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Guía práctica sobre el cambio climático

Cómo afecta a tus finanzas, tu salud y vivienda, y lo que puedes hacer al respecto.


spinner image Cuatro imágenes que muestran los efectos del cambio climático
De izquierda a derecha: Springs Fire en el sur de California en 2013; Inundaciones de Carolina del Sur causadas por el huracán Florence en 2018; secuelas del huracán Katrina en Misisipi en 2005; hielo y nieve en Texas en el 2021.
David McNew/Sean Rayford/Getty Images; Greg Ruffing/Redux; Tamir Kalifa/The New York Times

¿Te acuerdas de la gigantesca tormenta de nieve que cayó sobre Texas en febrero? Tormentas de hielo que no se habían visto hicieron estallar los árboles contra los cables de electricidad y congelaron las turbinas eólicas que encienden los habitantes en Texas para dotarse de luz y calefacción. En algunas zonas, las temperaturas récord causaron nevadas que no se habían visto desde el gobierno de Truman. También se congelaron las tuberías que suministran gas natural a las centrales eléctricas. Las familias se agruparon en la oscuridad en busca de calor durante días, y el país vio su desdicha por televisión.

Recordemos ahora los casi 10,000 incendios que hubo en California en el 2020 que consumieron más de 4.2 millones de acres de bosques y cobraron la vida de 33 personas. Solamente el incendio del Complejo Norte fue responsable de la quema de más de 300,000 acres y cobró la vida de 16 personas. La temporada de incendios del año pasado fue la peor en la historia de California: causó la pérdida de incontables secoyas milenarios y cambió la naturaleza del estado dorado para siempre. Una vez más, intervino el clima extremo: relámpagos y una ola de calor sin precedentes, combinados con los vientos del Diablo y de Santa Ana, causaron incendios que mantuvieron a California en las noticias vespertinas durante gran parte del verano.

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Esos son los extremos del cambio climático, pero además el clima de todos los días se ha convertido en extremo. Los científicos han estado midiendo la temperatura del aire desde los años 80, y el 2020 fue el segundo más caluroso de los últimos 140 años en la Tierra, según la National Oceanic and Atmospheric Administration. Es más, los 19 años más calurosos, hasta ahora registrados, se han producido desde el año 2000. Sin importar lo uno piense de las causas, el clima está cambiando y las repercusiones ya no son una preocupación tan lejana. El aumento de la temperatura y un clima más intenso producen una serie de problemas que afectan la vida de los adultos mayores, como la zona donde elegimos vivir, los nuevos riesgos de salud a los que nos enfrentamos, y también el estilo de vida que tanto hemos anhelado.

Con el fin de evaluar estos riesgos, AARP Bulletin conversó con más de tres decenas de expertos y analizó más de noventa estudios. Clasificamos sus opiniones sobre el impacto actual e inmediato del cambio climático para los adultos mayores en cuatro categorías: finanzas, vivienda, salud y actividades cotidianas. Los expertos también comparten sus consejos sobre lo que podemos hacer para mitigar estos problemas ahora y en caso de que empeoren.

spinner image Dos imágenes: un generador de emergencia detrás de una tienda de comestibles en Florida y un agricultor que muestra su cosecha arruinada por la sequía
Un generador de emergencia en un supermercado en Royal Palm Beach, Florida; El agricultor de hortalizas Lars Fischer muestra una col rizada dañada por la sequía.
Jane Fulton Alt / Gallery Stock; Jens B'ttner/picture-alliance/dpa/AP Images

Tus finanzas

Riesgo: mayor riesgo de tormentas

Impacto: aumento del precio del seguro inmobiliario

Alguien tiene que pagar por la devastación que causan las heladas, las inundaciones, los huracanes y los incendios que protagonizan cada vez más las noticias, y probablemente seamos nosotros quienes asumamos ese gasto en forma de mayores costos de seguros. Las tarifas anuales de las pólizas de propietarios son altísimas en Luisiana y Florida después de las tormentas, donde las primas ahora ascienden a más de $3,000 por año incluso con el costo relativamente bajo de reconstrucción, según el Insurance Information Institute. Para algunos residentes de California, el seguro contra incendios se disparó un 300% en el 2019 tras las grandes quemas que se produjeron en el estado.

Sin embargo, otro factor que aumenta estos costos es la incertidumbre. “Si las compañías de seguro temen que las peores situaciones puedan incluso empeorar, deberán prepararse para ello y exigir primas más altas”, señala Robert Erhardt, quien investiga Estadísticas Medioambientales y Climáticas en Wake Forest University. Por ejemplo, una tormenta en la que caen 40 pulgadas de lluvia durante cuatro días en Texas era casi impensable hasta que llegó el huracán Harvey en el 2017. Después de eso, los actuarios volvieron a calcular las probabilidades al 18% de que se produzca una tormenta similar o peor para fines del siglo XXI debido al cambio climático. Esto se traduce en facturas más altas.

Con más de $20,000 millones en deuda por los pagos por los huracanes, el National Flood Insurance Program de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aumentó las primas en el 2020 en un promedio de 11.3%, y mucho más en el caso de las propiedades situadas en las zonas más propensas a inundaciones. Todo esto también está dando lugar a una reforma del sistema. FEMA pronto revelará el “Risk Rating 2.0”, el mayor cambio en la forma de calcular las primas del seguro contra inundaciones desde que se creó el programa en 1968, y los nuevos precios cobrarán vigencia el 1.° de octubre. Tampoco es necesario vivir en zonas peligrosas para que aumenten las primas de seguro. Los $20,000 a $25,000 millones en reclamaciones que se pagaron por Harvey “se trasladan a los clientes incluso si vives en Washington o Maine”, explica David Havens, quien cubre el segmento de seguros del banco de inversiones Imperial Capital. “Cuando los precios del seguro individual aumentan luego de una gran pérdida, los precios mayoristas aumentan incluso más, y las compañías de seguros deben recuperar esas pérdidas”.

Riesgo: condiciones agrícolas caóticas

Impacto: alimentos más costosos

¿Crees que gastas demasiado en el supermercado? Considera que el verano pasado, al menos un tercio de las cosechas de maíz, soya y otros cultivos de Iowa fueron arrasados por fuertes y prolongadas tormentas eólicas que causaron daños destructivos por el viento y las lluvias torrenciales en el medio oeste. El clima extremo también afectó el suministro de una bebida favorita: el año pasado, la cosecha de uva de vinificación de California disminuyó un 14%, en gran parte debido a los incendios forestales.

En general, el costo de los alimentos en el 2020 aumentó más del doble que el año anterior, según el Índice de Precios al Consumidor. No hay duda de que la pandemia ocasionó algunas interrupciones en la producción y la distribución, pero los expertos advierten que el clima también influyó y hará que los precios sigan siendo más altos. Los cultivos especiales como el café, el cacao, el té, la miel y la vainilla son aún más vulnerables. Amanda Little, autora de The Fate of Food, señala que “Es probable que veamos más escasez y aumento de precios en los alimentos más deliciosos”.

Prioridades de AARP

La política de AARP se centra en tres áreas principales del cambio climático que afectan a las personas mayores:

Energía: AARP apoya políticas de energía sostenible de tipo económicas y confiables que garanticen la posibilidad de que todos los consumidores puedan cubrir las necesidades energéticas esenciales.

Comunidades habitables: AARP pide opciones de transporte que incluyan alternativas con respecto a conducir autos; viviendas que utilicen materiales y tecnologías que disminuyan el uso de energía y agua; acceso a parques; y políticas que tomen en cuenta los desastres naturales.

Salud: la política de AARP apoya soluciones al impacto inmediato y a largo plazo del cambio climático en la salud de los adultos mayores, las personas con discapacidades y otras poblaciones vulnerables.

El cambio climático representa un riesgo aún mayor en otras zonas del mundo, ya que algunas poblaciones del Medio Oriente y África Oriental enfrentan condiciones de hambruna.

Oportunidad: mitigación del clima

Impacto: más inversiones “ecológicas”

En toda crisis emergen la oportunidad y la esperanza. Las empresas están invirtiendo en tecnologías ecológicas, y su éxito podría potenciar tus fondos de jubilación o de inversión. La “inversión ecológica” está en auge, ya que los inversores compran acciones, bonos y fondos que se centran en la sustentabilidad medioambiental.

En los últimos años, la cantidad de oportunidades de inversión en la categoría ESG (aspectos ambientales, sociales y de gobernanza) se ha disparado, con cerca de 400 fondos de capital variable y fondos cotizados en bolsa ESG, según el analista de fondos Morningstar. Algunos están invirtiendo en activos como bonos verdes, acciones de energía eólica y fondos de energía limpia.

Estas alternativas les brindan a los jubilados y a quienes se acercan a la jubilación otras opciones de diversificación, según Mitchell Kraus, planificador financiero y consultor autorizado de inversión con responsabilidad social en Santa Mónica, California. “Casi todas las inversiones en la categoría ESG superan las inversiones convencionales o se comportan de forma similar”, señala Tensie Whelan, directora fundadora del Stern Center for Sustainable Business de New York University, y cita un metaanálisis de más de mil informes de investigación que el centro llevó a cabo en colaboración con Rockefeller Asset Management. Sin embargo, como con cualquier tipo de inversión, existen riesgos. Los inversores podrían perder dinero, advierte Whelan. Y como no existe una norma universal establecida sobre lo que se categoriza como ESG, hay un margen para la interpretación, señala.

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spinner image Dos imágenes relacionadas con las inundaciones por el cambio climático
Varias personas son rescatadas después de que su vecindario se inundó con la fuerte lluvia tras el paso del huracán Harvey, el 28 de agosto de 2017, en Houston, Texas; Una casa elevada en Anna Maria Island, Florida.
Scott Olson/Getty Images; Jörg Modrow/laif/Redux

Tu hogar

Riesgo: fuertes temperaturas

Impacto: cambios en el área donde vivirías en la la jubilación

El nuevo destino atractivo para tus años dorados podría no ser tan cálido. “Es probable que los jubilados eviten la zona calurosa del sur y prefieran los estados del Atlántico medio, la costa de Nueva Inglaterra y el medio oeste debido a los cambios climáticos”, advierte el gerontólogo Karl Pillemer, de Cornell University.

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En la medida en que sube la temperatura y aumenta el nivel del mar, lugares como Toledo, en Ohio; Boise, en Idaho; y Burlington, en Vermont, pueden convertirse en zonas más seguras para los adultos mayores que se trasladan a otras áreas del país. Se dice —a manera de broma— que la ciudad de Duluth, en Minnesota, es la “ciudad más resistente al clima” del país. “Las ciudades del interior del país situadas en una mayor altitud y elevación están más aisladas del calor extremo y las inundaciones costeras”, advierte Jesse M. Keenan, profesor adjunto de Bienes Raíces en Tulane University y experto en Adaptación y Planificación Climáticas. Hace referencia a “las señales de mayores agrupaciones de jubilados en ciudades situadas a lo largo de las montañas Apalaches y Blue Ridge” donde hay menos riesgos medioambientales que en previos sitios cálidos en la costa, así como un menor costo de vida.

Qué puedes hacer por tu vivienda

Adquiere un seguro. Trata de adquirir una póliza con deducibles más altos para reducir las primas. Cambiar el techo también puede reducir el costo del seguro.

Protege tu vivienda. Trata de que te instalen un aislamiento más denso, un sistema de aire acondicionado más eficiente y unas ventanas que reduzcan el consumo eléctrico. “Cuanto antes lo hagas, lo harás con más tranquilidad y te saldrá más conómico”, dice Carlos Martín, investigador principal del Metropolitan Housing and Communities Policy Center del Urban Institute. "No conviene llegar al punto en que se convierta en una crisis". Si padeces una enfermedad para la cual necesitas un equipo de soporte vital o cierto nivel de frío o calor, la empresa de servicios públicos te puede ofrecer un descuento por el aire acondicionado en concepto de necesidad médica.

Ahuyenta a las garrapatas y los mosquitos. Los CDC recomiendan usar repelentes con DEET, picaridin, IR3535, aceite de limón y eucalipto, para-mentano-3,8-diol o 2-undecanona. Para protegerte mejor contra las garrapatas, prueba los calcetines, pantalones, camisas y sombreros tratados con permetrina.

Forbes ahora considera el riesgo climático en su selección anual de 25 ciudades de ensueño para los jubilados. “Cuando consideras los incendios, la sequía y los deslizamientos de tierra de California, los días de más de 100 grados en Arizona y los huracanes e inundaciones de Florida, comienzas a pensar de forma diferente sobre el lugar donde te gustaría vivir tus años de jubilación”, indica Wiliam P. Barrett, colaborador de Forbes. Ese es un importante motivo por el cual Fargo, en Dakota del Norte, es el único lugar que ha permanecido en la lista de mejores lugares para jubilarse durante los diez años que la revista la ha elaborado. “Al elegir lugares para vivir después de la jubilación, es importante pensar en factores como el costo de vida general, el acceso a la atención médica, la accesibilidad a pie y los índices de delincuencia”, señala Barrett. “Pero también querrás salir sin pasar demasiado calor ni preocuparte constantemente por tener que evacuar a tierras más elevadas”.

Riesgo: catástrofes climáticas crónicas

Impacto: disminución del valor de las propiedades

En los círculos de bienes raíces lo llaman la crisis de las viviendas costeras, causada por la elevación del nivel del mar y las inundaciones moderadas. Dado que se predijo que en Estados Unidos los niveles oceánicos se elevarán hasta 2 pies para el 2045 y hasta 6 pies para el 2100, puede ser el momento de repensar la casa en la playa. La amenaza ya está repercutiendo en los precios de las zonas de alto riesgo de Florida, incluso cuando el mercado inmobiliario en general registra ganancias y cuando los magnates de la tecnología se desplazan a Miami. “La venta de viviendas en las áreas costeras más expuestas de Florida comenzó sigilosamente a descender en el 2013, y más recientemente, los precios de las viviendas comenzaron a bajar, todo directamente relacionado a los cambios climáticos”, explica Benjamin Keys, profesor de Bienes Raíces y Finanzas en la Facultad Wharton de University of Pennsylvania. Su informe de investigación del 2020 sobre 1.4 millones de transacciones de bienes raíces reveló que la cantidad de ventas de viviendas disminuyó del 16 al 20% entre el 2013 y el 2018 en las comunidades de Florida más cercanas a la costa. “En este caso, el agua puede literalmente erosionar el valor de tu inversión más preciada”, advierte Keys.

En otras zonas del país, la elevación del nivel del mar hundió los valores de las viviendas en 18 estados, desde Maine a Texas, en 15,900 millones entre el 2005 y el 2017, según una investigación publicada por First Street Foundation, una organización sin fines de lucro. Esta baja incluyó 81,900 viviendas en la zona costera de Carolina del Norte —imagina los Outer Banks, devastados por huracanes e inundaciones— que sufrieron una pérdida de valor de $582 millones. Las inundaciones por mareas altas a lo largo de la costa del Golfo de Misisipi, incluso la devastación causada por el huracán Katrina, erosionaron cerca de $264 millones en valores de viviendas en el mismo período de 12 años.

Al igual que ocurre con el agua, también ocurre con el fuego. Luego de los catastróficos incendios del 2018 que dañaron de gravedad la ciudad de Paradise al norte de California, los valores de las viviendas disminuyeron un 20.5% entre octubre del 2019 y octubre del 2020, según el sitio web de la empresa de bienes raíces Redfin. Sin embargo, es interesante notar que en California los incendios también pueden estimular el mercado, cuando quienes sufrieron la pérdida de su hogar por los incendios ahora se apresuran a encontrar viviendas cercanas. En el condado de Napa, asolado por el fuego, las ventas aumentaron el 40% en el tercer trimestre del 2020 con respecto al mismo período del año anterior, y más del 50% en el mismo período luego de los incendios en el condado de Sonoma.

Si no deseas renunciar al sueño de vivir frente al océano durante tus años de jubilación, S. Jeffress Williams, científico emérito sénior del USGS Woods Hole Coastal and Marine Science Center en Massachusetts, ofrece este simple consejo: “no compres, alquila”.

Riesgo: un clima más fuerte

Impacto: viviendas más resistentes

Alrededor de tres de cada cuatro adultos de 50 años o más desean permanecer en su vivienda el mayor tiempo posible, según una encuesta que llevó a cabo AARP en el 2018. Sin embargo, tal vez se necesite hacer importantes modificaciones debido al efecto que tienen las olas de calor, las inundaciones y los incendios en las viviendas.

Entre los posibles riesgos están: moho en el sótano y en los pisos, daño en el techo por los fuertes vientos y pérdida de electricidad por las tormentas, según Carlos Martín, investigador principal del Metropolitan Housing and Communities Policy Center del Urban Institute.

Esta situación obliga a muchos propietarios a hacer que sus edificaciones sean más resistentes al clima. Por ejemplo, quienes viven cerca de zonas propensas a incendios tal vez deban modernizar el sistema de filtración de aire. Si vives en una zona de inundaciones, considera trasladar los equipos de servicios públicos del sótano a la superficie. Y la unidad de aire acondicionado tal vez deba ser reemplazada por un modelo más eficiente que pueda enfriar mejor la vivienda. En algunos lugares, la construcción nueva e incluso las renovaciones consisten en elevar las viviendas y hacerlas más fuertes y más resistentes al viento y al agua. Muchos ya están tomando medidas: el gasto en los generadores eléctricos de reserva aumentó el 36% entre el 2016 y el 2019, hasta cerca de $6,000 millones al año, según el Wall Street Journal. También hay una demanda de techos metálicos, que se consideran los más resistentes a los vientos fuertes. La Metal Roofing Alliance reportó que se instaló techo de metal en el 8% de las viviendas que se construyeron en el 2019, el doble de su participación en el mercado en el 2018. La industria atribuye el interés principalmente al clima más extremo.

spinner image Personas mayores sentadas dentro de un centro de enfriamiento
Residentes del Lower East Side de Nueva York escapan del calor en uno de los centros de enfriamiento designados por la ciudad.
AP Photo/David Goldman

Tu salud

Riesgo: cambios estacionales

Impacto: más alergias y picaduras de insectos

¿Te parece que las plantas están floreciendo antes de tiempo? No es tu imaginación. Uno de los métodos que utiliza la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) para llevar el registro de los cambios climáticos es la catalogación de las floraciones primaverales de madreselva y lila en todo el país. Los datos demuestran que “en las últimas décadas parecen prevalecer fechas más prematuras”.

El adelanto de la floración y el crecimiento de la hierba tienen dos efectos mensurables en la salud. El primero es la presencia de una mayor cantidad de polen en el aire: en promedio, las temporadas de polen en el país ahora tienen 20 días más de duración que en 1990, y el aire contiene un 21% más de polen, según un estudio que llevó a cabo University of Utah y que se publicó en febrero en Proceedings of the National Academy of Sciences. Además, en los condados en los que se adelantó la temporada de polen (del 2002 al 2013), los índices de fiebre del heno fueron un 14% más altos que en los condados en los que la primavera llegó según parámetros normales, de acuerdo con un estudio que University of Maryland llevó a cabo en el 2019.

El segundo factor es el aumento de las picaduras de insectos peligrosos. Los casos de enfermedades transmitidas por garrapatas, mosquitos y pulgas se triplicaron en Estados Unidos entre el 2004 y el 2016, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los CDC reportan que solamente los casos de enfermedad de Lyme se duplicaron entre 1991 y el 2014, al menos en parte debido al cambio climático. Las garrapatas de ciervo portadoras de enfermedades son más activas en temperaturas más cálidas, y su zona de distribución en el país se está expandiendo.

Riesgo: clima más caluroso

Impacto: enfermedades causadas por el calor

Es cierto que se conoce a Los Ángeles por su calor seco. Sin embargo, en septiembre del 2020 el condado de Los Ángeles registró la temperatura más alta de la historia —121 grados— unas pocas semanas después de que Death Valley, en California, alcanzara lo que podría ser la temperatura más alta jamás registrada en la Tierra: 130 grados. En estas condiciones, salir al aire libre unos pocos minutos es peligroso para cualquiera, pero especialmente para los adultos mayores.

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“A medida que envejecemos, disminuyen las respuestas fisiológicas a las temperaturas altas, como la sudoración, la eliminación de calor por los vasos sanguíneos dilatados en la superficie de la piel, y la sed”, explica la Dra. Soko Setoguchi, profesora de Medicina y Epidemiología en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers University y su Facultad de Salud Pública.

Las enfermedades y hospitalizaciones vinculadas al calor están aumentando. Según la EPA, que recoge datos sanitarios como indicadores de cambios climáticos: “Los índices relativamente altos de hospitalizaciones en el sudeste y el medio oeste sugieren un vínculo entre los veranos más calurosos y húmedos y los índices más altos de enfermedades vinculadas al calor, en comparación con otras regiones”. Las internaciones hospitalarias y las visitas a salas de emergencia por insuficiencia renal, infecciones urinarias y otros problemas de salud también han aumentado entre los adultos mayores durante las olas de calor. Al parecer, nuestros medicamentos no ayudan a resolver la situación. En un estudio que se llevó a cabo en el 2020 con más de 375,000 adultos mayores que padecen enfermedades crónicas, Setoguchi concluyó que los medicamentos como diuréticos del asa, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, bloqueadores de los receptores de angiotensina II y antipsicóticos aumentaron las probabilidades de hospitalización por problemas vinculados al calor en un 33%.

Riesgo: aumento de los niveles de ozono

Impacto: aumento de las enfermedades pulmonares

Como es sabido, los índices de tabaquismo en Estados Unidos han estado disminuyendo: de casi el 21% de los adultos en el 2005 al 14% en el 2019, según los CDC. Por lo tanto, sería lógico que las enfermedades pulmonares también disminuyeran. Eso puede ser cierto en muchos casos, pero no en el caso del enfisema: los índices de esta enfermedad que dificulta la respiración han permanecido generalmente estables, según la American Lung Association.

Los científicos suponen que una de las causas es el aumento de los niveles del ozono troposférico, un gas invisible vinculado al escape de los automóviles y las emisiones industriales. El vínculo con el cambio climático es el siguiente: el calor y la luz del sol convierten los agentes contaminantes en ozono. (No se trata de la “capa de ozono” de la Tierra, que se encuentra de 9 a 18 millas sobre la superficie. El ozono atmosférico nos protege contra la radiación del sol, y es favorable). En el 2019, Joel Kaufman, médico y epidemiólogo de University of Washington, publicó un estudio realizado con 7,000 adultos de mediana edad y mayores que residían en zonas urbanas. Este estudio reveló que el ozono guardaba un fuerte vínculo con la evolución de cambios similares al enfisema en imágenes pulmonares y con una disminución de la actividad pulmonar. “Me sorprendió mucho”, señala Kaufman con respecto a los estudios de pulmón que examinó. “Ciertas fracciones de los pixeles en las imágenes indicaban que había aire donde debería haber tejido pulmonar normal. Estos cambios similares al enfisema en los pulmones se relacionaban tanto con las concentraciones de ozono en el exterior de las viviendas como con fumar cigarrillos”.

De modo similar, una de cada cuatro personas que actualmente padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no es fumadora, según un estudio que los CDC llevaron a cabo en el 2017.

spinner image Un jardín resistente a la sequía en California
Jardín de techo verde tolerante a la sequía en Los Ángeles, incorpora muchas características sostenibles en su diseño. Es un edificio certificado por Leed.
Citizens of the Planet/Education Images/Universal Images Group via Getty Images

Tu estilo de vida

Riesgo: cambio de climas estacionales

Impacto: condiciones más difíciles para el cultivo

Durante décadas, los horticultores se han guiado por los mapas de zonas de resistencia del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para saber las especies que pueden sobrevivir el invierno en la región. Sin embargo, en el 2012 la agencia actualizó su mapa para indicar un mundo más cálido. En general, el nuevo mapa indicaba un cambio de 5 grados en las temperaturas mínimas promedio de invierno en la mayor parte del país. Si bien una temporada de cultivo más larga es favorable para algunos —como los horticultores que tradicionalmente no podían cultivar vegetales que prefieren climas cálidos, como sandías y melones, y ahora pueden hacerlo— el cambio también presenta retos.

Las temperaturas más altas durante el verano dificultan la productividad de muchas flores y vegetales, mientras que otros cultivos necesitan una cierta cantidad de unidades de frío invernal —medidas como la cantidad de horas entre 32 y 45 grados— para producir brotes o frutos. Un cambio climático también altera la distribución geográfica de las plagas de jardín. Patty Glick, autora de The Gardener’s Guide to Global Warming: Challenges and Solutions, una vez cultivó rosas abundantes en Seattle, pero eso cambió cuando el jardín se pobló de pulgones. “Decidí que no seguiría cultivando rosas porque no quería pulverizar”, señala.

Según Glick, lo bueno es que las estrategias para adaptar los jardines al cambio climático con frecuencia tienen otras ventajas. Una capa espesa de abono ayuda a mantener la humedad en los canteros afectados por la sequía y previene la erosión en caso de chaparrones, fenómenos extremos cada vez más frecuentes. También añade materia orgánica a la tierra, que al mismo tiempo aumenta la fertilidad y retiene el carbono.

Riesgo: climas más calurosos y elevación del nivel del mar

Impacto: menos oportunidades para realizar viajes

¿Es hora de hacer cambios en la lista de lugares que desearías visitar en tu vida? Los destinos que hace tiempo ocupaban nuestra lista de “algún día”, como la Gran Barrera de Coral, las banquisas de Alaska, el Taj Mahal y la Antártida, están amenazados por el aumento de temperatura, los agentes contaminantes y la elevación del nivel del mar. En el 2019, en Venecia, Italia, se produjeron las mareas más altas en más de 50 años. En Everglades National Park, los manglares han estado creciendo más hacia el interior ya que la elevación del nivel del mar ha producido la disminución del volumen de la marisma de agua dulce. Incluso la Estatua de la Libertad en la ciudad de Nueva York está en dificultades. Las implacables tempestades durante el huracán Sandy en el 2012 produjeron más de $77 millones en daños en Liberty Island y la vecina Ellis Island.

Durante los últimos 150 años, la erosión de roca caliza que compone los famosos acantilados blancos de Dover, en Inglaterra, ha ocurrido diez veces más rápido que en los previos 7,000 años. Cuando se estableció en 1910, el Parque Nacional Glacier de Montana tenía casi 150 glaciares activos. Ahora quedan solo alrededor de 25. “Incluso si no notamos estas pérdidas cuando viajamos en este momento”, señala Nicole Sintov, profesora adjunta de Comportamiento, Determinación y Sustentabilidad en la Facultad de Medioambiente y Recursos Natuales de Ohio State University, “nuestros nietos sin duda las notarán”.

Riesgo: el calor y la deficiente calidad del aire

Impacto: confinamiento en el hogar

Más allá del riesgo para la salud, el cambio climático puede afectar tu aptitud física y tu vida social. Quienes adoptan actitudes responsables y obedecen advertencias de permanecer bajo techo los días en los que hay un alto índice de calor o una mala calidad del aire se pierden, no obstante, sus caminatas habituales, partidos de golf con amigos y viajes de pesca con los nietos. Y no se trata solo del calor. “Todo cambio climático que afecta la meteorología afectará a la población mayor más directamente y obligará a las personas a permanecer bajo techo”, señala Casey J. Wichman, economista medioambiental de Georgia Institute of Techonolgy. Además, no hay duda de que estamos mejorando la comodidad de nuestra vivienda. En los estados del noreste, solo cerca del 50% de las viviendas nuevas se construyeron con aire acondicionado central en 1975. Para el 2015, esa cifra superó el 90%. Sin embargo, se trata de un área del cambio climático que puede no ser solo malas noticias. Si bien los veranos son cada vez más calurosos, lo que ocurre es que los inviernos y las estaciones intermedias son más templadas, y eso significa que hay más oportunidades para pasear en bicicleta, hacer senderismo, ir de pesca, de campamento y hacer otras actividades al aire libre en los días de 60 a 70 grados de temperatura.

Riesgo: cambio de clima en las estaciones del año

Impacto: desaparición de las aves

Tras pasar el invierno en Florida y México, el zorzal robín solía regresar como presagio de la primavera en todo el territorio continental de Estados Unidos. Actualmente, los zorzales se observan tan al norte como Alaska y Nueva Inglaterra durante todo el invierno. “La gente considera que el cambio climático es un problema futuro, pero las aves son las grandes mensajeras de que estos cambios están sucediendo ahora”, señala Brooke Bateman, directora de Ciencia Climática en la National Audubon Society.

Los adultos mayores del país que están interesados en observar pájaros no necesitan binoculares para ver los problemas. Dos tercios de las aves del país están en peligro de extinción debido al cambio climático, lo que significa que 389 de nuestras 604 especies de aves están al borde de la desaparición, un llamado de atención que Audubon llama “la quinta alarma de un incendio de cinco alarmas”.

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