realizarla, quizás puedan dar un paso atrás con mayor facilidad y apreciar la devoción de la otra persona. Así podrían comenzar a sentir mayor empatía.

No descartes una relación más estrecha. Los hijos adultos y sus padres que envejecen pueden mantener relaciones más estrechas o más distantes, basado en la manera en la que cooperan y la calidad de sus interacciones durante los años de prestación de cuidados. Lo anterior es también cierto para los hijastros y los padrastros, en particular si anteriormente casi ni se conocían. Tan solo trabajar juntos por primera vez podría engendrar un mayor respeto. Pero además, compartir emociones como la tristeza podría lograr un mejor entendimiento y una relación más estrecha, y construir la base para una verdadera relación familiar con el tiempo.